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Y el buen haschisch lo sabe,
Y no entona jamás cántico grave.
Fiesta hace en el cerebro,
Despierta en él imágenes galanas;
Él pinta de un arroyo el blando quiebro,
Él conoce el cantar de las mañanas,
Y esta arábiga planta trovadora
No gime, no entristece, nunca llora;
Sabe el misterio del azul del cielo,
Sabe el murmullo del inquieto río,
Sabe estrellas y luz, sabe consuelo,
¡Sabe la eternidad, corazón mío!
El árabe es un sabio:
Cobra a la tierra el terrenal agravio.
Y en tanto,-el encendido
Vigor de este mi espíritu potente,
Me quema en mí y esclavo y oprimido
Tormenta rompe en la rebelde frente:-
Y en tanto-de mi espíritu el deseo
De aquello lo invisible se enamora
Y se abrasa en mí mismo, y me devora
Buitre a la vez que altivo Prometeo!-
¡Amor de mujer árabe! despierta
Esta mi cárcel miserable muerta:
Tu frente por sobre mi frente loca:
¡Oh beso de mujer llama a mi puerta!
¡Haschish de mi dolor, ven a mi boca!
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Otro de los escritores en escribir sobre las influencias y los efectos de las drogas ha sido el escritor Julián del Casal, cubano también, que escribió un poema sobre la morfina y titulado “La canción de la morfina”. Lo más interesante de este poema es que pone a esa droga como un personaje que en primera persona cuenta los efectos, los síntomas y las influencias que tiene quien consuma de dicha sustancia. Es más como verán en el poema la droga parece que le habla al mismo autor. Es muy interesante lo que logra Casal.
Julián del Casal ha sido uno de los participantes más fuertes del conocido movimiento poético y literario llamado Modernismo, de hecho fue amigo de uno de los padres creadores de dicho movimiento: Rubén Darío con el cual no solo forjó una bella amistad sino que se vio influenciado, también, por su poesía. Sin más preámbulos, he aquí el poema “La canción de la morfina”
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La canción de la morfina
Amantes de la quimera,
Yo calmaré vuestro mal:
Soy la dicha artificial,
Que es la dicha verdadera.
Isis que rasga su velo
Polvoreado de diamantes
Ante los ojos amantes
Donde fulgura el anhelo;
Encantadora sirena
Que atrae, con su canción,
Hacia la oculta región
En que fallece la pena;
Bálsamo que cicatriza
Los labios de abierta llaga;
Astro que nunca se apaga
Bajo su helada ceniza;
Roja columna de fuego
Que guía al mortal perdido,
Hasta el país prometido
Del que no retorna luego.
Guardo, para fascinar
Al que siento en derredor,
Deleites como el amor,
Secretos como la mar.
Tengo las áureas escalas
De las celestes regiones;
Doy al cuerpo sensaciones;
Presto al espíritu alas.
Percibe el cuerpo dormido
Por mi mágico sopor,
Sonidos en el color,
Colores en el sonido.
Puedo hacer en un instante
Con mi poder sobrehumano,
De cada gota un océano,
De cada guija un diamante.
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Ante la mirada fría
Del que codicia un tesoro,
Vierte cascadas de oro,
En golfos de pedrería.
Ante los bardos sensuales
De loca imaginación,
Abro la regia mansión,
De los goces orientales,
Donde odaliscas hermosas
De róseos cuerpos livianos,
Cíñenle, con blancas manos,
Frescas coronas de rosas,
Y alzan un himno sonoro
Entre el humo perfumado
Que exhala el ámbar quemado
En pebeteros de oro.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Quien me ha probado una vez
Nunca me abandonará.
¿Qué otra embriaguez hallará
Superior a mi embriaguez?
Tanto mi poder abarca,
Que conmigo han olvidado,
Su miseria el desdichado,
Y su opulencia el monarca.
Yo venzo a la realidad,
Ilumino el negro arcano
Y hago del dolor humano
Dulce voluptuosidad.
Yo soy el único bien
Que nunca engendró el hastío.
¡Nada iguala el poder mío!
¡Dentro de mí hay un Edén!
Y ofrezco al mortal deseo
Del ser que hirió ruda suerte,
Con la calma de la Muerte,
La dulzura del Leteo.
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Que interesante, de hecho hay pintores que han inspirado sus obras artísticas en la absenta. Tales han sido:
“El bebedor de absenta” de Viktor Oliva.
“El ajenjo” de Edgar Degas
“La bebedora de absenta” de Picasso
“Bebedor de Ajenjo” de Picasso
“Naturaleza muerta con absenta” de Van Gogh
Entre tantos otros, estos pintores han tomado la inspiración de ese mítico y mágico trago que, supuestamente, te acercaba a tu mayor inspiración. Como podrán observar en cada uno de esos cuadros se ve a una cierta categoría social que era la que tomaba el absenta, es decir dicho trago mágico no era tomado por una clase social baja sino por la alta burguesía parisina que se reunía en bares a beber esta pócima que lograba que un “hada verde” visite al pintor y lo inspire a crear sus cuadros.
Si bien estos pintores han creado algunas de sus obras retratando el poder y la fascinación del absenta muchos otros han pintado los efectos de dicho consumo. Ambas formas se pueden apreciar en varias de las obras de dichos pintores.