La decepción amorosa

La decepción amorosa es uno de los tantos sentimientos que sufrimos todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas. Algún hombre o mujer nos ha partido el corazón, y en algunos casos más de una vez. Pero muchos escritores, poetas, dramaturgos, etcétera han tomado dicha decepción y han creado una excelente obra en donde el sentimiento de tristeza y soledad se plasma en una brillante escena decorada con exactas palabras.
Ustedes se preguntaran: ¿Qué quiere decir eso? Bueno yo les explicaré mejor. Cuando alguien tiene una decepción lo que hace, la mayoría de las veces, es cerrarse en uno mismo y sufrir interna y externamente ya que el ser humano tiende a dejarse estar al sentirse decepcionado. Pero muchos escritores, y aquí es donde entramos nosotros, tratan de sobrepasar la angustia amorosa plasmándola en un texto y es por ello que yo me pregunto y les pregunto: ¿Sirve dicha tarea?

La primera respuesta que encuentro es que no, porque no todos los humanos somos capaces de enfrentar el dolor escribiéndolo, algunos escriben pero otros comienzan una actividad, se cortan el pelo, cambian de look o se dejan llevar por la triste laguna de la depresión. Todos somos sensibles ante las decepciones pero cada uno sabe cómo llevarlas a cabo.
Por mí parte, y voy hablar de mí ya que no me gustaría catalogar a todo el mundo, soy una persona muy reflexiva por ello antes de llevar mis sentimientos a un papel los proceso. Hace algunos años, en mis últimas decepciones amorosas, escribía mucho, muchos poemas, cartas y hasta relatos en donde se podía vislumbrar el dolor que sentía. Pero últimamente, y no es que haya perdido la decepción, no puedo escribir más, no sé por qué tal vez tenga menos tiempo, sea más grande o haya perdido inspiración, no lo sé. Lo único que sí sé es que escribiendo me sentía mucho mejor.

Tal cual, creo que todos en algún momento de nuestras vidas nos decepcionamos y no sabemos cómo salir adelante. Grandes escritores como Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Rubén Darío, entre otros, han encontrado en la poesía una forma de sobrepasar la angustia. En mí caso, que no escribo, no soy ni escritor ni poeta, encuentro en esos actores las palabras que yo quiero decir pero que no me salen. Por eso creo que si los escritores han podido decir lo que yo quería decir no es necesario escribirlo, ya que ellos lo digan para mi es suficiente. Lamentablemente no tengo el don de la escritura, me hubiese encantado poder sentarme y relatar de la manera más poética mi decepción amorosa, universal y hasta en el trabajo, pero no he podido escribir un gran poema ni nada, es más no me sale sentarme y escribir no tengo ningún tipo de “musa” ni “inspiración” que logre concentrarme y llevar al máximo mis sentimientos.

Por eso es que agradezco y mucho que hayan existido y existan hoy en día escritores como Jorge Luis Borges que ha dicho lo que yo muchas veces siento pero no puedo decir ni escribir. Imagínense un mundo sin poesía, un mundo donde la voz de un poeta no pueda expresarse ni expresar lo que todos pensamos pero no podemos decir. Por eso creo que hay que prestarles mucha atención a los poetas como Jorge Luis Borges que, en mí caso, ha podido decir todo lo que a mí me pasaba en un momento de mi vida.
A mí me sucede con la poesía lo mismo que me sucede con la música, cuando escucho una canción pienso que me la escribieron para mí por eso la poesía es música para mis oídos y es a raíz de ello que comparto con todos ustedes EL poema que expresa, para mí, la decepción amorosa:

Uno de los poemas que para mí más visualiza mí/la decepción amoroso es “El amenazado” de Jorge Luis Borges.

El amenazado

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición el aprendizaje de las palabras que usó
el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad,
las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven
amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche
intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz
del ave, ya se han oscurecido los que miran por la ventana, pero la
sombra no ha traído la paz.

Y concluye:

Es ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la
espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos que cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

“Me duele una mujer en todo el cuerpo” si eso no es poesía la poesía dónde está, si eso no es amor, sufrimiento y decepción, la decepción amorosa dónde está. ¿No lo creen? Yo sí lo creo y fervientemente. Eso es poesía, eso es una excelente forma de relatar la decepción amorosa y el ser humano que logra eso vale la pena ser nombrado como un gran poeta.