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Otro par de puntos de los consejos de Chejov, creo que muy interesantes:
3. Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.
4. No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.
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“Díos mío, permita que me convierta en un superventas más pronto que tarde”. Esa es mi plegaria :D
Chejov, con la suya, esta ironizando, creo yo, sobre lo que seguro que hacían muchos de sus escritores contemporáneos y lo que hacen muchos actuales. Escribir sobre lo que no saben. Sobre todo ocurre en el ámbito periodístico. Pero también en la literatura. En parte es comprensible. El proceso de documentación previo para la realización de una novela, por ejemplo, es muy laborioso y no muchos escritores están dispuestos a hacerlo, simplemente por una cuestión de tiempo. ¿Merece la pena estar varios meses documentando una historia para luego vender 32 ejemplares? Seguramente, no. Muchos de los escritores más famosos cuentan con colaboradores que les ayudan con esta tarea, pero la mayor parte, no.
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Así es Manolo. Lo que comentas de ese “proceso de documentación” es muy cierto. No obstante, Chejov también se refiere a que dónde más eficaces seremos es hablando y juzgando aquello que conocemos. Por eso es importante contar con una buena experiencia en nuestra vida para poder volcarla en nuestra literatura. Creo que también lo había comentado :o, pero estar encerrado en nosotros mismos puede ser perjudicial cara a tener buenas ideas y bases para escribir. Dicho esto, si hay un tema en el que tenemos experiencia, por ejemplo, si somos uno expertos en las apuestas de carreras de galgos, utilicemos ese conocimiento para crear una historia ambientada en las apuestas :p
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Chejov consideraba que para ambientar una historia, tanto a nivel de escenario como de personajes, era necesario un buen conocimiento de ese medio. De hecho, el fue un gran escritor naturalista que describió la sociedad zarista de finales del siglo XIX en su país. Su experiencia en esos ambientes fue clave para dar forma a sus relatos y obras de teatro. Se podría decir que era un gran observador de la condición humana. Esto es lo que nos pide con su consejo, que observemos lo que hay a nuestro alrededor lo plasmemos en el papel. Hoy en día, nos encontramos en una sociedad en perpetuo cambio, y si somos sutiles oyentes y observadores las ideas para nuestra literatura llegaran solas.
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Esto me recuerda a la anécdota del actor Gary Oldman para preparar su papel en Drácula. Se cuenta que durmió una temporadita en un ataúd para meterse en la piel del vampiro. Obviamente es exagerado, pero parece que el Sr. Chejov se está refiriendo al hecho de ser permeable a nuestro alrededor para buscar esa inspiración.
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Muy bien Manolo. “Permeable”, esa es la palabra. Pero quizás insistamos demasiado en la parte positiva de lo que Chejov nos cuenta. Tampoco está de más recordar a lo que el ser refiere directamente: no escribir de lo que no sabemos. Si queremos desarrollar una historia ambientada en la guerra de independencia española del XIX y no sabemos mucho de historia, lo más probable es que fracasemos. Por ello, sobre todo, para escritores noveles, lo mejor es empezar por aquello que no conocemos, y que “Dios evite que juzguemos y hablemos de lo que no comprendemos”.
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Eso, eso, que para hablar de lo que no tenemos ni idea ya están las barras de los bares… :cool: Cuando escribamos contemos historias que nos son cercanas, y si no, pasamos unos meses en un ataúd y listo… :D
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En el cuarto consejo, Chejov acude a otros de los puntos clave del buen hacer literario. Al menos desde su punto de vista, y del mío también… Ser excesivamente puntilloso en el acabado de nuestro relato puede ser perjudicial. Una obra literaria no es un fórmula uno, en el que hasta el último detalle tiene que estar perfectamente testado. La literatura es un arte, y como tal, no obedece a leyes constantes. Si ponemos demasiado énfasis en “pulir” en exceso el conjunto se puede dar el caso de que el resultado final no sea fresco y nuestros lectores lo encuentren artificioso.
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Bueno, esto no es un tema sencillo y tiene diferentes puntos de vista. Fijaos en que Chejov dice que hay que ser desmañado. A buen seguro que otros escritores no estarán muy de acuerdo. Y yo, tengo mis dudas. Eso de “no pulir demasiado”, puede ser contraproducente. Un escritor que no domine todavía su estilo y sea demasiado “desmañado” corre el riesgo de que sus obras resulten ineficaces o pequen de un exceso de indefinición. Quizás en el caso del ruso, ya dominador de su arte, no haya que exigir ese exceso de cuidado en el estilo, pero para los noveles, la dejadez puede ser negativa.
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Bueno Vero, no creo que Chejov hable de “dejadez”. De todas maneras entiendo a lo que refieres. Si un escritor que empieza no pone toda su atención en los detalles de su obra puede tener como consecuencia que sus obras no sean todo lo buenas que deberían ser. Pero creo que tu interpretación del consejo de Chejov no es el adecuado.
Vamos a ver. Con no “pulir demasiado” se refiere a que hay que reconocer el momento en que la obra está terminada. Si nos pasamos mucho tiempo retocando, al final nuestro relato, novela o lo que sea, acabará acusándolo negativamente. La literatura también es instintiva, y si nuestro instinto nos exige termina, terminemos.