La soledad de los escritores

Verdad o mito: ¿Los escritores necesitan paz y tranquilidad para escribir?
Esa pregunta es lo que todo lector se pregunta al terminar de leer una excelente novela y se dice por dentro: ¿Cómo hizo para escribir semejante historia? ¿En qué lugar del planeta hay tanta paz para escribir así?
Pero es verdad los escritores realmente necesitan su espacio de paz y tranquilidad para escribir. Y muchos otros escritores necesitan esa paz en vez de lidiar con el éxtio de la literatura. Por ejemplo hay muchos escritores de los que no se conoce nada porque no acuden ni a presentaciones, ni premiaciones ni nada. Tal es el caso del escritor Cormac McCarthy, quien no acude ni a entregas de premios, ni a entrevistas. Hay muchos autores que no les gusta hacerse presente al público, que prefieren la soledad de sus casas y sus libros. Interesante ¿No?

Eso es muy cierto. Hay muchos escritores que realmente no les interesa la fama literaria y prefieren permanecer en el anonimato. Yo conozco el caso del escritor Bill Watterson, ¿Lo conoces?
Bill Watterson es un dibujante de historietas que ha creado la famosa historieta de Calvin y Hobbes, una obra que cuenta las aventuras de un niño muy fantasioso y su amigo que es un tigre de peluche.
El dibujante no da entrevistas, ni firma autógrafos. Es decir, es un creador que se encuentra alejado de los medios de comunicación, no le gusta ni la televisión ni la comercialización de sus personajes.
He sabido, también, que se ha negado rotundamente a que se haga merchandising de sus creaciones ya que eso no hacía más, según el autor, que convertir la obra en producto, perdiendo así la esencia de su creación.
Así este autor solitario y misterioso dejó de publicar en el año 1995 y hoy en día no se sabe absolutamente nada de su vida.

Que los escritores sean misteriosas figuras que se ocultan en los márgenes de sus obras es algo muy interesante, ya que nos permiten imaginarnos que será de su vida y crear una realidad paralela. Es decir que ocultándonos su vida no hacen más que ofrecernos el poder de imaginación y fantasía.
Uno de aquellos escritores, que con su pluma nos ha deleitado más de una vez, es Proust.
Marcel Proust fue un escritor del que se supo poco y nada pero que ha regalado una de las obras más hermosas llamada “En búsqueda del tiempo perdido”. Hace poco he leído que Proust se encerró en su literatura y en su interior luego de que sus padres murieran entre 1903 y 1905. Es decir, que luego de esa tragedia, el escritor se refugió en su departamento en París donde se dedicaba sólo a crear; no salía casi nunca de su casa y había puesto corcho en las paredes para que ningún ruido lo molestara. Así en su asilamiento total, en el que perdía la noción del tiempo, creó sus mejores obras literarias.