“Sueños de un seductor” es la obra de teatro del gran director cinematográfico Woody Allen, que fue llevada a la pantalla grande de la mano del director Herbert Ross.
La obra, que fue estrenada en Broadway con un gran éxito de ventas, trata sobre la vida de un cinéfilo, que luego de ser abandonado por su mujer, intenta encontrar las técnicas de seducción, las cuales serán otorgadas por su ídolo Humphrey Bogart.
Según la crítica la obra trata de lo siguiente: "Un chico feo, neurótico y abandonado por su mujer, sueña con aprender las técnicas de seducción de su ídolo, Humphrey Bogart, con quien, naturalmente, sostiene sabrosos diálogos acerca de cómo enfrentarse con las cosas de la vida y del sexo".
Es una divertidísima comedia sobre el amor, el abandono y la seducción de la manera que sólo Allen puede realizar, con ese tono neurótico e irónico.
No sólo por dirigir las más memorables películas de Hollywood se caracteriza Woody Allen, sino también por sus libros. En este caso, estoy refiriéndome a “Delitos y faltas”, una obra que también fue llevada a la pantalla grande en el año 1988.
Tanto en el libro como en la película, Woody Allen cuenta diversas vicisitudes acerca del amor, la fe, la religión, los traumas existenciales, la ética, la moral y las aspiraciones humanas y a veces también, su consecuente fracaso.
Para contar esta historia Woody Allen creó a Judah Rosenthal, quien es un médico prestigioso dedicado a la oftalmología que quiere romper con su amante, pero la mujer lo amenaza con decírselo a su esposa. También aparece una historia paralela de un productor de medio pelo de cine a quien apenas le alcanza el dinero y de su primo, quien trabaja como productor de cine pero es un hombre que no tiene escrúpulos.
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