Los corrales de comedias

Durante el Barroco las obras teatrales eran representadas en los llamados Corrales de Comedias.

Se trataba de patios interiores en manzanas de casas en uno de cuyos extremos se montaba un escenario.

Dichos patios estaban cubiertos por toldos para evitar los espacios excesivamente iluminados y para condensar la acústica evitando que los actores tuvieran que gritar demasiado.

Madrid y Sevilla tuvieron los más importantes corrales de comedias, pero muchas otras ciudades españolas gozaban de uno en el que poder representar obras. Tal es el caso de ciudades tales como Valencia, Oviedo, Córdoba, Granada, Alcalá de Henares, Almagro, actualmente en uso como teatro normal, y Guadalajara.

El Corral del Príncipe, en Madrid fue sin duda el más conocido de todos.

El Corral del Príncipe, ese que mencionas era espectacular según cuentan las crónicas de la época.

Se trataba de un patio interior cuyos edificios tenían tres plantas además de la planta baja.

En la planta baja de los edificios laterales se disponían las gradas, y los vecinos podían ver la obra desde ahí o desde los balcones de sus casas.

El edificio que estaba enfrente del escenario estaba dispuesto para que las personas más distinguidas gozasen el espectáculo desde alli, la primera parte era conocida como la cazuela, la segunda planta era el balcón de los concejales de Madrid y en la planta alta se situaba la tertulia.

El escenario estaba tras un edificio igual en el que la planta baja era para vestuario, los dos primeros pisos de balcones para representar algunas escenas y la última destinada a las máquinas destinadas a mover la tramoya.

Si señor, Torreira, los concejales tenían un espacio propio reservado, como ocurre hoy en los campos de fútbol por ejemplo, en que los palcos están infestados de políticos.

De hecho en la mayoría de corrales había una zona reservada para cada tipo de personas y sólo los ricos podían presenciar la obra con sus mujeres, ya que en las clases bajas ambos sexos debían estar separados.

Los espectadores varones veían la obra desde el patio o desde los desvanes mientras que las mujeres tenían la cazuela para ellas solas.

Los aristócratas tenían los aposentos reservados y en esas zonas estaba permitido el público mixto por lo que no había separaciones. De este modo duques, condes, marqueses y altos cargos disponían de un lugar específico para ver la obra.

Por último decir que los espectadores a los que le tocaba el patio debían afanarse en conseguir asiento, ya que muchos de ellos seguían la obra de pie.

Curioso escenario el corral de comedias.

El público estaba demasiado cerca de los actores y sin duda estos adaptaron su manera de actuar a esta circunstancia aprovechando la proximidad y jugando con ella.

Los propios directores y escritores se fijaron en esta cercanía del público para redactar las acotaciones pertinentes en las que se buscaba muchas veces la complicidad.

Los gestos iban indicados en las propias acotaciones y se especula con que en aquella época debió haber algunos gestos estandar que se asociaban de antemano con ciertos estados de ánimo.

En las acotaciones además de los gestos, los movimientos y los tonos se indicaba el tipo de acento que cada personaje debía utilizar como por ejemplo el acento sayagués que usaban algunos personajes y que indicaba que pertenecían a un estrato social bajo. Los que pertenecían a un estrato social alto no usaban este acento rústico sino que hablaban de una manera bastante culta.

Jué! lo estáis analizando todo... ¿Que queda para mi? ...

El vestuario es lo único que se me ocurre para poder aportar algo.

Los ropajes de los actores eran algo muy importante en las obras representadas en los corrales de comedias ya que servía entre otras cosas para situar la acción en las diferentes épocas de la historia.

También informaban de la parte del día en que la escena transcurría (pijamas, camisones, o ropa de día...) o de la estación del año en que se estaba llevando a cabo la acción (Cuanto más tapados iban más proximos estaban al invierno en la historia narrada).

Además las prendas servían también para marcar su estrato social en función de lo pobres que estas fueran o para marcar si se trataba de ángeles o demonios, que dadas sus constantes apariciones tenían traje propio (blanco para el ángel y negro para el demonio).

Por último, cuentan las malas lenguas, que algún que otro actor, empeñó sus valiosos ropajes para obtener dinero en efectivo... lo cual no sentó muy bien al resto de la compañía teatral en la que trabajaba.

Bien analizado Torreira, pero te ha faltado decir una cosa.

Además de los vestidos y ropajes propios de cada personaje, éstos poseían artículos propios, es decir, objetos que ayudaban a caracterizarlos dando información acerca del propio personaje.

De esta manera los alcaldes solían llevar varas, los caballeros espadas, los fantasmas o los presos cadenas... y así sucesivamente.

El público conocía de antemano, a base de verlas repetidas, las implicaciones de cada objeto y pronto identificaba el papel del peronaje que los portaba.

Además de esto se usaban otros objetos para realizar acciones en escena, tales como sillas, escritorios, mesas, vasijas, banderas o todo tipo de objetos de uso cotidiano a los que se hiciera referencia de un modo u otro en las obras que se representaban en los corrales de comedias.

Gracias por tu comentario y por tu puntualización Géminis. La verdad es que ya no quedaba mucho más que apuntar sobre el teatro desarrollado en los corrales de comedias, pero pensando pensando me ha venido a la cabeza que también podemos hablar acerca del papel que la iluminación tenía en este tipo de obras.

Lo primero que hay que decir es que la iluminación era natural al tratarse de patios abiertos. No obstante esa luz, como ya se ha indicado antes era moderada por los responsables de la representación mediante el uso de un toldo que permitía equilibrarla, es decir, permitía asegurar que unas zonas no quedaban más iluminadas que otras.

Pero además de la luz solar, existían apoyos artificiales que no estaban tan destinados a iluminar como a cumplir un paple significativo dentro de la propia trama creando efectos lumínicos especiales.

De este modo las velas indicaban que la acción estaba teniendo lugar en una habitación interior mientras que para indicar exteriores nocturnos como calles o jardines se utilizaban las llamadas hachas, que no son otra cosa que antorchas de cera.

El problema de coherencia de esto es que al final las escenas nocturnas poseían más iluminación que las diurnas.

De nada Torreira, esto parece un mano a mano entre tu y yo. Encantado de colaborar en este pedazo hilo tan interesante.

Veamos que ocurría con la escenografía.

El edificio de detrás del escenario tenía una parte destinada a los vestuarios la cual se dividía en nueve partes y unas cortinas de tela las tapaban permitiendo la rápida entrada y salida de los diferentes personajes.

En las obras se simulaban espacios interiores por medio de atrezzo. Ocurría lo mismo que con los vestidos o con los objetos: existían una serie de decorados estándar que se asimilaban rapidamente con cierto tipo de escenarios. Un trozo de cama por ejemplo daba cuenta de que se trataba de un dormitorio, y un estrado simulaba el salón real.

Para los espacios exteriores ocurría lo mismo, y los encargados de la obra simulaban plantas o rocas con cartón para indicar montes o montañas.

La verdad es que se lo curraban mucho y tiraban bastante de imaginación.

Ya sabes Torreira... ahora te toca a ti... a ver quien es el primero que se queda sin nada que aportar... jajajaj

Un abrazo amigo!!!!

Pues nada Torreira... "te me adelanto"... jejeje

Era sólo para comentar una pequeña curiosidad.

Se tiene entendido que los hombres siempre gozaron de mayor libertad para actuar en espectáculos y que por ello abundaban los hombres travestidos en el escenario, es decir, que como había más y faltaban mujeres muchos de ellos adoptaban el papel de féminas en las representaciones.

Pues bien, en los corrales de comedias pasaba lo contrario eran más las mujeres que actuaban como miembros del género opuesto, es decir vestidas de hombres.

El caso es que los espectadores estaban encantados ya que las prendas de hombres eran menos rimbombantes y por tanto más ceñidas....

....que cada cual saque sus propias conclusiones. xDDD

Vale Géminis vas ganando... pero voy a recortar distancias inmediatamente.

Hablaré de la importancia de los sonidos en las obras representadas en los corrales... a ver que te queda a ti por decir...

En estas obras la música era algo esencial ya que se usaba para marcar cambios de lugar, entradas y salidas de personajes o para dar más emoción a la acción.

Los músicos la hacían en directo obviamente y eran los que más tiempo estaban en escena ya que abrían y cerraban la obra con sus melodías.

Además en los entremeses y piezas cortas cobraban un papel casi protagonista.

Dentro de los músicos había solistas e incluso un coro y las guitarras eran los instrumentos más usados.

Ea... ahí queda eso!! a ver que as te sacas de la manga!

Pues mi as, como tú dices, tiene mucho que ver con lo tuyo....

Resulta que los elementos sonoros no sólo se limitaban a lo que expones como la música o el coro, sino que además, se engloban dentro de ellos muchas otras cosas.

Había ruidos que no eran melódicos y sin embargo estana ahi por algo.

Muchas veces se insinuaba mediante ellos algo que no salía en escena como una paliza o una romería. El procedimiento era simple, se representaba un lugar interior y se dejaban oír de fondo los ruidos propios del evento que se estuviera llevando a cabo.

Además los vientos, los truenos, las tempestades, las lluvias, el galopar de los caballos, todo este tipo de cosas, se daban a entender al lector por medio de característicos sonidos, muy logrados en muchas ocasiones.

y aún diré más, esta vez relacionado con otro tema, para que veas que no todo es aprovechar tus ideas...jajajja

En los corrales como su propio nombre indica, había animales... jajaja

Me explico: Para ganar en espectacularidad, muchas veces se llevaban animales como caballos, mulas, perros, gallinas y otras aves.

(solo los que se podían domesticar)

Los propios actores representaban leones y fieras en otras ocasiones.

Jué, me la has clavao por partida doble man! jajaja

Yo vuelvo a lo técnico y a los recursos escénicos.

Eran muy usadas las apariencias que consistían en lienzos o telones en los que se habían representado aquellas acciones que por su dificultad representativa no se podían llevar a cabo de ninguna otra manera.

Las tramoyas permitían que algunas de estas apariencias, montadas sobre máquinas apareciese ilumianda y adornada con velas y flores.

Los escotillones eran aberturas que permitían que algunos personajes saliesen a escena por debajo cuando así lo requería el guión.

Finalmente se usaban también los bofetones, que eran unos dispositivos que mediante el giro hacían aparecer o desaparecer personas u objetos.

Amigo Géminis... ya no se más al respecto de este tema... un sólo post y m habrás ganado... aunque veo difícil que te queden recursos pq ya hemos apuntado hasta el color de calzoncillos de los porteros de los corrales... jajajja

Salud compañero!