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No te preocupes Manolo. A ver si lo intento yo. Lo que en este caso comenta Vírhuez está relacionado con el primer punto de su Breviario de Crítica Literaria. Para él, el escritor hace una interpretación de la realidad, una interpretación ideológica de la misma. El crítico es el que, siempre según Ricardo, debe discernir el canon literario y explicarlo. Interesante el hecho de que opine que el canon literario es propaganda, ideología y política. Podría decirse, y esta ya es una opinión personal, que Ricardo hace una análisis de la realidad del hecho literario desde la óptica del materialismo histórico al señalar esa relación entre literatura y propaganda.
Para mí es una visión interesante, aunque habría que debatir mucho, y nos meteríamos en cuestiones más políticas y económicas. Y no está el horno para bollos. Lo que está claro es que es evidente el contraste entre canon literario y canon de mercado.
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Sí, quizás haya algo de lo que apuntas. “La crítica quiere hacer pasar el canon de mercado como canon literario”. A lo que se está refiriendo con esa frase es al sempiterno enfrentamiento entre calidad artística y exigencias del mercado. Al no siempre coincidente criterio comercial y artístico. Es decir, un libro que vende mucho no tiene porqué se bueno. Esto es más que evidente. ¿Pero qué busca hoy en día un escritor? ¿La calidad artística o vender? Parece una pregunta absurda, ya que la mayor parte responderían “la calidad artística”. Pero yo tengo mis dudas. No solo los críticos se venden al mercado, también lo hacen los escritores. Todo esto lo digo también para que Manolo vuelva, que sé que tenía ganas de despotricar un poco contra ellos y se recupere de lo de Messi.
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Así me gusta, Vero. :) ¿Qué buscan los escritores hoy en día? Está muy claro lo que buscan. Preguntadle si no a Lucia Etxebarría. ¿Qué sentido tiene aparecer con un desnudo integral en su perfil de Facebook? Ella lo sabe y nosotros también. Quizás algunos te digan que con calidad artística se consiguen ventas, pero solo es una manera de decir que quieren la pasta y salir corriendo :D En fin…
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Bueno, a ver. Es legítimo querer ganarse la vida con tu profesión, seas escritor o ingeniero naval. Pero la literatura, como manifestación artística que es, tiene sus condicionantes. En un mundo como el actual, tan dirigido desde el sector económico, y sobre todo, donde el éxito está asociado al dinero, ni siquiera los artistas han podido escapar de la trampa.
Pero yo creo que si se que existen muchos escritores “buscadores de la belleza”. Tal vez, haya que descender en el escalafón de popularidad para encontrarlos. Más abajo que Lucia Etxebarría. Yo sigo la teoría de “cuanto más tienes más quieres”. Y creo que son los escritores más famosos los que han perdido su relación primigenia con la calidad artística. No todos, por supuesto, pero sí muchos. Y, por supuesto, no digo que escriban mal o sus libros sea basura, solo que, entre tanta palmadita en la espalda, han perdido el carácter original de un escritor.
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Sí, puede ser. Pero no creo que eso lo ocurra a todos los escritores encumbrados por la crítica. A algunos, pero a los menos. O eso quiero pensar. Es verdad que vivir en la farándula y con legiones de seguidores puede distraer mucho de tu labor. Hay que tener en cuenta que el trabajo de escritor es muy solitario, y deben conseguir aislarse del entorno si quieren lograr sacar buenas producciones. No es fácil, pero supongo que es lo que buscan. En cuanto al desnudo de Lucía Etxeberría… Dejen a la mujer que haga lo que quiera, y si quiere mostrar al mundo su cuerpo, es asunto suyo. ¿Sus motivaciones? Habría que preguntárselo a ella. Yo no lo haría, de momento :o
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Este es el 8º punto del breviario de Ricardo:
“A la crítica hay que exigirle rigor, y la misma crítica se vanagloria por ello. Pero ella no se exige creatividad, porque no puede traspasar los límites que sus propios instrumentos le permiten. ¿Qué es rigor en la crítica literaria? Es el conjunto de categorías, métodos y recursos que el crítico debe conocer y aplicar correctamente”.
Vuelve a insistir en esa limitación de la crítica con respecto a la literatura: la creatividad. Para Ricardo, los críticos exigidos por la necesidad de rigor, y atados a su metodología, descuidan la creatividad porque en la crítica no es primordial. ¿O sí? Está claro que al profesional de la crítica hay que exigirle rigor, es la primera piedra para realizar bien tu trabajo.
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Bueno, Vero. Cuanto decidas hacer un Etxebarría, aunque no sea integral, mantennos informados :p No veo yo que muchos críticos tengan tanto rigor. A ver, pensemos un poco en como en es su método de trabajo, al menos, el del crítico de una revista.
Se levanta por la mañana, a eso de las 12.30 :) Bueno, en serio… recibe una serie de libros por parte de la revista que le contrata. Toma uno, lee las primeras diez páginas, las últimas 5 y hojea por alto el resto. Se informa un poco del escritor, si no lo conoce, y escribe 500 palabras. Listo. :cool: ¿O creéis que no es así?
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Bueno. Lo que comentas está un poco en relación con la crisis de “pagos” que hay hoy en día. Por ejemplo, los periodistas. Muchos se han quedado en la calle y se dedican a la profesión en plan freelance, con trabajos a la carta. ¿Qué ocurre? El nivel de pago por artículo ha descendido mucho. Cada vez se piden artículos más largos por menos dinero. Obviamente, los periodistas no pueden dedicar el tiempo necesario a ejercer su labor con un rigor elevado porque no es rentable. La consecuencia es la baja calidad de las publicaciones, especialmente en Internet. Un verdadero profesional, diríamos, tendría que escribir artículos con el máximo rigor en las circunstancias que fuesen. Eso sería lo ideal. Pero no sucede porque el trabajador se cansa de ser un miserable apaleado.
Esto sucede en la mayor parte de ámbitos laborales sujetos a los vaivenes de la crisis. Los salarios bajan y ¿la productividad? En fin, el crítico de revista, al menos los menos conocidos también están sujetos a esas exigencias de tiempo y rentabilidad. No pueden leer un tocho de 700 hojas para luego hacer una crítica que les reporta 30 euros.
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Bueno, muchos críticos cobran mucho más que eso. Aunque estoy de acuerdo en que si siguen bajando los salarios la calidad en estos ámbitos irá descendiendo. El que hace unos años debía escribir 50 artículos para vivir, ahora tiene que escribir 300. O eso, dicen.
Pero mira Manolo lo que comenta Ricardo en el 9º punto de su breviario.
“Entre las diversas maneras de hacer crítica literaria, es la crítica académica la que exige rigor a la crítica por razones de imagen. Para demostrar que los críticos académicos estudiaron 5, 10 o 20 años y se encuentran mejor capacitados que aquellos que solo reseñan en periódicos y revistas. ¿Y por qué la crítica académica, en lugar de exigir rigor, no pide creatividad, penetración, intuición? Porque la crítica se sabe limitada. Sus instrumentos son su medida, la prueba de su existencia”.
Aquí se refiere a lo que comentábamos más arriba, los diferentes modos de hacer crítica. De hecho lo apuntaste tú, muy sagazmente ;) Fíjate en la pregunta que se hace.
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Pues sí Curro. Ya me adelanté yo a todo esto. Ya sabes que yo voy 50 años por delante. :cool: Está bien esa visión que propone de la crítica académica como aquella que se exige rigor a sí misma para diferenciarla de la de las revistas que hablamos.
Me hace gracia eso de tener que demostrar que estudiaron 5, 10 ó 20 años. Eso sucede en un montón de profesiones. La gente, a veces, hacemos demostraciones innecesarias de nuestra “sabiduría” para diferenciarnos de los demás y dejar claro que tenemos “estudios”. Pero sí, en la crítica académica, la que nosotros habíamos denominado antes “reflexiva”, si que exige ese rigor. Tengo que decir que yo la prefiero, a pesar de lo que dice Ricardo.
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Pues verás lo que comenta en su siguiente punto, un navajazo veronista a los críticos “reflexivos”.
“¿Por qué la crítica académica denuesta y se burla de la crítica fugaz de periódicos y revistas? Principalmente, debido a celos por la cercanía de la crítica periodística con los lectores. Porque ¿quién lee a los críticos académicos? Ellos dicen que no les importa si nadie los lee, porque escriben y publican para un público mínimo, especializado. Así, la crítica académica se sabe incapaz de acercarse a los lectores. Y solitaria, ve apolillarse sus textos con la única satisfacción de haber sido rigurosa”.
Sin duda, Ricardo demuestra su conocimiento del medio. Los críticos académicos, como los investigadores de otras materias, viven un poco aislados en su torre de marfil y “se burlan” de las hormiguitas que pasean bajo su ventana. Pero no nos olvidemos de la ley de Murphy sobre los investigadores: “un investigador es aquel que lee dos libros que no ha leído nadie para publicar un tercero que nadie leerá”. :D
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“Y solitaria, ve apolillarse sus textos con la única satisfacción de haber sido rigurosa”… Gran frase. Quizás ahí esté la esencia negativa de la crítica académica. Un trabajo muy laborioso que al que muy poca gente accederá. Supongo que eso debe dejar un pequeño poso de insatisfacción. Pero es inevitable. El fin de la investigación, al margen de Murphy, es explorar un determinado tema con el fin de ofrecer unas posibles conclusiones. Creo que es necesaria, y también en literatura. Tiene sus defectos, pero es necesaria. Ricardo pide creatividad, intuición. Bueno, es como pedir a un notario que baile break-dance.
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:D:D:D Si es que cuando te pones Vero, a comparar… Novelas con vacas engordadas artificialmente, críticos creativos con notarios break-dance…
Bueno, quizás sí Ricardo pida peras al olmo, no lo sé. No soy investigador. Ni del CSI siquiera. Yo sigo prefiriendo un buen estudio crítico cuando acabo de leer un libro. Pero yo creo que todos los tipos de crítica tienen su lugar y razón de ser, aunque algunos la ejerzan mal.
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Ricardo en su 11º punto nos comenta el otro tipo de crítica, la “periodística”…
“Pero la crítica periodística no es un lecho de rosas. Se trata casi siempre de un pantano mercantil y argollero, célebre por su imprecisión, pero de una vitalidad extraordinaria. Por su carácter impresionista, fresco, afirmativo, por su falta de escrúpulos en la calificación, la crítica periodística ha influido realmente en la opinión de los lectores y en la carrera literaria de los escritores. Es una crítica creativa, equivocada casi siempre, a veces con chispazos de genialidad, más intuida que pensada”.
Antes que nada, “argollero” es una palabra utilizada en varios países latinoamericanos cuyo significado, según he extraído de internet es: "Argollero" es cuando una persona prefiere formar un grupo de personas (para trabajar, estudiar, practicar deportes, etc.) solo porque son sus amigos, sin importar si están calificados para realizar la actividad.
Interesante lo que dice Ricardo de este tipo de crítica ¿no?
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Nuevamente hace una gran exposición de los pros y los contras de la crítica periodística. Y muy honesta también. “Un pantano mercantil” Sin duda lo es, y muchos acaban hundiéndose en él bajo el peso de las exigencias editoriales. Y “argollero” también. Buena palabra. Las amistades tienen un peso decisivo en este tipo de crítica. Interesante que diga que es “creativa, pero equivocada, casi siempre”. Y eso es por lo que tú ya comentaste Curro: la inmediatez. Es muy difícil hacer una acertada labor de este tipo si no tenemos el tiempo suficiente, si no hay reflexión. Sin duda, la influencia de esta clase de crítica es infinitamente mayor en los lectores que la académica. Y ese poder de los críticos periodísticos no siempre se ejerce con responsabilidad. Como cualquier ejercicio de poder, que diría Curro.
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Efectivamente amiga Vero. Ese poder de influencia es muy goloso. Saber que con tu opinión vas a dirigir la compra de cientos de lectores es un caramelo demasiado dulce para rechazarlo. “Impresionista” dice Ricardo. Y lo es porque está apenas esbozada, se hace deprisa y corriendo, como dijo Manolo, leyendo transversalmente las obras, sin mucho estudio previo. ¿Es vital? Sí, porque está en continuo movimiento, en continuo proceso de adaptación. Con “chispazos de genialidad, más intuida que pensada”. Quizás Ricardo manifieste aquí algo de debilidad, legítima por supuesto, por este tipo de crítica. Por ejemplo, es triste que “tenga tanta influencia en la carrera de los escritores”. Es decir, un escritor debe también saber moverse entre bastidores, porque si no, corre el riesgo de no tener presencia. O incluso verse arrinconado o defenestrado por la crítica, si no tiene unos cuantos amigos fieles en el sector.
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Lo tendré en cuenta. Me echaré una novia crítica de Babelia, y a partir de ahí a saborear las mieles del éxito. Y los cócteles de gambas del éxito… :cool:
La crítica de revistas y periódicos es necesaria, pero su fiabilidad está muy por debajo de la académica. Eso es lo que yo extraigo de las palabras de Ricardo. Puede ser muy intuitiva, creativa, impresionista, y sobre todo, puede resultar muy divertida para el crítico, pero yo me quedo, por lo general con la otra. I´m sorry.
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Bueno, Ricardo en su 12º punto trata de trazar un puente entre ambos tipos:
“Si la crítica académica es peligrosa por sus desplantes de pavo real, la crítica periodística es mortal por su irresponsabilidad. Curiosamente, esta situación fronteriza constituye la belleza de la crítica. Los ejemplos de maltrato a escritores son innumerables, y la lista de sus víctimas, infinita. Sin duda, si la crítica es más famosa por sus yerros que por sus aciertos, ello se debe a que ninguna crítica es objetiva o acertada, a menos que la confunda con el elogio que la amistad o el buen humor pudieran procurarnos”.
“Los ejemplos de maltrato a escritores son innumerables”. Sin duda que lo es. Y da con la clave que yo creo que había avanzado antes yo mismo. La irresponsabilidad de la crítica más irreflexiva. Tiene sus peligros y muchos críticos actúan con la pluma como si de un revólver se tratara.
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Ahí, ahí está el tema. Eso es lo que no me gusta. Si un amigo tuyo saca un libro lo exaltarás, si otro, aquel que te birló la chica en la última fiesta de la editorial Planeta, lo saca, será una basura. Por eso, no me fío. Me gusta leer esas críticas sí. Para tener simplemente un bosquejo, pero son tantos los intereses que hay detrás de ella que no me acaba de convencer.
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Me gusta mucho el adjetivo “fronterizo” que utiliza Ricardo, y cómo lo utiliza para darnos una guía de donde encontrar la belleza de la crítica. Probablemente ambas tendencias sean incompatibles en un mismo trabajo. ¿O no? Quizás si los críticos académicos asumiesen la creatividad y la vitalidad de los periodísticos, y estos la responsabilidad y el rigor de los primeros tendríamos la crítica perfecta ¿no? Pero bueno, pedimos demasiado. Ambas pueden convivir perfectamente, y pueden ser disfrutables y aprovechables según lo que el lector demande o ande buscando.
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Sí, quizás pidamos peras al olmo, pero siempre hay que buscar un ideal en esta vida, ¿no? Al menos así lo cree Ricardo que en su punto número 13 nos dice lo siguiente:
“La crítica, en consecuencia, solo realiza acercamientos, solo enamora, rodea, lanza redes, requiebra, corteja, seduce de mil maneras, y si la entendemos así no caeríamos en la demagogia de solo exigir rigor a una disciplina que debería ser sencillamente creativa”.
Me quedo con el verbo “seducir”. Probablemente sea lo que un crítico acabe haciendo, seducir al lector para que se acerque a una obra, o bien para que la comprenda mejor.
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Parece que Ricardo se postula un poco, como decíamos, de parte de la crítica periodística, por eso dice que “no solo hay que exigir rigor, sino creatividad”. ¿Falta creatividad en la crítica clásica? Probablemente sí, y eso es debido precisamente al rigor. Cuando te atas a una metodología para realizar un trabajo, es difícil que haya lugar para la creatividad. Pero ¿qué ocurre si nos volcamos en ser creativos? Que tenemos que evitar ser esclavos de la metodología. Es un poco lo que pasa con la literatura. Hay que tener un método, sí. Pero estamos a su servicio nuestra literatura resultará gris.
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Fíjate lo que comenta en su 14º punto, un poco en relación a lo que acabas de decir, Vero:
“El placer de una reseña periodística se mide por el riesgo que ésta asume frente a la creación. La valoración inmediata reemplaza al método, pero sin saberlo abre puertas e intuye caminos que por falta de espacio no puede recorrer, y luego los olvida. La crítica literaria en el Perú está colmada por este tipo de experiencias, y quienes lo ejercitaron con un vigor que aun ahora fascina fueron los propios creadores”.
“Sustituye el método por la valoración inmediata”. Y eso, sí tiene sus riesgos. Lo comentado más arriba, que acabe fallando en sus “previsiones”. Y claro, son muchos los escritores que llevan a cabo este tipo de crítica, porque están más abiertos a la creatividad y menos al método.
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Os empezáis a liar un poco ¿no? Método, creatividad, ¿No es la crítica decir lo que piensas de un libro? ¿Aderezado con frases complejas y palabras recién salidas del diccionario? ¿No es una forma de que el crítico aproveche una reseña para mostrar al mundo su “enorme” capacidad cultural? Estos días leí una entrevista a un grupo de pop-rock independiente, en el que el entrevistador se marcaba una introducción de varios párrafos en los que se dedicaba a utilizar palabras como hermenéutica u oxímoron. Lo bueno de todo es que las respuestas de los entrevistados eran sencillas y directas, pero el periodista y crítico musical se empeñaba en dejar patente que ese día por la mañana había mirado el diccionario…
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Bueno, Manolo, ya hablamos de la crítica musical en la música popular. Está claro que está llena de pedantes frustrados que tienen que rellenar páginas. :) Pero bueno, tú lees esas publicaciones ¿no? Yo también, de vez en cuando. Al final, igual tienes razón, tanto lío y hacer crítica no es más que opinar… ;)
A ver, con la introducción de este tema y el breviario de Vírhuez Villafane, lo que pretendíamos un poco era discutir un poco sobre el ideal de crítica literaria, sobre los diferentes tipos, errores más comunes, etc.
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Sí, Manolo, yo lo considero un tema interesante. Ten en cuenta que los críticos suelen tener una especie de estigma de personajes tétricos y frustrados :) Y con este tema que introdujo Curro a lo mejor estamos descubriendo sus causas :).
Sobre la crítica musical de la que hablas, la verdad es que yo no leo mucho de grupos pop-rock “independientes”. Me quedé un poco en Los Beatles, Beach Boys, etc… Sé que tú Manolo, igual no los conoces, pero tuvieron cierta repercusión hace unas décadas ;).
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Punto 15º del breviario de Ricardo:
“Salvo honrosas excepciones, han sido los escritores quienes enrumbaron la crítica literaria por el camino que ahora la crítica académica recusa: la improvisación, la fácil valoración, la ausencia de amplitud y de método. ¿Pero qué crítico académico ha hecho crítica, en pocas palabras, con la misma o mejor belleza que los propios escritores en sus improvisadas reseñas? ¿Qué crítico académico se ha abierto tanto a la literatura en provincias como los propios creadores provincianos, con reseñas, comentarios breves, artículos escritos al vuelo?”.
Por cierto, Enrumbar en la Rae:
enrumbar.
(De rumbo).
1. tr. Cuba, Hond. y Ven. encaminar (‖ enseñar a alguien por dónde ha de ir).
2. tr. Hond. y Ven. Dirigir la conducta, la conversación o la educación de alguien.
3. prnl. El Salv., Hond. y Ven. Dirigirse o ir a determinado lugar.
4. prnl. Hond. perderse (‖ errar el camino).
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Aquí, nuestro amigo Ricardo ya muestra abiertamente sus cartas denostando “ligeramente” la crítica académica a favor de la que realizan los escritores. Acude al término “belleza” para ensalzar esta última. Puede que sea más bella, pero no creo que los críticos académicos la busquen. Es que yo creo que Vírhuez está confundiendo un poco los objetivos de ambas tipos de crítica. No creo que una tesis de dos tomos sobre Tolstoi busque belleza. La belleza ya estaba en Tolstoi. El investigador tiene como fin hacer un profuso de una determinada obra o autor, con teorías, datos, etc. Muchos de ellos no demasiado “bellos”. Pero, insisto, no es ese su objetivo, ¿no? ¿O qué pensáis?
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Yo estoy contigo Vero. La crítica académica puede resultar demasiado erudita, pero es el público que va dirigida. Solo una persona muy interesada en Tolstoi se va a tragar esos dos tomos de los que hablas. Tiene menos receptividad, pero es necesaria. El objetivo de la crítica más inmediata es otro. Y en este ámbito sí tiene lugar el descubrimiento de nuevos valores literarios que a la académica se le escapa. Simplemente, porque esta última se toma mucho más tiempo para ejercer su labor. Punto 16º del breviario:
“La crítica, ante todo, es estimulante. Es una cortina que repentinamente se corre y nos permite mirar lejos y profundamente. La crítica no es belleza pero nos permite verla con otros ojos, gozarla de otra manera. La crítica comparte, no impone. ¿Existe este tipo de crítica? Sin ninguna duda, y tenemos una importante tradición pedagógica al respecto, así como muchas pruebas de lo contrario”.
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Sí, es evidente que se está tomando partido por la crítica no académica. Yo también estoy de acuerdo con vosotros. Ambas son necesarias y pueden convivir. Aunque por mi parte, prefiero hacer reseñas en revistas, ya que ha quedado demostrado que no hace falta ser riguroso, solo buscar la “belleza”… Y eso se me da bien :o
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En el punto número 16º Ricardo advierte de que “crítica no es belleza”, pero nos permite gozarla “con otros ojos”. Me gusta la frase “la crítica comparte, no impone”. Así debería ser. Punto 17 del breviario:
“Tal vez las afiladas armas del rigor crítico deberían apuntar contra blancos que mejor se lo merecen. Por ejemplo, el canon del mercado, la imposición publicitaria, la ideología intimidante, los ídolos de barro, las prácticas mercenarias de reseñadores de páginas culturales de periódicos. Y rendirse sin rencor ante la creación literaria”.
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Aquí Vírhuez se pone guerrero. Y con cierto enfado, “invita” a los académicos a estudiar también todas esas anomalías que se dan en el universo literario. Me gusta el tema de “la ideología dominante”, que entronca un poco con lo que Curro decía a principio de este hilo. Una ideología que también tiene su repercusión en la literatura. Esto sería un tema que se podría desarrollar otro día.
Y también se refiere Ricardo a esas “prácticas mercenarias” de los periodistas o escritores de reseñas y artículos. Es evidente, como venimos comentando, que esto se da mucho más de lo que parece. ¿Qué la armas del rigor científico deberían apuntar a todo esto? Sí, claro. Pero no estaría de más la autocrítica entre los críticos, valga la redundancia :)
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Y dice “rendirse sin rencor ante la creación literaria”. Evidentemente que lo debe hacer. También se percibe algo de rencor en Vírhuez hacia los críticos más académicos. Eso ha quedado claro. Punto 18º:
“La crítica literaria tiene mucho camino que recorrer ante una realidad tan múltiple como la peruana. Por suerte, no somos un país monocultural, no somos una sola nación ni una sola tradición literaria. Somos muchas lenguas, diversas tradiciones, variadas prácticas creativas. La abundancia de la literatura oral aún sigue alimentando a la literatura peruana en general. Nos rodea la multitud por todas partes. ¿Cómo no ser un crítico amplio, multilingüe, historiador, antropólogo, poeta y crítico al mismo tiempo?”
Particulariza, en este caso, en su país, que es Perú. Aunque me interesa su última pregunta retórica. Un crítico debe ser muchas cosas, además de crítico.
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Hombre rana, piloto de autogiro… Sí, muchas cosas :D No, en serio. Para realizar buenas críticas literarias hay que tener un conocimiento muy amplio de la amplia realidad cultural. Eso es así. A lo mejor de ahí procede la pedantería… “Yo, que sé tantas cosas, recluido aquí ante el ordenador escribiendo críticas de lo que escriben otros imbéciles”. :) Quizás piensen eso ¿no?
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Es un tema que no habíamos comentado. Hemos estado criticando mucho a los críticos, pero hay que admitir que para realizar un buen trabajo deben ser personas muy bien formadas. Y no solo en el ámbito literario. Hay que conocer muy bien la realidad cultural, como dice Manolo. La literatura siempre va a tener amplias relaciones con otros ámbitos, sea historia, política, otras artes… Y su conocimiento es una condición indispensable para abordar el fenómeno literario con eficacia. En este sentido sí es de valorar. Al menos, en el caso de aquellos profesionales que ejerzan la crítica adecuadamente. Es algo de lo que, por ejemplo, se suele acusar a los periodistas. Que informan de temas de los que no tienen ni idea. Aunque este ya es otro tema.
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Así es. Un buen crítico debe ser una persona “cultivada” por decirlo de alguna manera. Y el último y esperanzador punto del breviario de Vírhuez Villafane:
“Como la poesía y la narrativa, la crítica es también un sueño, un instrumento, un resultado, un camino para dignificar la vida humana. Es la vía que une los numerosos caminos de la cultura del hombre. Y la que nos repite que ante todo hay una verdad irrecusable: que hay muchas tareas pendientes, muchos sueños inconclusos, muchas realidades que transformar”.
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“Un camino para dignificar la vida humana porque aun hay muchos sueños inconclusos, muchas realidades que transformar”. Deberíamos quedarnos con eso, porque el verdadero arte es aquel que busca cambiar el mundo, para mejor…