Crimen y castigo: locura y modernidad en la San Petesburgo del siglo XIX

Desde el comienzo de la novela, Fiódor Dostoyevski, nos introduce en el mundo oscuro, hostil y pobre de San Petersburgo del siglo XIX. Teniendo como protagonista principal a un joven provinciano llamado Rodión Románovich Raskólnikov, llegado a San Petersburgo para estudiar en la universidad y conseguir un lugar en la sociedad al terminar sus estudios. Pero esos sueños y deseos son quebrantados cuando sin dinero y sin trabajo se convierte en un indigente social.
Raskolnikov, inmerso en ese mundo sórdido y corrompido quiere cambiar su situación de injusticia y por ello se propone matar a una vieja usurera. Así es como el crimen y el castigo, el arrepentimiento y la locura comienzan a formar parte de la melodía psíquica del personaje. Ya que Raskolnikov, comete el asesinato creyéndose capaz de realizarlo sin arrepentimiento, como una especie de “Napoleón”, de súper hombre. Pero de pronto esa estructura mental comienza a deteriorarse y aparecer los primeros ecos de locura y paranoia que van a comenzar a devorarlo poco a poco hasta su confesión. Pero hasta llegar a ese momento se transforma en una persona con delirios psíquicos y comportamientos típicos de un paciente psicótico, en donde toda persona que lo rodea lo cree loco.
Me atrevo a decir que Marshall Berman retoma elementos de la Rusia dostoievskiana para decir que la Rusia del siglo XIX, al ser una país relativamente atrasado y en donde todo proceso de modernización todavía no se había impuesto, las personas comenzaron a desarrollar ese modernismo con un carácter fantástico y no de realidad social, sino de fantasías, espejismos y sueños. En este sentido, puede entenderse que el sueño de Raskolnikov de vivir la vida que desea, dejar de ser pobre, da salvar a su madre y hermana de la desgracia y pobreza, esa modernidad imperfecta y distorsionada y por sobre todas las cosas acosada por la angustia del atraso, es uno de los principales indicios de esa búsqueda de modernidad.
Me propuse trabajar con esa novela para observar que la modernidad no sólo es un cambio sino un efecto y defecto para el hombre y la sociedad.

Crimen y castigo es una novela escrita por Fiodor Dostoievsky en el año 1866 y es considerada una de las más brillantes prosas rusas del siglo XIX, además de ser una obra maestra de Dostoievski. En ella el autor singular hace un profundo análisis psicológico de su protagonista, el joven estudiante Raskolnikov, quien cree con vehemencia que los fines humanitarios justifican la maldad y es por ello que eso le lleva a asesinar a un usurero.

Lo que le ocurre al protagonista de Crimen y castigo es inevitable, ya que tras haber cometido el asesinato comienza a enloquecer y as entirse perseguido, lo que lo lleva a que lo descubran. Es por ello que su sentimiento de culpa se vuelve una pesadilla hasta que es descubierto y llevado a prisión para purgar su crimen. Es brillante la manera en la que el autor describe la mente y los sentimientos del protagonista de esta genial novela.

Las obras sobre la modernidad inevitablemente presentan y representan una sociedad en completo cambio. Eso sucede con la novela “Crimen y castigo” de Fiodor Dostoievsky, allí precisamente aparece en escena no solo un personaje sino una sociedad marginal de la San Petersburgo del siglo XIX.
A mí, personalmente, “Crimen y castigo” es una de las novelas que más me ha gustado, una de mis novelas favoritas porque logra sumergirme a una sociedad y a una historia increíble para leer, para imaginar y para entender a una sociedad que estaba en completo cambio modernizador.
Los cambios que muestra la novela no son solo cambios sociales sino hasta cambios psicológicos tal como le ocurre al personaje de Raskolnikov, quien en su mente y en su ser desea ser un super hombre, un Napoleón. Y allí, en esa mente, en ese asesinato se comienza a percibir el cambio que sufrían los habitantes de Rusia en vías de modernidad.

La novela se estructura de manera tal que todo gira alrededor de la vida de un personaje que había llegado a San Petersburgo con el deseo de ser abogado pero todo queda destruido al entregarse a las tabernas y a deambular por las calles de Rusia.
El deseo de prosperar y lograr una mejor vida encuentra como única solución asesinar a una vieja usurera y robarle todas las cosas de valor. En dicho asesinato se vislumbra, no solo la locura del personaje, sino los deseos de una sociedad de terminar con un ofuscamiento continuo a la clase más marginal de San Petersburgo.
Uno de los momentos en donde la crítica pone el ojo es en el final, en el “Epílogo”, una especie de redención, en donde el personaje desde una cárcel, alejado de la ciudad, reflexiona sobre sus hechos. Lo interesante de esta parte es que Rodión Raskolikov, en ese lugar, recibe una especie de “perdón” y una posibilidad de salir adelante.

Dostoyevski fue arrestado y encarcelado por formar parte del grupo intelectual llamado Círculo Petrashevski. las razones fueron las de conspirar contra el zar Nicolás I. Por ello purgó cuatro años de cárcel y se salvó por padecer epilepsia. Pero fueron condenados a fusilamiento pero su pena fue conmutada a último momento por cinco años de trabajos forzados. Más fragmentos de su novela Crimen y castigo dicen:

“Yo no afirmo, ni mucho menos, que las personas extraordinarias deban siempre entrgarse a toda clase de excesos, como usted dice. Me parece, incluso, que no se habría permitido la publicidad de un artículo semejante. Me limité simplemente a indicar que el hombre "extraoridinario" tiene derecho (entiéndase que no se trata de un derecho oficial), tiene derecho a decidir segun su conciencia si debe salvar... ciertos obstáculos, únicamente en el caso exclusivo de que la ejecución de su idea (a veces puede resultar salvadora para toda la humanidad) lo exija”.

Fiodor Dostoievsky debió purgar su pena por conspirar contra el zar en una prisión en la Siberia, y al respecto escribió:

“En verano, encierro intolerable; en invierno, frío insoportable. Todos los pisos estaban podridos. La suciedad de los pavimentos tenía una pulgada de grosor; uno podía resbalar y caer... Nos apilaban como anillos de un barril... Ni siquiera había lugar para dar la vuelta. Era imposible no comportarse como cerdos, desde el amanecer hasta el atardecer. Pulgas, piojos, y escarabajos por celemin”.

Fue liberado en el año 1854 y se reincorporó al ejército ruso pero no porque quisiera sino porque era parte de la condena. Después se casó y se convirtió al cristianismo y escribió los libros Los endemoniados y diario de un escritor en donde criticaba sus antiguas ideas socialistas. También volcaría algunas de estas ideas en Los hermanos Karamazov.

Aunque muchos e ha dicho, escrito y analizado sobre este gran escritor ruso que fue Fiodor Dostoievsky, no es sencillo de analizar ya que en cada una de sus fases cuenta con una manera especial de ser y ver la realidad. Como cristiano, rechazaba el ateísmo socialista: como tradicionalista rechazaba la destrucción de las instituciones y como pacifista se oponía a cualquier método violento de cambio social, tanto progresista como reaccionario.
He aquí un fragmento más de la famosa novela Crimen y castigo:

“Usted afirma que mi artículo no es claro; estoy dispuesto a aclarárselo en la medida de lo posible. Probablemente no me equivoco al suponer que es lo que desea. Permítame. A mi parecer, si los descubrimientos de Kepler y de Newton, a consecuencia de determinadas circunstancias, cualesquiera que fuesen, no hubieran podido convertirse en patrimonio de la humanidad sin el sacrificio de un hombre, de diez, de cien o más hombres, que hubiesen sido obstaculo para la comunicación del descubrimiento a los demás, Newton habría tenido derecho a “eliminar” a esas diez o cien personas; habria estado incluso obligado a hacerlo”.

Fiodor Dostoievsky fue un hombre muy sensible y comprometido con sus ideales. Se preocupaba por la desigualdad social, lo que vuelva de manera notable en su obra. Más de su novela Crimen y castigo:

“De ahí no se sigue, ni mucho menos, que Newton tuviera derecho a matar a quien le pareciera, a derecha y a izquierda, o a robar a diario en el mercado. Recuerdo que, más adelante, desarrollo en mi artículo la idea de que… digamos, por ejemplo, los legisladores y ordenadores de la humanidad, empezando por los mas antiguos y continaundo por los Licurgo, los Solón, Los Mahoma, los Napoleón y asi sucesivamente, todos sin excepción fueron criminales por el simple hecho de que, al promulgar una nueva ley, infringían, con ello, la ley antigua, venerada como sacrosanta por la sociedad y recibida de los antepasados: claro es que no vacilaron en derramar sangre, si la sangre (a veces completamente inocente y vertida con sublime heroísmo por defender la ley antigua) podía ayudarles en su empresa”.

En el año 1959 Fiodor Dostoievsky llegó a ser licenciado con la condición de residir en cualquier lugar excepto San Petersburgo y Moscú, por lo que se trasladó a Tver en donde publicó El sueño del tío y Stepánchikovo y sus habitantes, dos libros que bno fueron recibidos como él hubiera esperado. He separado más fragmentos de Crimen y castigo:

“Maravilla incluso pensar hasta qué punto la mayor parte de dichos ordenadores de la humanidad han sido sanguinarios. En una palabra, llego a la conclusión de que todos los hombres no ya grandes, sino que se destaquen un poco de lo corriente, o sea los que estén en condiciones de decir algo nuevo, por poco que sea, necesariamente han de ser criminales por propia naturaleza, en menor o mayor grado, claro es. De no ser así, les resulta muy difícil salir del camino hollado, como ya he dicho, y a mi modo de ver incluso están obligados a no conformarse”.

A fines de 1859 Fiodor recibe al autorización para volver a san Petesburgo y ahí funda una revista literaria junto con su hermano Mijaíl que se llamó "Tiempo". En el primer número publicaron el texto Humillados y ofendidos, era una novela que fu apareciendo por etapas que estuvo inspirada en la etapa siberiana de Fiodor. Allí aparecen alusiones autobiográficas. Su siguiente obra, Recuerdos de la casa de los muertos, la que estuvo basada en sus experiencias como prisionero, fue publicada por capítulos en la revista El Mundo Ruso.

Pero tengo más fragmentos de Crimen y castigo, su obra maestra:

En una palabra, como usted ve, en lo que digo no hay nada singularmente nuevo. Son cosas que se han escrito y leído miles de veces. En lo que concierne a mi división de los hombres en ordinarios y extraordinarios, estoy de acuerdo en que es algo arbitraria; pero yo no insisto en lo que se refiere a las cifras.

Entre los años 1862 y 1863, Fiodor se decidió a viajar por Europa y así fue que visitó las ciudades de Berlín, París, Londres, Ginebra, Turín, Florencia y Viena. Durante estos viajes comenzó una relación con Polina Súslova, una estudiante con ideas avanzadas, que lo abandonó poco después. Perdió mucho dinero jugando a la ruleta y, a finales de octubre de 1863, regresó a Moscú solo y sin dinero. Más frases de Crimen y castigo:

“Creo que mi idea es justa en lo fundamental, o sea en considerar que las personas, según ley de la naturaleza, se dividen en general en dos categorías: personas de categoría inferior (ordinarias), como si dijéramos personas que constituyen un material que sirve exclusivamente para la procreación de seres semejantes, y en personas propiamente dichas, es decir, en seres humanos que poseen el don o el talento de decir una palabra nueva en su medio”.

Hacia el año 1864, Fiodor y su hermano siguieron con sus proyectos editoriales y publicaron una nueva revista llamada “Ëpoca”. Allí el gran escritor ruso fue publicando por etapas la novela Memorias del subsuelo, pero ese mismo año muere su esposa y cae en una profunda depresión. Luego murió su hermano con quien compartía afectos por los libros y la literatura, lo que lo tiró más abajo todavía. Aquí comparto más de Crimen y castigo:

“Se sobrentiende que las subdivisiones son infinitas, pero los rasgos diferenciales de las dos categorías resultan bastante acusados: hablando en términos generales, tenemos que las personas de la primera categoría, es decir, el material, son por su naturaleza conservadoras, ceremoniosas, viven en obediencia y gustan de ser obedientes. A mi modo de ver, estan obligadas a serlo, porque tal es su sino, y en esta condición no hay nada humillante para ellas”.

Un año después de que murieran su esposa y su hermano, Fiodor Dostoievsky se puso a escribir la genial novela Crimen y castigo, la que sería su gran obra maestra. Esta gran novela salió publicada por etapas en la revista llamada El mensajero ruso. Pese a que Fiodor era un escritor reconocido y respetado, contraía cada vez más deudas y tuvo que firmar un contrato poco ventajoso para él con el editor Stellovski. Este acuerdo decía que el dinero que recibiría Fiodor por la publicación de Crimen y castigo pasarían deirectamente a manos de sus acreedores y él, por lo tanto, no vería un centavo.Aquí hay más fragmentos de Crimen y castigo:

“La segunda categoría, formada por personas que pasan por encima de la ley, son destructoras o están inclinadas a ser, según su capacidad. Sus crímenes, como es natural, son relativos, y presentan muchas variedades; en su mayoría, por medio de declaraciones sumamente diversas, tales hombres recaben la destrucción del presente en nombre de algo mejor”.

En el año 1867 Fiodor Dostoyevski se casó con Anna Snítkina y viajaron a Europa pero al poco tiempo el escritor volvió a las andanzas con su vicio de juego. Después se radicaron en Ginebra, Suiza, en donde comenzó a escribir su novela el idiota, la cual comenzó también a publicar por etapas en la revista el mensajero ruso.
Comparto más de Crimen y castigo:

“Pero si para el cumplimiento de sus ideas necesitan pasar, aunque sea por encima de un cadáver, y han de derramar sangre, a mi modo de ver, en su fueron interno y sin remordimientos de conciencia han de permitirse pasar por encima de la sangre, aunque siempre a tenor de la idea y de su dimensión, no lo olvide. En este sentido, y sólo en éste, hablo en mi artículo del derecho de tales personas al crimen (recuerde que nuestro punto de partido ha sido un problema jurídico)”.

Sobre la novela el idiota, Fiodor Dostoievsky dijo:

«Nunca había tenido una idea más poética y más rica, pero que no había logrado expresar ni siquiera la décima parte de lo que quería decir».

Un año después de casarse nació su hija, en 1868, a la que llamaron Sonia, aunque murió a los tres meses, lo que dejó al matrimonio hecho trizas y viajaron a Italia pero su vida era muy pobre porque no tenían dinero, así que recibieron plata de laspublicaciones de Fiodor en El Mensajero Ruso y El idiota, y pudieron pagar deudas.

En el año 1870 comenzó su novela El eterno marido y la publicó en la revista Zariá. Esta obra quizás haya tenido más connotaciones autobiográficas que todas las anteriores porque cuenta pasajes de sus recuerdos de infancia junto a sus hermanos y hermanas, cuando su madre vivía y su padre aún no se había echado a perder por el alcohol.