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Frases de Pablo Neruda
Pablo Neruda, gran poeta chileno, ha sabido deleitarnos con cada una de sus palabras. Por ello es que a continuación comparto algunas de sus frases más famosas:
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»”
“Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.”
“De la noche las grandes raíces crecen de súbito desde tu alma, y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas.”
“Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi bandada de flechas.”
“Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra. ¡Ah silenciosa! He aquí la soledad de donde estás ausente.”
“Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.”
“Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.”
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El Premio Nóbel de Literatura, Pablo Neruda, fue uno de los poetas canónicos del siglo XX. No hay quien no se haya enamorado o temblado de emoción antes sus versos. Algunas de sus frases fueron:
“Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”.
“El más grande de los hombres sencillos, nuestro maestro”.
“Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce”.
“Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos”.
“Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida”.
Fue un hombre comprometido política y socialmente, lo que es una particularidad del intelectual latinoamericano., Fue por ello perseguido por el gobierno dictatorial de su país y siempre trató de ayudar a otros perseguidos políticos en el mundo. También dijo:
“¿Sufre más el que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie?”.
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Mientras estuvo el fascismo y el nazismo en Europa, Palo Neruda fue uno de los escritores más comprometidos en contra de las flagelaciones cometidas por los gobierno de Adolf Hiltler en Alemania, de Benito Mussolini en Italia y de Francisco Franco en España. De hecho, intercedió y luchó por la liberación se su gran amigo y poeta Miguel Hernández. También acompañó en muchas oportunidades a Federico García Lorca.
Algunas de sus frases célebres fueron:
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”.
“El amor no se mira, se siente, y aún más cuando ella está junto a ti”.
“Para que nada nos separe, que no nos una nada”.
“¿Cuál será la diferencia entre tener paciencia para nada y perder el tiempo?”.
“Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo”.
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Pablo Neruda no sólo habló y escribió sobre el amor, también lo hizo sobre las guerras, el sentir del hombre frente a las injusticias, sobre la vida, la amistad, la muerte y una infinidad de cuestiones relacionadas con el ser humano.
Algunas otras de sus frases célebres fueron:
“Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega”.
“Todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos”.
“La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad”.
“El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas”.
“Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo”.
“El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto”.
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Uno de los poemarios que lo llevó a la fama, diría yo a la permanencia inmortal en el imaginario popular del mundo entero fue, sin dudas, Veinte poemas y una canción desesperadas. En el libro el autor chileno realiza una verdadera elegía al amor ya la mujer amada.
Algunas de sus frases sobre amor son:
“¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más”.
“Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás”.
“Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena”.
“Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana...”.
“Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana”.
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La melancolía y lo apasionado de la vida estuvieron retratados por Pablo Neruda en casi todos sus poemas. Fue un autor merecedor como ningún otro del tan ansiado premio Nóbel de Literatura. Fue reconocido, aclamado y amado, aún por lectores de lengua anglosajona.
Otras de sus frases son:
“Me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso”.
“Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano”.
“De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino”.
“Hacia tus pies resbalo, a las ocho aberturas, de tus dedos agudos, lentos, peninsulares, y de ellos el vacío de la sábana blanca caigo, buscando ciego y hambriento tu contorno de vasija quemante”.
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Uno de los libros que más me gusta de Pablo Neruda(de hecho es el libro de poemas que más amo por sobre cualquier otro), es Residencia en la tierra. Enél el chileno plasma su madurez como escritor y su sapiencia para ilustrar la mente del hombre y su posición ante el mundo. Lo considero un libro con un fuerte anclaje de existencialismo, ya que en él se planeta continuamente los dolores, el amor y la necesidad de vivir.
Algunas frases célebres de Neruda fueron:
“Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan. Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz. Amor que quiere libertarse para volver a amar. Amor divinizado que se acerca Amor divinizado que se va”.
“He dormido contigo y al despertar tu boca salida de tu sueño me dio el sabor de tierra, de agua marina, de algas, del fondo de tu vida, y recibí tu beso mojado por la aurora como si me llegara del mar que nos rodea”.
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La vida de Pablo Neruda fue muy intensa. Fue perseguido, exiliado y atormentado por el gobierno dictatorial de Chile, como también repudiado por las dictaduras en Europa. Viajó por el mundo llevando el amor de la palabra y hasta vivió en Italia junto a su primera esposa bajo una identidad falsa.
Pablo Neruda escribió:
“Amor mío, nos hemos encontrado sedientos y nos hemos bebido toda el agua y la sangre, nos encontramos con hambre y nos mordimos como el fuego muerde, dejándonos heridas. Pero espérame, guárdame tu dulzura. Yo te daré también una rosa”.
También escribió sobre la muerte en un poema al que tituló, justamente “Sólo la muerte” y que dice así:
“Hay cementerios solos, tumbas llenas de huesos sin sonido, el corazón pasando un túnel oscuro, oscuro, oscuro, como un naufragio hacia adentro nos morimos, como ahogarnos en el corazón, como irnos cayendo desde la piel del alma”.
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Siempre resulta sorprendente y apasionante la poesía del escritor chileno Pablo Neruda. No hay quien no se haya enamorado con los versos de quien fuera también premio nobel de literatura de la década del 70. Quisiera compartir en este foro algunas de las frases de su emblemático libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada:
“Un sol negro y ansioso se te arrolla en las Hebras de la negra melena, cuando estiras los brazos tu juegas con el sol como un estero y el te deja en los ojos dos oscuros remansos”.
El poema numero 19 llamado Niña Morena y ágil es uno de los que mas me gusta por la manera en que el poeta canta su amor y sigue de la siguiente manera:
“Mi corazón sombrío te busca, sin embargo, y amo tu cuerpo alegre, tu vos suelta y delgada. Mariposa Morena, dulce y definitiva como el trigal y el sol, la amapola y el agua”.
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Sin dudas que Pablo Neruda fue un intelectual comprometido con su arte y con los problemas del mundo. Aunque su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada lo llevo ala fama mundial con un tema como el amor, luego escribió otros libros que se acercaban muchos mas a los problemas de la gent como los son las injusticias sociales, los abusos de los gobiernos totalitarios y la defensa de los oprimidos. Ahora comparto el poema número 7 que se titula Inclinado en las tardes y dice asi:
“Inclinado en las tardes tiro mis redes a tus ojos oceánicos, allí se estira y arde en la mas alta Hoguera mi soledad que da vuelta los brazos como un naufrago”.
“Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes que olean como el mar ala orilla de un faro. Solo guardas tinieblas, Hembra y distante mía, de tu mirada emerge a veces la costa del espanto”.
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La poesía de Pablo Neruda traspasó todos los límites imaginados. Es uno de los poetas, o mejor dicho: el poeta latinoamericano más traducido en la historia. Por ello siempre es provechoso leer sus libros y adorar su poesía. He aquí fragmentos de su poema titulado “Para mi corazón”, que pertenece a su famoso libro 20 poemas de amor y una canción desesperada:
“Para mi corazón basta tu pecho. Para tu libertad bastan mis alas. Desde mi boca llegará hasta el cielo lo que estaba dormido sobre tu alma”.
“Es sentir la ilusión de cada día. Llegas como el rocío a las corolas. Socavas el horizonte con tu ausencia, eternamente en fuga como al ola”.
“he dicho que cantabas en el viento, como los pinos y como los mástiles. Como ellos eres alta y taciturna y entristeces de pronto como un viaje”.
“Acogedora como un viejo camino que pueblan ecos y voces nostálgica. Yo desperté y a veces emigran y huyen pájaros que dormían en tu alma”.
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Las palabras de Pablo Neruda dejan huellas en el alma, son como tajos en la tierra que no se borran con el agua ni con las tormentas. Tengo más de los versos de este gran poeta chileno para compartir en el foro, se trata, en este caso, del poema número 13 que se llama He ido marcando y dice así:
“He ido marcando con cruces de fuego el atlas blanco de tu cuerpo. Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose en ti, detrás de ti, temerosa y sedienta”.
“Historias que contarte a la orilla del crepúsculo. Muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste. Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre, el tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal”.
“Yo que viví en un puerto desde donde te amaba. La soledad cruzada de sueño y de silencio. Acorralado entre el mar y la tristeza, callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles”.
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Parece una ironía del destino que el libro 20 poemas de amor y una canción desesperada, obra por la cual el chileno Pablo Neruda saltó a la fama como poeta y escritor, sea uno de los libros del que él, años más tarde de su aparición, haya renegado. De hecho, siempre sostuvo en distintas entrevistas, que estaba dedicado a alguien que no formaba más parte de su vida, por lo cual prefería olvidarlo. Pero no pudo lograrlo, porque con este libro muchos nos hemos emocionado, llorado y amado y seguramente muchos más lo seguirán haciendo. Este poema sigue de la siguiente manera:
“Entre los labios y la hoz algo se va muriendo. Algo con alas, de pájaro, algo de angustia y de olvido”
“Así como las redes no retienen el agua, muñeca mía, apenas quedan gotas temblando. Sin embargo, algo canta entre estas palabras: oasis. Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca”.
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Seguiré subiendo, de acuerdo a que el tiempo y el ritmo de trabajo me lo permitan, varios de los versos del libro 20 poemas de amor y una canción desesperada. Reescribirlos me provoca una emoción especial, y seguramente que a los lectores también les puede provocar lo mismo, ya que lo que genera la poesía de Pablo Neruda es realmente indescriptible e intenso. He aquí más de sus versos:
“¡Oh poder celebrarte con todas las palabras de alegría! Cantar, arder, huir como un campanario de las manos de un loco”.
“Triste ternura mía, ¿qué te haces de repente? Cuando has llegado al vértice más atrevido y frío. Mi corazón se cierra como una flor nocturna”.
“Juegas todos los días con la luz de mi universo. Sutil, visitadora, llegas en la flor y en el agua. Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día”.
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El poema número 14 del libro de Pablo Neruda, 20 poemas de amor y una canción desesperada comienza de la siguiente manera:
“Juegas todos los días con la luz de mi universo. Sutil, visitadora, llegas en la flor y en el agua. Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día”.
“A nadie te apareces desde que yo te amo. Déjame quererte entre guirnaldas amarillas. ¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur? Ah…déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías”.
“De pronto el viento aúlla y golpeó mi ventana cerrada. El cielo es una red cuajada de peces sombríos. Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. Te desviste la lluvia, pasan huyendo los pájaros, el viento, el viento…”.
“Yo solo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. Tu estás aquí, ah…tú no huyes. Tú me responder hasta el último grito. Ovíllate a mi lado, como si tuvieras miedo”.
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Luego de que Pablo Neruda superara una primera etapa en la escribía versos e amor bajo la luz de la luna y a orillas del mar, pasó a otra etapa de mucho más compromiso con su entorno y padeció por años la persecución en su mismo país, y por ello decidió dejar Chile y marcharse al exterior. Lo hizo junto a su primera esposa, con quien incluso, vivió de incógnito en Italia.
Galope muerto es el título del primer poema de uno de los libros más intensos de Neruda: Residencia en la tierra. Este poema dice así:
“Como cenizas, como mares poblándose, en la sumergida lentitud en lo informe o como se oyen desde el alto de los caminos. Cruzar las campanadas en cruz teniendo ese sonido ya aparte del metal, confuso, pensando, haciéndose polvo. El mismo molino de las formas demasiado lejos o recordadas o no vistas”.
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Otros de los versos de Pablo Neruda, que corresponden al primer capítulo de su libro Residencia en la tierra dicen:
“Y el perfume de las ciruelas que rodando a tierra se pudren en el tiempo infinitamente verdes”.
“Aquello todo tan rápido, tan viviente. Inmóvil, sin embargo como la polea loca en sí misma. Esas ruedas de los motores, en fin…”.
“Existiendo como las puntadas secas de la costura del árbol, callado, por alrededor, de tal modo, mezclando todos los limbos sus colas ¿Es qué, de donde, por dónde, en qué orilla? El rodeo constante, incierto tan mudo, como las lilas alrededor del convento, como la llegada de la muerte a la lengua del buey”.
Realmente sorprendente y mágica es su poesía…¿No es asombrosa esta frase?: “Existiendo como las puntadas secas de la costura del árbol” o “como la llegada de la muerte a la lengua del buey”. Nunca me canso ni me cansaré de leer y releer sus libros.
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Pablo Neruda escribió en Confieso que he vivido, aquellos momentos más importantes de su vida. Dijo en las páginas preliminares del libro:
“Estas memorias o recuerdos son intermitentes y a ratos olvidadizos porque así precisamente es la vida. La intermitencia del sueño nos permite sostener los días de trabajo. Muchos de mis recuerdos se han desdibujado al evocarlos, han devenido en polvo como un cristal irremediablemente herido”.
“Yo había sido un épico inventor de revistas que pronto las dejé o me dejaron. En 1925 fundé una tal Caballo de Bastos. Era el tiempo en que escribíamos sin puntuación y descubríamos Dublín a través de las calles de Joyce”.
“La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en los techos , o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno”.
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Otras frases del gran poeta chileno, sacadas de su libro Confieso que he vivido, son:
“Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta”.
“Merece su nombre rojo recordarlo en sus direcciones esenciales con sus terribles dolores del corazón, su incertidumbre incandescente, su descenso a los espirales del infierno, su subida a los castillos de la fama, sus atributos de poeta grande, desde entonces y para siempre e imprescindible”.
“Tal vez no viví en mí mismo; tal vez viví la vida de los otros. De cuanto he dejado escrito en estas páginas se desprenderán siempre —como en las arboledas de otoño y como en el tiempo de las viñas—las hojas amarillas que van a morir y las uvas que revivirán en el vino sagrado”.
“La poesía es siempre un acto de paz. El poeta nace de la paz como el pan nace de la harina”.
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Pablo Neruda fue, además de un gran poeta, un brillante narrador y así lo demostró en su libro póstumo, Confieso que he vivido. Allí es donde verdaderamente plasma todas sus pasiones y su visión sobre el mundo, los poetas, la sociedad y la vida en general, sobre todo la política. Otras de sus frases fueron:
“Esta rosa roja iluminó el camino de los que en España pretendieron atajar al fascismo”.
“Para muchos España era el enigma y la revelación de aquella época de la historia”.
“Las viejas oligarquías feudales del continente simpatizaban (y simpatizan) con cualquier tipo de anticomunismo, venga éste de Alemania o de la ultra izquierda criolla”.
“Pero la poesía no ha muerto, tiene las siete vidas del gato. La molestan, la arrastran por la calle, la escupen y la dejan, la limitan para ahogarla, la destierran, la encarcelan, le dan cuatro tiros y sale de todos estos episodios con la cara lavada y una sonrisa de arroz”.
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El gran escritor chileno, Pablo Neruda, siempre sostuvo que muchos escritores lo envidiaban y que la envidia era uno de los mayores males del mundo. Viajó por muchos países y absorbió de las culturas que conoció lo mejor de cada una de ellas. Acerca de estas vivencias dijo:
“Las horas amargas de mi poesía debían terminar. El subjetivismo melancólico de mis Veinte poemas de amor o el patetismo doloroso de Residencia en la tierra tocaban a su fin”.
“Se acercaba la guerra mundial. París esperaba cada noche los bombardeos alemanes y había instrucciones en cada casa para guarecerse de los ataques aéreos. Yo me iba cada noche a Villiers sur—Seine, a una casita frente al río que dejaba cada mañana para retornar con pesadumbre a la embajada”.
“Trabajo de fuerza y de hacha hicieron posible la travesía. Aquellas raíces eran como catedrales volcadas: la magnitud descubierta que nos imponía su grandeza”.
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Uno de los viajes que hizo Pablo Neruda por el mundo, y el que según él mismo confesó, fue el país que más lo deslumbró, fue la antigua Unión soviética. Allí descubrió un mundo ideal en el que el proyecto político socialista era posible. Dijo acerca de ese viaje:
“Amé a primera vista la tierra soviética y comprendí que de ella salía no sólo una lección moral para todos los rincones de la existencia humana, una equiparación de las posibilidades y un avance creciente en el hacer y el repartir, sino que también interpreté que desde aquel continente estepario, con tanta pureza natural, iba a producirse un gran vuelo”.
“Un rayo cayó muy cerca de nosotros, calcinando a un hombre y al árbol que lo cobijaba”.
“Los árboles de los parques, blancos de nieve, se han escarchado. Nada puede compararse a estos pétalos cristalizados de los parques en el invierno de Moscú”.
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Pablo Neruda tuvo muchos maestros, a los cuales algunos, ni siquiera conoció pero dejaron huellas en su vida como poeta. Uno de ellos, a los que admiraba profundamente, fue Vicente Huidobro. Nunca dejó de alabarlo y de leer su obra. Dijo Pablo Neruda sobre este gran poeta y docente latinoamericano que fue Huidobro:
“Huidobro es un poeta de cristal. Su obra brilla por todas partes y tiene una alegría fascinadora. En toda su Poesía hay un resplandor europeo que él cristaliza y desgrana con un juego pleno de gracia e inteligencia”.
“Lo que más me sorprende en su obra releída es su diafanidad. Este poeta literario que siguió todas las modas de una época enmarañada y que se propuso desoír la solemnidad de la naturaleza, deja fluir a través de su poesía un constante canto de agua, un rumor de aire y hojas y una grave humanidad que se apodera por completo de sus penúltimos y últimos poemas”.
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Siempre dijo Pablo Neruda que la envidia era el peor mal de los pueblos, pero decía también que en América Latina era el sitio del mundo en el que más se veía. Por eso dijo:
“El cielo es blanco. A las cuatro de la tarde ya es negro. Desde esa hora la noche ha cerrado la ciudad”.
“Los pequeños rencores se exacerban en América Latina”.
“La envidia llega a veces a ser una profesión”.
“En la literatura del continente americano abundan los grandes suicidas. En Rusia revolucionaria, Maiakovski fue acorralado hasta el disparo por los envidiosos”.
“Es posible que alguna vez me irritaran esas sombras persecutorias. Sin embargo, la verdad es que cumplían involuntariamente un extraño deber propagandístico, tal como si formaran una empresa especializada en hacer sonar mi nombre”.
“En nuestras pobres latitudes, nosotros, poetas casi harapientos y hambrientos, merodeábamos en las madrugadas inmisericordes, entre el vómito de los borrachos”.
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Neruda se creía un poeta perseguido, no solo en el aspecto ideológico y político, sino también como escritor, es decir, desde el punto de vista literario. Siempre sostenía que muchos críticos ninguneaban su obra y que algunos no leían sus libros con amor sino con odio. Dijo al respecto:
“Cuarenta años de persecución literaria es algo fenomenal”.
“En esos ambientes miserables la literatura producía insólitamente figuras matoniles, espectros de la sobrevivencia picaresca”.
“Un gran nihilismo, un falso cinismo nietzscheano, inclinaba a muchos de los nuestros a encubrirse con máscaras delincuenciales”.
“No pocos torcieron por ese atajo su vida, hacia el delito o hacia la propia destrucción”.
“Yo he dado cuanto tenía. He lanzado mi poesía a la arena, y a menudo me he desangrado con ella, sufriendo las agonías y exaltando las glorias que me ha tocado presenciar y vivir”.
“Por una cosa o por otra fui incomprendido, y esto no está mal del todo”.
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Algunas de las respuestas que dio Pablo Neruda a los críticos que detractaron sus obras, las dio en su libro Confieso que he vivido. Allí habló él mismo de sus propias creaciones y sobre ellas dijo:
“Yo también he hablado alguna vez en contra de Residencia en la tierra. Pero lo he hecho pensando, no en la poesía, sino en el clima duramente pesimista que ese libro mío respira. No puedo olvidar que hace pocos años un muchacho de Santiago se suicidó al pie de un árbol, y dejó abierto mi libro en aquel poema titulado Significa sombras".
“La verdad es que tengo cierta predilección por Las uvas y el viento, tal vez por ser mi libro más incomprendido; o porque a través de sus páginas yo me eché a andar por el mundo. Tiene polvo de caminos y agua de ríos; tiene seres, continuidades y ultramar de otros sitios que yo no conocía y que me fueron revelados de tanto andar. Es uno de los libros que más quiero, repito”.
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Sobre Residencia en la tierra, uno de los libros mas hermosos para mi humilde entender de Pablo Neruda, el chileno dijo:
“Creo que tanto Residencia en la tierra, libro sombrío y esencial dentro de mi obra, como Las uvas y el viento, libro de grandes espacios y mucha luz, tienen derecho a existir en alguna parte. Y no me contradigo al decir esto”.
También opinó sobre su libro Estravagario, diciendo que era una obra que le había complacido de veras y alegó:
“De todos mis libros, Estravagario no es el que canta más, sino el que salta mejor. Sus versos saltarines pasan por alto la distinción, el respeto, la protección mutua, los establecimientos y las obligaciones, para auspiciar el reverente desacato. Por su irreverencia es mi libro más íntimo. Por su alcance logra trascendencia dentro de mi poesía. A mi modo de gustar, es un libro morrocotudo, con ese sabor de sal que tiene la verdad”.
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Otro gran libro de Pablo Neruda fue Odas elementales, tal vez, haya sido una de sus obras más ambiciosas y extensas. Sobre este libro dijo:
“En las Odas elementales me propuse un basamento originario, nacedor. Quise describir muchas cosas ya cantadas, dichas y redichas. Mi punto de partida deliberado debía ser e l del niño que emprende, chupándose el lápiz, una composición obligatoria sobre elsol, el pizarrón, el reloj o la familia humana”.
“Ningún tema podía quedar fuera de mi órbita; todo debía tocarlo yo andando o volando, sometiendo mi expresión a la máxima transparencia y virginidad”.
“La burguesía exige una poesía más y más aislada de la realidad. El poeta que sabe llamar al pan pan y al vino vino es peligroso para el agonizante capitalismo. Más conveniente es que el poeta se crea, como lo dijera Vicente Huidobro, "un pequeño dios". Esta creencia o actitud no molesta a las clases dominantes.
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Pablo Neruda amaba la poesía y amaba ser poeta. No concebía su vida lejos de la poesía y sufría y gozaba con sus versos. Algunas de sus frases fueron:
“Nuestros pueblos americanos tienen millones de analfabetos; la incultura es preservada como circunstancia hereditaria y privilegio del feudalismo. Podríamos decir, frente a la rémora de nuestros setenta millones de analfabetos, que nuestros lectores no han nacido aún. Debemos apresurar ese parto para que nos lean a nosotros y a todos los poetas”.
“Hay que abrirle la matriz a América, para sacar de ella la gloriosa luz”.
“Con frecuencia los críticos de libros se prestan a complacer las ideas de los empresarios feudales. En el año de 1961, por ejemplo, aparecieron tres libros míos: Canción de gesta, Las piedras de Chile y Cantos ceremoniales. Ni siquiera sus títulos fueron mencionados por los críticos de mi país en el curso de todo el año”.
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La poesía marcó la vida de Pablo Neruda desde pequeño. Cuando creo sus primeros versos, siendo adolescente aún, sintió que era su destino y siguió los pasos de la inspiración, aunque siempre fue muy especial en cuanto a las formas de crear. Opinó sobre la inspiración y la vida de un poeta:
“El poeta permanece así conmovido por su aislamiento divino, y no se necesita sobornarlo o aplastarlo. El mismo se ha sobornado al condenarse al cielo. Mientras tanto, la tierra tiembla en su camino, en su fulgor”.
“A veces las pasiones negativas contra mí no obedecen simplemente a un enconado reflejo de la lucha de clases, sino a otras causas”.
“A nosotros, los poetas, debe tocarnos la mayor partede los dones descubiertos. Desde julio Verne, que mecanizó en un libro el antiguo sueño espacial, hastaJ ules Laforgue, Heinrich Heine y José Asunción Silva (sin olvidar a Baudelaire que descubrió su maleficio), el pálido planeta fue investigado, cantado y publicado, antes que por nadie, por nosotros los poetas”.
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El gran poeta Pablo Neruda fue, sobre todo, un hombre cívico comprometido con su tiempo y con las ideas libertarias de Latinoamérica. Así opinó el Premio Nobel d literatura chileno sobre el escritor argentino Jorge Luis Borges:
“Siempre quiere uno hablar de Borges, aunque sea un poco excesiva la atención que a veces se le dispensa, siendo él un hombre más bien quitado de bulla, no digamos un anacoreta, pero sí un hombre de probada austeridad”.
“Es natural que la excelencia intelectual de Borges haga que su figura y su palabra sean siempre examinadas y vistas como si fueran tan translúcidas que pudiéramos penetrar hasta el otro lado de su sentido o de su transparencia”.
“Muchos argentinos han recibido, con gran molestia y no poca ironía las palabras despectivas de Borges sobre la resurrección vital y plena del movimiento peronista, es decir, sobre el actual momento de transición libertadora que pasa el pueblo argentino”.
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Pablo Neruda nunca calló sus ideas, por más que molestaran a otros. Por eso no se privó de decir sus opiniones sobre aquellas cosas o personas con las que no congeniaba políticamente. Tampoco de aquellas que consideraba buenos escritores pero malas personas. Es interesante lo que el chileno dice acerca de Jorge Luis Borges:
“Hay que pensar, cuando se habla de Borges, que es natural que a uno no pueda satisfacerle jamás una actitud tan probadamente, tan empeñosa y cultivadamente reaccionaria como la de él”.
“Hay algo en Borges de su viejo narcisismo de escuela inglesa, y por ese motivo no debía preocuparnos. Claro, desconciertan si vienen de un hombre que, además de ser un gran escritor, es también un erudito y un ilustre archivero, puesto que fue el gran bibliotecario del país”.
“Extraña que Borges no comprenda que esta época excepcional de la Argentina está llena de hechos, formulaciones, deseos insatisfechos, corrientes profundas”.
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Una de las controversias entre Pablo Neruda y jorge Luis Borges era su pensamiento político. El argentino detestaba al peronismo como corriente política y movimiento y el chilena era amante de lo popular y de aquello que defendía a las clases más humildes. Otras de sus frases fueron:
“No se trata de "demagogia y tontería", como Borges califica al movimiento actual, a la revolución argentina; tienen que ser muchos los factores, los matices y los alíneos, es mucha la profundidad documental, es mucha la riqueza fenomenal de la actualidad argentina. Yo creo que la Argentina no ha vivido una época tan interesante desde el tiempo de Sarmiento y Alberdi”.
“A pesar de sentirme y ser antípoda de las ideas de Borges yo proclamo y pido que se conduzcan todos con el mayor respeto hacia un intelectual que es verdaderamente un honor para nuestro idioma”.
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Pablo Neruda no solo hablaba de amor. Tenía siempre palabras muy justas a la hora de iniciar una discusión política. Fue uno de los escritores que se proclamó abiertamente contra las dictaduras en Europa y ayudó a muchos de sus colegas que estaba presos a causa de no congeniar con las ideas de sus gobiernos respectivos, como lo hizo con Federico García Lorca y Pedro Salinas en España. Sobre las ideas políticas de su colega Jorge Luis Borges dice:
“EL desacomodo de Borges con las ideas mayoritarias argentinas no sólo significa un desacuerdo con la Argentina: también significa un desacuerdo con lo más valioso del mundo, con lo que está creciendo en el mundo, con la insurrección anticolonialista, antiimperialista, con un ascenso de las capas populares que está aconteciendo en nuestra América y en el mundo entero”.
“El desconocimiento de Borges hacia estas realidades argentinas es el mismo desconocimiento que él ha tenido hacia la realidad actual del mundo”.
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Sobre Canto General, una de las obras más influyentes en materia política desde lo poético, muchos han criticado a Pablo Neruda porque no hacía referencia a Juan Domingo perón, uno de los políticos más nacionalistas y populares de Latinoamérica. Al respecto dijo:
“La figura de Perón es una figura que toma las proporciones históricas que le da el pueblo argentino. En una época, el gobierno de Perón fue un gobierno profundamente anticomunista; es posible que haya habido una incomprensión de parte y parte, yo estoy en general en contra de todos los anticomunistas”.
“Estoy en favor de todos los antifascistas y en contra de todos los anticomunistas. Todo anticomunismo, donde esté, es sospechoso; todo anticomunismo encubre un desacato hacia el porvenir humano. Esos son mis conceptos”.
“Naturalmente, pueden discutirse, pueden dialogarse, pueden hablarse. Ahora, bajo el puente de Perón, como bajo mi propio puente, ha pasado mucha agua; son las aguas de la historia las que están pasando. Ni Perón es el mismo, ni Pablo Neruda, modesto poeta de Chile, es el mismo tampoco”.
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Otros de los conceptos de Pablo Neruda sobre la política en Latinoamérica, fundamentalmente en Argentina son:
“Nuestra tierra va cambiando, la sociedad humana va cambiando, y yo creo que el peronismo de entonces no es el de ahora; es decir, que no será el peronismo de ahora. Ahora viene Perón o las ideas peronistas amarradas, como dije antes, al gran movimiento de liberación de los pueblos”.
“Estamos atravesando una revolución histórica en profundidad. Naturalmente que éste es un momento de liberación para la Argentina. ¿Qué va a pasar? No lo sabemos bien todavía, la experiencia histórica nos dice que los momentos de transición son los más duros, los más difíciles”.
“Deseo, para el movimiento justicialista y el momento actual de la Argentina, el desarrollo más esplendoroso y mejor, es decir, el que acomode más al pueblo argentino de acuerdo con su razón histórica y con el porvenir de la humanidad que, naturalmente, es un porvenir progresista y antiimperialista”.
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Si bien Pablo Neruda pregonaba el comunismo y la igualdad de clases, muchos criticaban su posición social, ya que decían que era un hombre muy rico y que poseía una gran fortuna. Sobre esas críticas recibidas or arte de muchos, el chileno y Premio Nóbel de Literatura dijo:
“Lo que gano -el editor lo sabe, que es el que hace mucho tiempo tiene los derechos de toda mi obra- es una suma bastante modesta, pero que me alcanza para vivir”.
“Todo el dinero se ha ido por mis manos comprando mis libros y comprando, de cuando en cuando, un mascarón de proa; no recibo rentas de ningún arriendo, no poseo acciones de ninguna parte, no tengo fortuna, no guardo depósitos en grandes bancos”.
“Tengo lo que recibo de mi trabajo, eso es todo. Si esto suscita las simpatías de alguien, será de una persona que trabaje. Si esto suscita la envidia de otros, es, en general, de los que no trabajan. Entonces vamos a cerrar las compuertas de la maledicencia, del chisme sobre éste, sobre aquél, sobre mí y sobre los demás”.
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otras de las frases de Pablo Neruda sobre la vida, la envidia, el amor y las palabras poéticas fueron:
“De cuando en cuando -a pesar de que debiera estar curtido, de que debiera tener una piel de elefante-, de cuando en cuando me turba, me molesta, pero son cosas casi orgánicas”.
“Yo soy un hombre del sur de Chile, debiera estar más acostumbrado al frío, nací y crecí en el clima frío del sur de nuestra América, y sin embargo, de repente me dan unos tiritones que no debiera tener y que me reprocho”.
“Así me pasa también con la vanidad, que todavía sufre de algún pinchazo, de algún alfilerazo o de algún garrotazo”.
“Tengo ese sentimiento de pobre de nacimiento en los grandes restaurantes, en las grandes recepciones, en palacios o embajadas, o en grandes hoteles”.
“Y con respecto a la timidez general hacia los hombres en la amistad, o hacia las mujeres en el amor, siempre la tuve. Es un sentimiento hermoso por dos cosas: para sentirlo y para vencerlo”.
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Pablo Neruda tuvo siempre muy buenos amigos y era un buen amigo de los demás. La amistad estaba para el chileno por sobre todas las cosas, al punto de poner en riesgo su vida ara defender la vida de sus amigos. Sobre la amistad Pablo Neruda dijo:
“En la amistad, muchos de mis mejores amigos me resultaron, en un principio, impenetrables, los sentí orgullosos; resultaba que ellos eran gente tímida como lo era yo, y no había aproximación”.
“En el amor hubo muchas mujeres que me parecían absolutamente frías e inalcanzables, que me despreciaban de arriba abajo. Resultó hermoso hacer esa lucha contra mí mismo y contra ellas, y poder vencerlas o ser vencido”.
“No conservo ningún sentimiento de orgullo como para decir: ya basta”.
“He adquirido el derecho de retirarme a mis cuarteles de invierno. Pero yo no tengo cuarteles de invierno, sólo tengo cuarteles de primavera”.
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Pablo Neruda viajó por todo el mundo, Europa, Estados Unidos y por toda Latinoamérica. Uno de sus países más queridos fue Uruguay y también la Argentina. Sobre sus recuerdos sobre este último dijo:
“Mis recuerdos de la Argentina son un poco tristes, porque mis amigos han ido desapareciendo, y yo soy un hombre de amigos y la Argentina era, y seguramente seguirá siéndolo, un país de amigos”.
“Un hombre de amigos y un país de amigos es algo serio, profundamente serio. Yo pongo la amistad como una de las dimensiones de mi propia vida”.
“En verdad la Argentina es para mí una época inolvidable y el recuerdo de Norah Lange o de Oliverio, de Raúl González Tuñón y de Amparito, y de la rubia Rojas Paz y su salón literario, al que acudíamos con Pepe González Carballo y luego vino Federico García Lorca...”.
“Era el tiempo de Aramburu, entonces a mí me llevaron preso y me incomunicaron en una celda, la más inaccesible, la más remota”.