Los escritores que integraban la llamada “generación del 98” mantenían muchos puntos de referencia entre sí, comenzando por sus años de nacimiento, pero también siendo todos ellos influenciados en sus obras y pensamientos por la filosofía de Frederic Nietzsche.
Uno de los puntos de consonancia era su pasión y atracción por la provincia de Castilla, pero en espacial por ese sector de la provincia en donde habitaban campesinos, abandonados y pobres, plasmando en sus libros poéticos y prosaicos las bellezas de sus paisajes, casi como un diario de viaje.
Otra característica es que especificaban entre “dos Españas”, una que era la real, en donde había pobreza, injusticia y miseria y otra que encerraba la falsedad y la hipocresía de los ricos y se preocupaban por el pensamiento de los más jóvenes en ese contexto.
Todos mantenían una actitud pesimista en cuanto a las soluciones de los problemas sociales que les preocupaban.
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