Acerca del realismo

Hacia el año 1830 es que surge en Francia un movimiento literario al que llamaron “Realismo”. Tan grande fue el éxito de las novelas, con este tipo de estilo literario, que se extendió rápidamente por toda Europa, echando raíces, desde su país de origen hasta Alemania, España e Inglaterra, entre otros. Las formas del realismo perduraron hasta la primera mitad del siglo XX y, trataban de retratar las formas de vida y el accionar de la sociedad de la época.

Este estilo realista surgió a causa de un fuerte debilitamiento que estaba sufriendo el romanticismo, en auge hasta la aparición del realismo en Europa. Este declive del romanticismo tuvo que ver con la aparición de la industrialización, los orígenes del marxismo, Freud en psicología y también las corrientes positivistas.

Algunos referentes del realismo en Europa fueron Charles Dickens, Gustauve Flaubert, Honore de Balzac, León Tolstoi o Fiodor Dostoievsky, entre otros autores de gran reconocimiento en la literatura universal.

El término realismo aparece en 1825, primero en la literatura, representando a aquellos escritores que mostraban paisajes de lo real, y a quienes trataban de emular el espíritu de los novelistas románticos que describían la naturaleza. Luego sería llevado también a la pintura, en artistas como Gustauve Courbet, quien retrataba de manera opuesta a los románticos, y delineaba con austeridad y sencillez los aspectos cotidianos de la vida.

Poco más de dos décadas más tarde de la primera aparición en la narrativa del término realismo, surgen los grandes escritores franceses que consolidan al estilo como una nueva teoría estética, en concordancia con las primeras apariciones que buscaban diferenciarse del romanticismo.

El primer análisis del realismo se publica en una revista en 1856 y dice: “ El ralismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan”.

Las características más relevantes del realismo se deben deducir desde dos grandes perspectivas, una es el enfoque que quieren darle los precursores, y otra es el tipo de tema que elegían para desarrollar sus obras.

Por ejemplo, dicen los entendidos que los escritores realistas hacían un análisis de la sociedad de su época, comportándose como investigadores de las actitudes y costumbres y tratando de retratar esto con la mayor fidelidad posible. Un claro caso de ello es el de Honore de Bálzac, uno de los referentes del realismo, que en 1843 instaba a sus colegas a “estudiar a la sociedad, del mismo modo que un científico estudia la naturaleza”.

También Baudelaire hizo sus recomendaciones cuando dijo: “Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Por su parte, el gran Gustauve Flaubert estudió algo de medicina para que fuera real la trágica muerte de personaje principal de su novela “Madame Bovary”.

Antes del realismo, en la narrativa de los grandes escritores del romanticismo solían aparecer ellos mismos como los protagonistas de sus historias. De hecho, eran frecuentes los libros de viajes y las crónicas novelescas en las que daban cuenta de sus vidas. Sin embargo cuando surge el realismo esta modalidad queda relegada y los autores ponen más énfasis en la sociedad, sus actitudes y costumbres, como así la falta de sensibilidad, compromiso, frivolidad o sentimientos.

También cambió la forma estilística de la narrativa, cambiando las frases densas y sobrecargadas del romanticismo por algunas de mayor sencillez y sobriedad. También los diálogos aparecieron como las nuevas estrellas del género, lográndose discursos coloquiales y personalizados, ya que el escritor buscaba encontrar la voz adecuada para cada uno de sus personajes. Siempre los protagonistas variaban de clases, nivel intelectual y eran muy diferentes entre sí y era por ello que buscaban representarlos con la mayor fidelidad.

El realismo es una corriente que ha trascendido los límites de una sola disciplina del arte y es por ello que se extendió a otras ramas, como lo son la fotografía, la cual tuvo una suerte de paralelismo con el realismo literario. También llegó a la filosofía, ya que del realismo surgieron el positivismo, el marxismo y e método experimental, entre otras.

Sin exagerar, muchos de los escritores realistas estudiaban muy bien a los personajes que querían retratar, llevando apuntes y notas acerca de sus reacciones y de cómo eran éstos en su vida cotidiana. Sin dudas, fue una base de lo que luego sería la sociología.

Los recursos que utilizaban los escritores realistas eran aquellos que le permitieran representar en detalle todo lo que querían decir: sin demasiados ornamentos estilísticos y más bien cercanos a la austeridad, pero de manera que pudieran mostrar a esos personajes comunes de manera “real”, tal como lo indica el nombre de la corriente literaria.

Las características principales del realismo muestran de que manera los autores intentaban trabajar a la literatura como una suerte de espejo social con el que dejaban en evidencia la sociedad de su época. Los puntos son varios e intentaré compartir con ustedes algunos de ellos:

• Fidelidad casi exacta de lo real
• Son opositores, en los rasgos fundamentales de sus aspectos, a los románticos, ya sea desde lo coyuntural como lo estilístico. Cambian el retrato individual por el social.
• Describe con exactitud y de forma meticulosa a sus personajes, sus sentimientos y también a sus apariencias físicas, de los lugares en donde viven y de sus conflictos con el entorno.
• Uso de diversidad de discursos, para que de esa manera puedan mostrar los diferentes niveles sociales de sus protagonistas.
• No idealizan a sus personajes sino más bien los representan de la manera que son en la realidad, con sus miserias y virtudes.

La verdadera génesis del realismo está en un cambio social al que se sometió, fundamentalmente, el pueblo europeo a causa de lo que generó la revolución industrial. La aparición de la burguesía, los nuevos adinerados con ínfulas de cortesanos, hicieron un palimpesto social formado por una diversidad de seres humanos que derivaron en una sociedad frívola, sin grandes intenciones de compromiso con su entorno.

Esta burguesía que comenzó a intelectualizarse fueron, en parte, los que marcaron las tendencias literarias de la época, ya que tenían poder adquisitivo ye ran, en definitiva, los que compraban los libros y leían los periódicos en los que salían publicados los capítulos de las novelas. La aparición de la fotografía ayudo a romper con el idealismo y con aquellas cuestiones que se agrandaban en la escritura ya que parecía que había que adornarlas para que parecieran reales. La ciencia, la filosofía y también la obra de Darwin “El origen de las especies”, también jugaron un papel fundamental.

El cambio de la sociedad, que comenzó a emigrar de los campos a las ciudades, se vio reflejado, como tú bien has expuesto en el post anterior, en la manera de relacionarse y también en los gustos y preferencias. Estos trabajadores asalariados, que antes se pasaban su vida en el campo sin acceder a los avances de la tecnología, fueron cambiando progresivamente sus elecciones y también sus sentimientos, ya que se fueron volviendo cada vez más frívolos y más apegados a lo material.

Otra de las cosas que colaboró para que esta corriente se desarrollara y gozara de la popularidad que tuvo, fue la prensa escrita, ya que las novelas, como bien has dicho también, publicaba las novelas por capítulos en los diarios más importantes y de esta manera los burgueses tenían acceso a ellas. Si los lectores de los periódicos respondían a ellas, entonces las editoriales se animaban a publicarlas en un libro.

Hay estudiosos que sostienen que las causas que posibilitaron el arraiglo del realismo y su consolidación como un estilo artístico de relevancia en el siglo XIX fueron:
• La libertad política y religiosa
• La soberanía popular
• El sufragio universal
• Las reivindicaciones sociales.

Estas cuestiones fueron movilizadoras, ya que hicieron que los asalariados, que antes no tenían la posibilidad de adquirir nuevas cosas, ocupar su tiempo de ocio y, además, tuvieron capacidad de participar en la vida política, lo que hasta entonces les estaba vedado o era solo para la nobleza.

En este contexto surgieron también las corrientes como el socialismo y el marxismo que tuvieron aceptación popular e inmediata entre las masas y las sociedades urbanas, compuestas por trabajadores, comenzaron a tener cada vez más preponderancia en la vida de los países europeos. Un dato interesante es que Inglaterra creó un realismo autóctono, podría llamarse, caracterizado por Defoe, por citar alguno.

Como toda teoría, corriente artística o filosófica o también, doctrinas políticas, tienen un período de vida que va en función del contexto social, cultural y político y las evoluciones de las sociedades. Así es que el realismo literario también tuvo su declive cuando comenzó a mezclarse con el relato psicológico.

La novela psicológica, si bien cuenta con elementos del realismo y de hecho, se basa en él, comienza a tener otras características que en el realismo del siglo XIX no estaban tan marcadas como es el monólogo interior. Otra de las vertientes en las que desencadenaría el realismo, ya convertido en otro tipo de relato es en el interés por todas aquellas cosas por las que el realismo no se interesaba como son la religión, el espíritu del campesino o los tradicionalismos. En estas circunstancias son referentes de esta etapa del realismo que sería ya su final, autores como Benito Pérez Galdós o León Tolstoi.

La novela realista surgió en España, en el siglo XIX. Sus bases fueron el tipo de narrativa que se venía desarrollando en Europa como eran la novela histórica o el folletín, solo por nombrar algunos.
Luego de la segunda década del siglo, allá por 1868, el naturalismo da lugar al realismo y muchos fueron los autores que explotaron este género. Uno de los máximos referentes en España fue, sin dudas, Benito Pérez Galdós.

El realismo español, recibió, sin embargo, influencias de las narrativas inglesas y francesas como las novelas de Emile Zolá. Este tipo de obras se basan en relatar hechos cotidianos con verosimilitud, es decir, la trama, como también los personajes y la ambientación de las historias son perfectamente creíbles. Otros exponentes del realismo fueron Pío Baroja, Azorín, (ambos de la llamada Generación del 98), como también Vicente Blasco Ibañez.

Es interesante este tema y siempre desata polémica, dada la similitud que exite entre realismo y naturalismo.

Si bien, como he dicho antes, el realismo surgió en España en el siglo XIX, cuenta con influencia de otros países de Europa, aunque sin embargo tiene algunas características que las diferencian. El relato francés, entre los que se pueden mencionar a Honore de alzac, Emile Zola o Gusatuve Flaubert, creaban historias desprejuiciadas. Recordemos a Nana, de Zola o a Madame Bovary, de Flaubert.

En cambio, el realismo español muestra en sus historias más bien las ideas de libertad y progreso, sin desatender el espíritu del catolicismo y las tradiciones, lo que refleja de manera muy exacta Benito Pérez Galdós en sus obras. En tanto, no reniegan de los fundamentos religiosos o sociales como lo hace el realismo francés que sí lo hace y de forma muy evidente.

También influyeron en los narradores españoles autores como Gogol, Dostoievsky o Tolstoi, quienes desarrollaban historias más pesimistas y muchas de ellas hacían hincapié en aspectos históricos.

Otro tipo de novela es la psicológica, también llamada o conocida como novela de análisis. Este tipo de relato tiene como particularidad realizar una representación del yo interior de los protagonistas. Para ello uno de los recursos más usados por el narrador es el monólogo interior en el que los personajes conversan con ellos mismo y den cuenta de sus emociones y también de las emociones de los demás. De hecho, está antes ara el escritor lo que piensan sus personajes que las descripciones y detalles de las tramas o escenarios

También es recurso del escritor de las novelas psicológicas el flashbacks que son introducir otros textos como fragmentos de diarios, misivas u otros escritos que den cuenta de la mente y del sentir de los personajes.

Una de las obras más paradigmáticas que es considerada un calco de la novela realista psicológica es la titulada Pamela o la virtud recompensada, escrita por Samuel Richardson.