Pablo Neruda nunca calló sus ideas, por más que molestaran a otros. Por eso no se privó de decir sus opiniones sobre aquellas cosas o personas con las que no congeniaba políticamente. Tampoco de aquellas que consideraba buenos escritores pero malas personas. Es interesante lo que el chileno dice acerca de Jorge Luis Borges:
“Hay que pensar, cuando se habla de Borges, que es natural que a uno no pueda satisfacerle jamás una actitud tan probadamente, tan empeñosa y cultivadamente reaccionaria como la de él”.
“Hay algo en Borges de su viejo narcisismo de escuela inglesa, y por ese motivo no debía preocuparnos. Claro, desconciertan si vienen de un hombre que, además de ser un gran escritor, es también un erudito y un ilustre archivero, puesto que fue el gran bibliotecario del país”.
“Extraña que Borges no comprenda que esta época excepcional de la Argentina está llena de hechos, formulaciones, deseos insatisfechos, corrientes profundas”.
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