Las crónicas como género literario
Las crónicas como género literario se afianza en el siglo XIX gracias a diversos autores, que desde ciertas partes del mundo, contaban diversas situaciones políticas, sociales y económicas, así como también situaciones personales, a diversos lectores que expectantes aguardaban el desenlace o la continuación de la crónica.
Las crónicas con más adeptos fueron las llamadas “Crónicas policiales” donde se contaban o mejor dicho se relataban crímenes pasionales, venganzas, traiciones o historias de mujeres que, por amor a un rufián se lanzaban a la prostitución.
Así la crónica que meramente podía contar como había sucedido un asesinato se convertía en literatura al agregar procedimientos ficcionales y melodramáticos que lograban enriquecer el texto y aumentaba el número de lectores.
Aquellos procedimientos eran: la figura de un narrador, la creación del suspenso, los personajes típicos en situaciones típicas, el uso de la descripción minuciosa y los efectos entre la realidad y la ficción.