Si hablamos de “realismo sucio” automáticamente lo asociamos con el escritor estadounidense Charles Bukowsky. Pero tratemos de ir por parte y primero averigüemos en qué consistió esto del realismo sucio y por qué se llamó así.
Una de las definiciones que han dado algunos estudiosos sobre el Realismo sucio es:
“El realismo sucio, o dirty realismo, en su traducción al inglés, es un género literario que pretende reducir el hecho narrado hasta sus elementos fundamentales”.
Es por ello que hay quienes dicen también que el realismo sucio se desprende del minimalismo ya que hay lo que se conoce como economía del lenguaje o síntesis, sin necesidad de usar métodos como hipérboles o algunos de esos artefactos literarios que enaltecen el lenguaje.
El realismo sucio surge en Estados Unidos en los años 70, en el siglo XX y los referentes de este movimiento son John Fante, Charles Bukowski o Richard Ford.
Entre los primeros escritores que cultivaron y dieron vida al llamado realismo sucio está Chuck Palahniuk, un afamado escritor que dio origen a “El club de la lucha”. También están los cubanos Zoé Valdés, Pedro Juan Gutiérrez y Fernando Velázquez y otros españoles como Carmelo Iribarren y Roger Wolfe.
El realismo sucio, tal cual su nombre lo indica, muestra un mundo oscuro con la particularidad de que no posee grandes tramas propias de la ficción, sino más bien se basa en un mundo real pero lúgubre. En esas historias pesa la rutina de los hombres y sus finales suelen ser abiertos.
Generalmente, se lo conoce también como el género de las anécdotas ya que mantiene un lenguaje coloquial y muchas veces no hay enigmas y por ello las historias terminan sin resolverse. No hay un trasfondo que permita analizar una conducta humana.
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