Otro libro de poemas de Miguel Hernández es El rayo que no cesa, el que salió a la luz por primera vez en el año 1936. Es un libro con versos de amor, con sonetos. En él se encuentra la Elegía a Ramón Sijé, que le escribió a su mejor amigo, Ramon Sijé, cuando éste murió y que dice así:
“Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento,a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado que por doler me duele hasta el aliento”.
En esta obra Hernández demuestra un incomparable manejo de la lengua y sus versos fueron comparados con los grandes maestros poetas medievales españoles, sobre todo por la métrica y por presentar, en su mayoría, poemas con formas de soneto.
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