Aprovecharé este humilde recordatorio que hice en el post anterior sobre el sevillano Gustavo Adolfo Bécquer y compartiré algunas de sus rimas, las que fueron reproducidas y publicadas por su círculo de amigos luego de su muerte.
“Lo que el salvaje que con torpe mano
hace de un tronco a su capricho un dios,
y luego ante su obra se arrodilla,
eso hicimos tú y yo”.
Además de poeta, Bécquer fue un excelente narrador, aunque nadie puede negar que ha trascendido en la historia de la literatura por sus memorable “Rimas”, alguns de las cuales decían:
“Porque al darte la pureza
de que es símbolo celeste,
como a ella te hizo Dios
de oro y nieve”.
Es innegable que debió haber estado, tal como dice la historia, muy enamorado de su musa inspiradora, quien fue su esposa, ya que le escribió poemas como éste:
“Cuando sobre el pecho inclinas
la melancólica frente,
una azucena tronchada
me pareces”.
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