Casa de muñecas es un clásico de la literatura universal, escrito por el noruego Henrik Ibsen, quien además fue uno de los máximos referentes de la dramaturgia del siglo XIX. En este libro, el autor hace uno de los primeros planteos sobre el género, puesto que en él aborda dos maneras diferentes de ver el mundo y de actuar en consecuencia: una la del hombre y otra la de la mujer.
Para Ibsen, la mujer carece de libertad para actuar en sintonía con su manera de pensar ya que la sociedad se maneja con los parámetros del hombre.
Casa de muñecas fue llevada a escena en 1879, y su presentación conmocionó a la sociedad de la época que no permitía cuestionamientos a sus costumbres y tradiciones machistas.
El personaje principal de esta historia es una mujer que aparenta llevar una vida llena de felicidad, adaptándose a los códigos sociales de entonces, aunque todo puede cambiar en cualquier momento…
Ibsen supo retratar en Casa de muñecas aquello que perturbaba a los grandes novelistas del siglo XIX y que era la hipocresía de la sociedad. Un dato curioso es que el autor debió cambiar el final de la obra tras su primera presentación (en que la mujer abandona a su familia) porque los críticos sostuvieron que el espectáculo atentaba contra el modelo establecido.
En este libro, excelente e imperturbable con el paso del tiempo, El autor cuenta la historia de una Nora, una mujer que cree o aparenta vivir feliz junto a su familia, pero algo ocurre que hace que su tranquilidad se vea derrumbada.
En medio de un gran problema económico de la familia, Nora debe hacer lo imposible para obtener el dinero para viajar y así lograr que su marido, enfermo, consiga la atención que necesita. Pero la sociedad de la época, calculadora y malévola, guiada por cánones frívolos y discriminatorios, le entorpecerá el camino.
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