La primera respuesta que encuentro es que no, porque no todos los humanos somos capaces de enfrentar el dolor escribiéndolo, algunos escriben pero otros comienzan una actividad, se cortan el pelo, cambian de look o se dejan llevar por la triste laguna de la depresión. Todos somos sensibles ante las decepciones pero cada uno sabe cómo llevarlas a cabo.
Por mí parte, y voy hablar de mí ya que no me gustaría catalogar a todo el mundo, soy una persona muy reflexiva por ello antes de llevar mis sentimientos a un papel los proceso. Hace algunos años, en mis últimas decepciones amorosas, escribía mucho, muchos poemas, cartas y hasta relatos en donde se podía vislumbrar el dolor que sentía. Pero últimamente, y no es que haya perdido la decepción, no puedo escribir más, no sé por qué tal vez tenga menos tiempo, sea más grande o haya perdido inspiración, no lo sé. Lo único que sí sé es que escribiendo me sentía mucho mejor.
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