Crimen y castigo: locura y modernidad en la San Petesburgo del siglo XIX
Desde el comienzo de la novela, Fiódor Dostoyevski, nos introduce en el mundo oscuro, hostil y pobre de San Petersburgo del siglo XIX. Teniendo como protagonista principal a un joven provinciano llamado Rodión Románovich Raskólnikov, llegado a San Petersburgo para estudiar en la universidad y conseguir un lugar en la sociedad al terminar sus estudios. Pero esos sueños y deseos son quebrantados cuando sin dinero y sin trabajo se convierte en un indigente social.
Raskolnikov, inmerso en ese mundo sórdido y corrompido quiere cambiar su situación de injusticia y por ello se propone matar a una vieja usurera. Así es como el crimen y el castigo, el arrepentimiento y la locura comienzan a formar parte de la melodía psíquica del personaje. Ya que Raskolnikov, comete el asesinato creyéndose capaz de realizarlo sin arrepentimiento, como una especie de “Napoleón”, de súper hombre. Pero de pronto esa estructura mental comienza a deteriorarse y aparecer los primeros ecos de locura y paranoia que van a comenzar a devorarlo poco a poco hasta su confesión. Pero hasta llegar a ese momento se transforma en una persona con delirios psíquicos y comportamientos típicos de un paciente psicótico, en donde toda persona que lo rodea lo cree loco.
Me atrevo a decir que Marshall Berman retoma elementos de la Rusia dostoievskiana para decir que la Rusia del siglo XIX, al ser una país relativamente atrasado y en donde todo proceso de modernización todavía no se había impuesto, las personas comenzaron a desarrollar ese modernismo con un carácter fantástico y no de realidad social, sino de fantasías, espejismos y sueños. En este sentido, puede entenderse que el sueño de Raskolnikov de vivir la vida que desea, dejar de ser pobre, da salvar a su madre y hermana de la desgracia y pobreza, esa modernidad imperfecta y distorsionada y por sobre todas las cosas acosada por la angustia del atraso, es uno de los principales indicios de esa búsqueda de modernidad.
Me propuse trabajar con esa novela para observar que la modernidad no sólo es un cambio sino un efecto y defecto para el hombre y la sociedad.