El primer libro lo publicó en el año 1948 y se llamó No amaras a un extraño. Esa historia, como suele suceder con los primeros libros, tenía mucho de autobiográfica y contaba su vida en el orfanato, como también las vivencias duras que pasó en las calles de neoyorquinas.
Según él mismo contó, aquel libro lo escribió “para ganar una apuesta de cien dólares”, ya que le había apostado a uno de los gerentes de la cinematográfica Universal Pictures que era capaz de escribirlo. El reto surgió a raíz de que Robins le dijo que él podía hacer un guión de cine más interesante que los que llevaba a la pantalla grande el sello para el que trabajaba. Este primer libro tuvo una enorme tirada y llegó a estar en la cima de los más vendidos del momento, convirtiéndose rápidamente en best Sellers, por lo cual ganó más que aquellos cien dólares que apostó.
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