Si hablamos de poesía y sobre todo si hablamos de poesía de vanguardia, no podemos pasar por alto uno de los movimientos más importantes de vanguardia llamado "Surrealismo".
Hacia el año 1922 los aristas, que se decían militantes de un nuevo movimiento llamado surrealismo, se agruparon alrededor de una revista de vanguardia llamada “Littérature” y hacia 1924, con un mayor número de adeptos, fundaron la revista “La Révolution Surréaliste”. Lo importante a tener en cuenta de este grupo vanguardista era que no hablaban de literatura y arte, sino que proclamaban la necesidad de cambiar la vida y se proponían, para hacerlo, cuestiones sobre el hombre y la condición humana. Más que de artistas, hacían el papel de agitadores y en ellos parecía mezclarse lo político y lo filosófico con lo poético.
Los surrealistas se proponían resolver los problemas fundamentales de la vida y por ello su ruptura se constituye alrededor de una actividad creadora totalmente distinta y de una nueva concepción del mundo, del hombre y de las formas de expresión. De esta manera, la única norma aceptada por los artistas fue la de la libertad total iniciando así un arte sin cánones. Tal como enuncia Aldo Pellegrini en su obra: “La preocupación fundamental de los surrealistas fue siempre el hombre concreto: su necesidad de realizarse y de conocer, sus deseos, sus sueños, sus pasiones, su mundo anímico profundo, su afán de trascender, su ansia de autenticidad” y continúa “frente a una sociedad artificial, regida por normas éticas y sociales absurdas, frente a una sociedad mecanizada e hipócrita, con valores arbitrarios y falsos” y es precisamente en ese conocer y buscar donde se encuentra “la poesía surrealista”.
La poesía, claro está, es una manifestación del arte, pero para los surrealistas, la poesía no es sólo un elemento decorativo, o la búsqueda abstracta de la belleza pura sino que “es el lenguaje del hombre como esencia, es el lenguaje de los inexpresable en el hombre, es conocimiento al mismo tiempo que manifestación vital, es el verbo en su calidad de sonda lanzada hacia lo profundo del hombre.” Y es por ello que la poesía no es, entonces, la explicación de lo que le sucede al hombre sino que es algo que trasciende los límites del hombre como individuo. En resumen, todo lo que el surrealista considera esencial en el hombre y por lo tanto en el lenguaje, la poesía, se resume en los términos de libertad, de amor y lo maravilloso.
Los surrealistas pretendieron entender a la poesía como el único camino capaz de liberar al hombre. La libertad para los surrealistas es de extrema importancia, ya que es su deseo y aspiración tal como lo enunciaba Bretón en su primer manifiesto “Únicamente la palabra libertad tiene el poder de exaltarme. Me parece justo y bueno mantener indefinidamente este viejo fanatismo humano. Sin duda alguna, se basa en mi única aspiración legítima.”
Puede decirse, entonces, que gracias a esa función liberadora, la poesía, para los surrealistas, adquiere una importancia primordial ya que es la que prepara la libertad integral del hombre y como inicio exige suprimir y sacar todos los dogmas que lo dominan.
Así, la poesía se presenta como una aventura donde se embarcan los poetas surrealistas para sumergirse en las aguas profundas de lo desconocido e ir más allá de lo que el mundo aparenta. Además llevaran en esa aventura un conocimiento iluminador que le permitirá alumbrar las zonas oscuras de su ser y así revelar su esencia de hombre y los lazos que lo unen con el mundo que lo rodea.
A continuación adjunto un poema surrealista de André Bretón para ejemplificar todo lo dicho:
MI MUJER CON CABELLERA DE INCENDIO DE BOSQUE
Mi mujer con cabellera de incendio de bosque
con pensamiento de centellas de calor
con talle de reloj de arena
mi mujer con talle de nutria entre los dientes del tigre
mi mujer con boca de escarapela y de ramillete de estrellas de última magnitud
con dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca
con lengua de ámbar y de vidrios frotados
mi mujer con lengua de hostia apuñalada
con lengua de muñeca que abre y cierra los ojos
con lengua de piedra increíble
mi mujer con pestañas de palotes de escritura de niño
con cejas de borde de nido de golondrina
mi mujer con sienes de pizarra de techo de invernadero
y de vaho en los cristales
mi mujer con hombros de champaña y de fuente con cabeza de delfines bajo el hielo
mi mujer con muñecas de fósforos
mi mujer con dedos de azar y de as de corazón con dedos de heno segado
mi mujer con axilas de marta y de bellotas de noche de San Juan de alheña y de niño de escalarias con brazos de espuma de mar y de esclusa y de mezcla de trigo y de molino
mi mujer con piernas de cohete con movimientos de relojería y desesperación
mi mujer con pantorrillas de médula de saúco
mi mujer con pies de iniciales con pies de manojos de llaves con pies de pajarillos que beben.
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