Siempre que leemos una determinada obra, como las novelas negras o las de suspenso, nos envuelve con sus letras una extraña sensación llamada misterio.
En aquellos relatos, cuando se establecen ciertos parámetros de realidad se desliza o mejor dicho se filtra por los canales de la razón el misterio. Todo viene siendo normal y de repente una acción o hasta una palabra emerge de la novela para crear el misterio.
Los misterios son muchos y se alojan y se disfrazan, en las novelas, en las siguientes formas: los secretos de familia, los rumores de la elite, aparentes muertes, cambios de identidad, secuestros, venganzas, castigos justicieros y hasta el reconocimiento de un padre, madre o marido.
Así, lo misterioso se da a través de diversas acciones que llevan en su interior peripecias únicas e insoslayables. Cada una de esas acciones lo que hace, en la obra, es aumentar el dramatismo y enriquecer las obras.