Recordando a Juan Gelman

Hoy he amanecido con la triste noticia de que el gran poeta argentino Juan Gelman ha fallecido. Es una noticia muy triste ya que el poeta ha logrado estremecernos no solo con su poesía sino con su historia.
La vida de Juan Gelman es casi más profunda que sus poemas, militante y revolucionario durante la época del peronismo y exiliado en el golpe de estado, Gelman ha sido una de las principales voces que desde el exterior e interior de la Argentina denunció los atroces crímenes de lesa humanidad que realizaban los militares. Pero su historia no termina allí, sus hijos, el fruto de su vida, han sido secuestrados y desaparecidos en el año 1976, apenas comenzado el golpe de estado. Los restos de su hija Nora Eva aún hoy no han sido encontrados pero sí los de su hijo Marcelo Ariel, quien fue encontrado en un río dentro de un tambor lleno de cemento.

Ese es sólo el comienzo de la triste pero fuerte historia que ha vivido Juan Gelman con sus hijos desaparecidos, a quienes el poeta no dejó jamás de buscarlos y alzando la voz a todo el mundo dio a conocer su historia y le pidió colaboración a los países vecinos de la Argentina que lo ayuden con su investigación, tan es así que Juan Gelman ha vivido gran parte de su vida no sólo buscando a sus hijos sino, y más que nada, buscando a su nieta una niña llamada Macarena, hija de Marcelo Ariel, que gracias a dios ha sido recuperada y Juan Gelman pudo conocerla en vida. Este pequeño recuerdo sobre la vida de Gelman nos sirve para conocer aún más la vida del poeta y todo lo que ha hecho política y revolucionariamente para no borrar jamás la memoria y la huella que ha dejado la muerte, la desaparición, el crimen y la violencia en la Argentina durante la dictadura militar.

De mis ojos no paran de caer lágrimas, si bien no he sido una fanática de la poesía de Juan Gelman si he respetado mucho su búsqueda y su lucha incesante y eso es lo que más me emociona. Por suerte murió sabiendo que su nieta vive, que pudo conocerla, tocarla, hablarle, contarle como eran sus padres y sembrarle en su mente la semilla de la memoria. Creo que Gelman ha plantado a cada uno de sus lectores una pequeña semilla de memoria y recuerdo ya que toda su poesía deambula sobra estos temas, sobre el amor, la muerte, el encuentro, la pérdida, y, por qué no, la resurrección.
Como lectora de Gelman no puedo decir mucho pero como ser humano sensible sí puedo decir demasiado ya que ha sido más su historia que su poesía lo que me ha emocionado, aunque también creo que con su poesía ha podido hacer visible y poético aquello que se acallaba o cegaba.

En toda la República Argentina y en el exterior del país se celebrarán, durante todo el día de hoy, innumerables homenajes a Juan Gelman. Algunos de ellos ya están comenzando y han sido puestos en los diarios más importantes del país. Tal es así que me gustaría compartir algunas de las palabras que desde Eduardo Galeano hasta el grupo de H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) ha escrito a Juan Gelman como homenaje y recuerdo por su poesía, su lucha, su vida.
Realmente al leer las cartas y los recuerdos hacia la poesía y la vida de Gelman no paro de pensar en la poesía en sí, en todo lo que ha escrito un autor para evitar que las voces de la verdad se callen y no retumben en todo un país que merecía recordad y no dejar morir la memoria.

Uno de los grandes escritores en recordar a Juan Gelman ha sido Eduardo Galeano, el escritor uruguayo, quien con su exquisita palabra, con su tan hermosa voz, ha recordado a Gelman de la siguiente manera.
La muerte es inevitable para todos los mortales pero para Galeano la muerte miente, quienes mueren no mueren viven para siempre en nuestra memoria. En palabras del gran Galeano:

JUAN
Por Eduardo Galeano

Hace poquitos días, hablando del gordo soriano y del negro fontanarrosa, dije, o más bien comprobé:
–A veces, la muerte miente.
Y ahora, lo repito: miente la muerte cuando dice que juan gelman ya no está.
El sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros.
Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo en las palabras que nos dejó.

Los H.I.J.O.S de la memoria, la verdad y la justicia también han despedido a su compañero Juan Gelman con la siguiente emocionante y sentida carta:

Hasta siempre, compañero
Por H.I.J.O.S. Capital
Fue, es esta historia, es esta historia, la que nos rompió los nombres familiares y nos ha hecho decirle mamá a una abuela o papá a un abuelo. Fue esta historia, es esta historia, la que nos hace repensar qué es un “héroe”, qué es un mito: lejos de los mitos y los “héroes” intocables, están los hombres y mujeres, compañeros y compañeras, abrazables.
Ahí se va Juan, a alguna reunión con Rodolfo, Paco y otros tantos compañeros. Allá se va Juan, a contarles a los 30.000 que pudo encontrar a su nieta Macarena. Allá va Juan, a contarles a sus hijos Marcelo y Nora, y a su nuera María Claudia, cómo es Macarena, cómo es esa vida que no pudieron matar. Se va Juan, a ese tiempo de los pasos eternos, a contarles a nuestros padres y madres que todos ellos siguen vivos en nuestras luchas.

Allá va el compañero, nuestro padrino, nuestro poeta, a seguir apalabrando el mundo, a seguir mirando con ojos de dolor y esperanza. Allá se va Juan Gelman: al lugar más justo al que pueda ir un hombre como él. Como todo compañero, como todo hombre comprometido y solidario, se va para quedarse para siempre en esta tierra que no tiembla por el miedo del pueblo, sino por el temor de los vendepatrias ante tantos hijos de la revolución.
Juan vino con León Gieco al primer encuentro nacional de H.I.J.O.S.: ahí se hicieron nuestros padrinos. Vaya a donde vaya, se llevará la condena social para todos los asesinos de nuestro pueblo. Podrá decirle a Rodolfo que ya pusimos a Videla, Astiz y más de 500 genocidas en el tacho de basura de la historia. Allá va Juan, a decirles a todos que no hubo impunidad que nos derrotara y que para los masacradores de nuestra Patria no existe ni el flaco perdón de Dios.

Ahora nos queda a nosotros el orgulloso deber de decir que lo mantendremos en la memoria de la historia, en el relato que hará que nadie deje de saber quién fue Juan, a pesar del paso de los años. Empuñamos su memoria: les diremos a todos que Juan fue un poeta del tiempo, un compañero de la ternura, un respetuoso amigo de los recuerdos de sus amigos. Con humildad y sencillez, de las características más destacables de un compañero, abrió sus puertas para buscar la verdad colectiva, dio sus hojas para que Walsh despidiera a Urondo. Allá va: se lleva en los bolsillos nuestros abrazos para los 30.000. Hasta siempre compañero, gracias por el amor.

Así se despiden los H.I.J.O.S de la verdad, la memoria y la justicia de su compañero, amigo y padrino Juan Gelman. Es una carta muy emocionante sobre todo porque revela la verdadera lucha de Gelman y de cómo lo recordaran para siempre no sólo un grupo sino todo un pueblo.