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Entre los años 1862 y 1863, Fiodor se decidió a viajar por Europa y así fue que visitó las ciudades de Berlín, París, Londres, Ginebra, Turín, Florencia y Viena. Durante estos viajes comenzó una relación con Polina Súslova, una estudiante con ideas avanzadas, que lo abandonó poco después. Perdió mucho dinero jugando a la ruleta y, a finales de octubre de 1863, regresó a Moscú solo y sin dinero. Más frases de Crimen y castigo:
“Creo que mi idea es justa en lo fundamental, o sea en considerar que las personas, según ley de la naturaleza, se dividen en general en dos categorías: personas de categoría inferior (ordinarias), como si dijéramos personas que constituyen un material que sirve exclusivamente para la procreación de seres semejantes, y en personas propiamente dichas, es decir, en seres humanos que poseen el don o el talento de decir una palabra nueva en su medio”.
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Hacia el año 1864, Fiodor y su hermano siguieron con sus proyectos editoriales y publicaron una nueva revista llamada “Ëpoca”. Allí el gran escritor ruso fue publicando por etapas la novela Memorias del subsuelo, pero ese mismo año muere su esposa y cae en una profunda depresión. Luego murió su hermano con quien compartía afectos por los libros y la literatura, lo que lo tiró más abajo todavía. Aquí comparto más de Crimen y castigo:
“Se sobrentiende que las subdivisiones son infinitas, pero los rasgos diferenciales de las dos categorías resultan bastante acusados: hablando en términos generales, tenemos que las personas de la primera categoría, es decir, el material, son por su naturaleza conservadoras, ceremoniosas, viven en obediencia y gustan de ser obedientes. A mi modo de ver, estan obligadas a serlo, porque tal es su sino, y en esta condición no hay nada humillante para ellas”.
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Un año después de que murieran su esposa y su hermano, Fiodor Dostoievsky se puso a escribir la genial novela Crimen y castigo, la que sería su gran obra maestra. Esta gran novela salió publicada por etapas en la revista llamada El mensajero ruso. Pese a que Fiodor era un escritor reconocido y respetado, contraía cada vez más deudas y tuvo que firmar un contrato poco ventajoso para él con el editor Stellovski. Este acuerdo decía que el dinero que recibiría Fiodor por la publicación de Crimen y castigo pasarían deirectamente a manos de sus acreedores y él, por lo tanto, no vería un centavo.Aquí hay más fragmentos de Crimen y castigo:
“La segunda categoría, formada por personas que pasan por encima de la ley, son destructoras o están inclinadas a ser, según su capacidad. Sus crímenes, como es natural, son relativos, y presentan muchas variedades; en su mayoría, por medio de declaraciones sumamente diversas, tales hombres recaben la destrucción del presente en nombre de algo mejor”.
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En el año 1867 Fiodor Dostoyevski se casó con Anna Snítkina y viajaron a Europa pero al poco tiempo el escritor volvió a las andanzas con su vicio de juego. Después se radicaron en Ginebra, Suiza, en donde comenzó a escribir su novela el idiota, la cual comenzó también a publicar por etapas en la revista el mensajero ruso.
Comparto más de Crimen y castigo:
“Pero si para el cumplimiento de sus ideas necesitan pasar, aunque sea por encima de un cadáver, y han de derramar sangre, a mi modo de ver, en su fueron interno y sin remordimientos de conciencia han de permitirse pasar por encima de la sangre, aunque siempre a tenor de la idea y de su dimensión, no lo olvide. En este sentido, y sólo en éste, hablo en mi artículo del derecho de tales personas al crimen (recuerde que nuestro punto de partido ha sido un problema jurídico)”.
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Sobre la novela el idiota, Fiodor Dostoievsky dijo:
«Nunca había tenido una idea más poética y más rica, pero que no había logrado expresar ni siquiera la décima parte de lo que quería decir».
Un año después de casarse nació su hija, en 1868, a la que llamaron Sonia, aunque murió a los tres meses, lo que dejó al matrimonio hecho trizas y viajaron a Italia pero su vida era muy pobre porque no tenían dinero, así que recibieron plata de laspublicaciones de Fiodor en El Mensajero Ruso y El idiota, y pudieron pagar deudas.
En el año 1870 comenzó su novela El eterno marido y la publicó en la revista Zariá. Esta obra quizás haya tenido más connotaciones autobiográficas que todas las anteriores porque cuenta pasajes de sus recuerdos de infancia junto a sus hermanos y hermanas, cuando su madre vivía y su padre aún no se había echado a perder por el alcohol.