Un día como hoy

Un día como hoy, 29 de mayo, fallecía, en el año 1958, el Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez.
Juan Ramón Jiménez ha sido uno de los escritores más relevantes del siglo XX gracias a su vasta obra y la compilación, post mortem, que han realizado numerosos críticos y escritores.
Hoy, a 55 años de su muerte, me gustaría hacer un breve recorrido por su vida y sus obras más famosas.
En el año 1900 el escritor, luego de abandonar la carrera de derecho y decidir dedicarse a la escritura, se muda a la ciudad de Madrid donde comienza a familiarizarse con la poesía y con los poetas modernistas. De hecho, las dos primeras obras que publica Jiménez son: “Nínfeas” y “Almas de violeta” cuyos títulos fueron propuestos por los poetas Francisco Villaespesa y Rubén Darío respectivamente.
Es decir, que el primer acercamiento de Jiménez a la escritura se da con los poetas más importantes del modernismo: Villaespesa y Darío.

Luego de ese primer contacto el escritor sufre una neurosis depresiva y decide volver a su tierra natal donde su familia asume la tarea de internarlo en un sanatorio para enfermos mentales. En esta época donde el autor se asume enfermo crea obras literarias que rozan su diagnóstico mental. Estas obras son: “Rimas” (1902), “Arias tristes” (1903) y “Jardines lejanos” (1904). Es decir, que en esta etapa de su vida el escritor adquiere otro tipo de contacto poético y es el de su propia enfermedad mental.
En 1905 ya viviendo en su ciudad natal y en contacto con la naturaleza el escritor Juan Ramón Jiménez escribe “Elegías” (1908-1910), “Olvidanzas” (1909), “La soledad sonora” (1911), “Poemas mágicos y dolientes” (1911), “Melancolía” (1912).
En 1911 se casa con Zenobia Camprubí Aymar, a quien le dedica uno de los poemarios más bellos del autor titulado: “Diario de poeta y mar”. Bellos poemas donde el mar y el amor se convierten en fuentes de inspiración.

Luego en el año 1916 publica una de las obras más famosas, leídas hasta en los colegios, y que lleva el nombre de “Platero y yo”. Con esta obra el escritor recibió el reconocimiento de miles de lectores en todo el mundo, que se conmovieron y disfrutaron la historia del Platero y yo… Es interesante como el escritor asume ese yo poético en la obra.
Más allá de sus logros poéticos y de éxito el escritor logró situarse entre los escritores más leídos del siglo XX.
Yo recuerdo como en la escuela se hablaba de Platero, ¿Ustedes lo recuerdan? Era algo incesante, hasta recuerdo la portada y hasta el olor que tenía ese libro.
Adoro esos instantes en que los libros se convierten en recuerdo, todos debemos poder lograr eso, todos debemos poder recordar libros que han marcado nuestra infancia. Y a modo de homenaje en el aniversario de la muerte del autor quería decir eso.

Es muy interesante poder, luego de este breve recorrido, marcar las dos etapas que dividen la escritura, composición y publicación de las obras de Juan Ramón Jiménez.
Los críticos dividen su obra en dos etapas: La poesía sensitiva y la intelectual.
La primera, la poesía sensitiva, se da desde el año 1898 hasta 1915 y da cuenta de la inevitable influencia de Bécquer, del simbolismo y el modernismo que se hacen presente en las creaciones de Jiménez durante esos años.
La segunda etapa, la intelectual, se da entre los años 1916 y 1936, una etapa donde se hace presente una de las influencias más importantes del escritor, la influencia del mar. Aquel inmenso mar que se hace presente en la poesía de esa etapa para mostrar el incesante devenir. De hecho muchos escritores han tomado el mar como fuente de inspiración.
Gracias a estas dos etapas, el poeta Jiménez se ha ganado el cariño y el reconocimiento no sólo de la crítica sino, y más importante aún, el respeto del lector.

En los últimos años de su vida el escritor Juan Ramón Jiménez se vio influenciado por otros contextos políticos y sociales que hicieron de su vida y de su obra momentos claves para ser nombrados y comentados.
En el año 1936, como todos sabemos, estalla la Guerra Civil Española y el escritor se exilia a los Estados Unidos, luego a Cuba y luego a Puerto Rico. En este devenir, en este exilio, el escritor logra crear obras dignas para ser recordadas. “La estación total” (1946), “Romances de Coral Gables” (1948) y “Animal de fondo” (1949).
Luego de ese devenir en el exilio, en donde como pudimos observar crea obras que lo sitúan, aún más, en el lugar de escritor consagrado, se le otorga en 1956 el Premio Nobel de Literatura en Puerto Rico, lugar donde había vivido gran parte luego de su exilio y donde realizaba su trabajo como profesor universitario.

Luego de recibir el Premio Nobel de Literatura, en los días posteriores, fallece su mujer, su compañera de toda la vida. Esa muerte, ese golpe a la vida de Juan Ramón Jiménez fue algo que el autor jamás pudo superar. Perder a un ser amado es una herida irrecuperable, es un duelo eterno que ni autores, ni pintores, ni nadie puede escaparle a semejante sufrimiento.
Y en 1958 falleció él en la misma clínica en la que murió su esposa.
Hice este recorrido por la vida del escritor porque me pareció fundamental para rendirle un homenaje, recordar su historia, su vida, sus pasos por la literatura y cuáles fueron sus fuentes de inspiración.
A lo largo de toda su vida, y quedó demostrado, vivió haciendo de la literatura su vida y tanto el mar como su enfermedad mental y su exilio le valieron la influencia plena de su obra. Todos esos elementos no sólo formaron parte de su vida sino de su historia literaria y eso valía la pena recordar.