Las palabras y pospensamientos profundos son para Pablo Cohelo la base de una resolución de un conflicto. Pero antes de ello, hay que reconocer cuál es el centro del problema, para así poder combatirlo. Por eso dijo:
“Recuerda que un problema, es un problema. No tiene caso tratar de «acomodarlo» y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que Un problema”.
“Solo existe una manera de lidiar con un problema»: atacándolo de frente. En esas horas, no se puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo”.
Nunca un problema es mayor o menor que el de otra persona, para Cohelo, la dimensión de las situaciones traumáticas van en función del contexto en el que ocurren. Es por ello que hay que ser cuidadosos y no subestimar a ningún problema, por más pequeño que sea. “Déjalo, hazlo a un lado y continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida. No huyas de él... acaba con él”.
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