Tema: Larra: el ensayo en forma periodística

Biografía de Larra:

Mariano José de Larra nació e el año 1809 en la ciudad de Madrid.

Tuvo que emigrar a Francia tras la subida al trono del rey español Fernando VII y no regresó hasta 1817.

A los veinte años se casó con Dolores Armijo con la que tuvo tres hijos, pero su matrimonio acabó rompiéndose en el año 1834 en el que ambos deciden separarse.

Esto lo llevó a una gran depresión que lo empujó a quitarse la vida de un disparo frente al espejo en el año 1837, dejando el mundo con tan solo 28 años.

Pese a su fugaz vida tuvo tiempo de fundar el periódico El duende satírico del día en 1828 (solo editó cinco números) y El pobrecito hablador (pseudónimo que usaba a veces) en 1832.

Colaboró en diversas revistas y publicaciones mediante artículos firmados con el nombre de Fígaro. En ellos volcó su carácter observador y sus ideas liberales.

Lo curioso de este grandísimo escritor y periodista es que parecía haber dado con la formula mágica, la cual repetía, sin perder originalidad en muchos de sus artículos, los cuales acabaron teniendo estructuras muy similares.

El objetivo de Larra era criticar la sociedad de aquella época por inculta y por atrasada y para ello solía utilizar el mismo procedimiento que es el que voy a comentar a continuación:

Comenzaba sus artículos con un planteamiento generalizador. Se presenta el tema y se hacen las primeras consideraciones al respecto. Después Larra introduce ejemplos concretos en los que el tema se materializa a ojos del lector gracias a narraciones y diálogos. Por último Larra finalizava sus artículos con sus propias conclusiones las cuales apuntaba de manera generalizadora y universal en muchas ocasiones.

Todo un crack, y tal como está la sociedad falta harían más Larras. (Aunque dudo que existan periódicos que se arriesgasen a contratar a quien diga las cosas como son y pretenda un avance real de nuestra sociedad... Una pena)

Así es, dio con la fórmula mágica y eso le permitió entre otras cosas poder difundir sus opiniones políticas.

Larra como dije antes, tuvo que esperar a que Fernando VII pasase a mejor vida para poder incluir la política entre los temas de sus artículos.

Tras fallecer el monarca hubo cierta apertura de miras por parte de los censores y Larra lo aprovechó para descargar su ira contra la podrida clase dirigente.

Criticó a carlistas, a absolutistas, al gobierno regente de Maria Cristina y al ministro Mendizábal.

Como buen romántico se mostró bastante radical en sus opiniones y abogó por la libertad individual en las reivindicaciones de sus escritos.

Verdaderamente Larra no dejó títere con cabeza una vez que se puso a escribir sobre política, por lo que llegó a ser una pluma bastante temida.

La literatura fue otro de los grandes temas tratados por Larra en sus artículos.

Mariano José escribía en la publicación teatral La revista Española, pero en sus columnas tocaba todos los géneros literarios de nuestro país.

Comentó muchas obras contemporaneas y en sus comentarios se aprecia su honda formación humanística, como era propio en los intelectuales de la ilustración.

Un amante de la libertad como era él, no podía hacer otra cosa que usar sus artículos para abogar en favor de la libertad de creación por parte de los escritores, a los cuales prefería al margen de las rígidas normas para poder apreciar lo que de original y de ingenioso tenían. Es decir, Larra propugnaba por romper las ataduras formales.

De todos modos el teatro era el género más tocado por él en sus escritos sobre literatura y valoraba mucho la función catártica de este género.

Genial estilo el de Larra. He releído sus artículos miles de veces y seguiré haciéndolo y estoy segurísimo de que jamás dejaré de deleitarme con el tremendo estilo de este periodista y literato como pocos ha habido en la historia de nuestro país.

La ironía es el rasgo fundamental de su estilo y es probablemente lo que hace de sus artículos unas mordaces y amenas páginas cuya lectura jamás aburre.

El propio Larra sabía de su humor y por ello lo potenciaba mediante acumulaciones caóticas o amplificaciones o mediante la parodia de ensayos científicos con lo que consigue vestir de objetividad su descarado subjetivismo.

Es normal que los dirigentes de la época tuvieran miedo a ser víctimas de sus artículos como dijo Diego Calatayud, un par de posts más arriba, al cual se ve que también le entusiasman los artículos del gran y, pese al suicidio, inmortal Larra.