Pero con la llegada del gobierno de la Revolución Libertadora, Perón se fue del país y los militares encargan al coronel E.D.Moori Koing, quien pertenecía al Servicio de Inteligencia del Estado, que se deshaga del cuerpo. Pero Morí King, al tiempo fue relevado de sus funciones, porque descubrieron que el militar mantenía relaciones sexuales con el cuerpo y que a causa de ello había enloquecido.
Cuando lo relevan de su cargo, asume como guardián Héctor Cabanilla, a quien le encomiendan, entonces, estar al mando de lo que se conoció como la operación “evasión”.
Cabanilla no daba notas a los medios sin embargo accedió a dar su testimonio para el documental y a propósito de la necrofilia de su antecesor dice que: “Fueron fallas graves, irresponsables, imprudentes y anticristianas y que a partir de que tuvo el cadáver en sus manos enloqueció, porque Evita parecía una muñeca, pero no de cera sino de carne y hueso”.
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