Más de una vez, nos ha pasado, que leemos cierta novela y sabemos que en el fondo aquello que parecía una simple metáfora o coincidencia en realidad está escondiendo un secreto, una verdad. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay ciertas novelas que no siempre son lo que parecen. Por ejemplo la novela más famosa y la saga más leída de los últimos tiempos “El señor de los anillos” de J.R.R. Tolkien no es una simple novela de aventuras, por lo contrario, todo el libro es una metáfora de la Segunda Guerra Mundial y aquel anillo, tan importante en la novela, no es más que la bomba atómica. ¿Impresionante no?
Si bien el autor negó rotundamente que su libro estuviera basado en la guerra, nosotros como lectores y críticos no podemos creer que la historia y el contexto político no hayan influenciado la construcción literaria de J.R.R. Tolkien.
También me gustaría contarles otra interpretación curiosa de otro famoso libro infantil titulado “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll. Todos hemos leído Alicia en el país de las maravillas pero nunca me había puesto a pensar en las interpretaciones hasta hoy.
Para la crítica Carina Garland el mundo de las maravillas, lugar que crea Carroll para insertar a Alicia, es en realidad un mundo de representaciones de comida. Según la crítica Alicia deambula por el mundo y se enfrenta a diversas aventuras siempre conformes dentro del apetito y el hambre, ya que cambia de altura cuando come y se relaciona con otros personajes a partir de la comida.
Es decir que, según Garland, en el mundo de las maravillas habría muchas referencias al canibalismo y que la sonrisa del Gato de Cheshire sería un memento carnívoro de nuestra mortalidad.
Bastante interesante la postura de Carina Garland respecto a la obra de Carroll. ¿Ustedes también creen que la obra es una alusión al canibalismo?
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