Tema: "El tragaluz" de Antonio Buero Vallejo

Me alegro mucho de que abras este hilo para comentar “El tragaluz”. Es una obra que leí hace años y me marcó especialmente. Después de aquello siempre he vuelto a ella para revisar algunos pasajes. Como dices esta obra es precursora dentro de la literatura española, y más concretamente en el teatro, por el hecho de abordar la guerra civil y sus consecuencias. Como dices, la censura deshacía cualquier intento, por mínimo que fuese, de ofrecer visiones diferentes. Y no hablamos de hacer crítica brutal, como estamos acostumbrados en la actualidad, sino de nombrar la propia “guerra civil” como concepto. Los vencedores y dueños del poder habían sepultado ese término, y preferían hablar de “cruzada” o cosas similares. Con esta situación, los españoles habían sido modelados en la versión oficial durante décadas, algo que, por supuesto, era directamente buscado por el régimen.

La censura era el vehículo clave para controlar la producción artística en época franquista. Como dices, Manolo, nada escapaba a su férreo manejo. Por tanto, muchos escritores de la época se aplicaban la autocensura. ¿De qué sirve escribir una obra mínimamente crítica, si sabes que no te la van a publicar? Por ello, los artistas de la España de la época, al menos muchos de ellos, preferían realizar trabajos que no chocasen con la censura y no abordar ningún tema espinoso. Sin embargo, hay que tener en cuenta, que muchos españoles habían emigrado, y en el extranjero sí se podían editar obras que escapasen al control del régimen franquista. Pero, por supuesto, jamás serían editadas en España. Otra opción para los artistas afincados en nuestro país, era exprimirse la cabeza al máximo con el fin de ofrecer historias que tocasen de manera “muy metafórica o simbólica” esos asuntos cercenados por la censura.

Después de tanto Shakespeare, hacía falta volver la vista hacia nosotros, para contentar un poco a Manolo Yo también leí “El tragaluz” varias veces. La primera por obligación, el resto por placer. Considero que es una obra cimera del teatro moderno español. Y como comentáis, una de las razones, pero no la única de estar en ese lugar de honor, es el hecho de hacer una profunda reflexión sobre los avatares de la contienda fratricida que se desarrolló en España. Y para sortear esa censura, Buero Vallejo, aplicó varias técnicas interesantes a su drama. Conviene incidir en este tema, porque “El tragaluz” no es solo una obra crítica con el régimen franquista. Es mucho más.

Sí, sí, sí, Vero. No se precipite, usted Por supuesto que es mucho más que eso. Incluso yo diría que no es exactamente “una crítica al régimen franquista”, sino más bien, como dices tú previamente, una profunda reflexión sobre el pasado más reciente cuyo fin es hacer reflexionar al espectador. Y hay que tener en cuenta un importante detalle para analizar la obra desde nuestra óptica. En estos momentos el revisionismo histórico de la Guerra Civil y posguerra goza de una tremenda difusión. No paran de salir películas, libros, ensayos, etc., que ofrecen visiones, casi siempre críticas, sobre esos periodos. Tal es la avalancha de propuestas, que mucha gente manifiesta cierto hartazgo ante ellas. Y en ocasiones con razón, debido al plagio y autoplagio que realizan muchos de sus creadores. Pero esta situación no tiene nada que ver con la época de aparición de “El tragaluz”.

Bueno, Curro, yo no siento tanto hartazgo por esa clase de obras. En mi opinión muchas de ellas son necesarias, por la misma razón, que en su día lo fue “El tragaluz”: reflexionar y no olvidar nuestro pasado. Quizás la oferta sea excesiva, no obstante, por el hecho de que muchas editoriales y productoras vean en esta época un verdadero filón comercial.

Sin duda es un filón comercial, Manolo. Pero volvamos a la obra. “El tragaluz”, como decíamos se escribió en 1966. Buero Vallejo ya contaba con una buena trayectoria autoral. En 1949, presentó “Historia de una escalera”. Más adelante escribió “Un soñador para un pueblo” (1958), que podría inspirar ciertos detalles de “El tragaluz”. Y es importante citar que en 1964 termina de escribir “La doble historia del Doctor Valmy”, prohibida por la censura y no conocida por el público hasta años después. En ella se abordaba la tortura promovida por los aparatos represores de un país autoritario. Por supuesto, esto era intolerable para los organismos de control cultural del régimen. Por lo tanto, a la hora de representar “El tragaluz” conviene saber que los espectadores no conocían su obra anterior. Por otro lado, hay que decir que Buero Vallejo fue militante del bando republicano, y su familia “sufrió” el hecho de pertenecer al bando perdedor.

Sin duda, su pertenencía al bando republicano influyó indefectiblemente en obras como “El tragaluz”. De hecho, el propio tragaluz donde vive la familia protagonista de la obra es una enorme metáfora sobre el soterramiento en el que vivían confinados muchos de los supervivientes republicanos. Así, algunos miembros de la familia permanecen “fieles” a ese tragaluz a pesar de que ello suponga una vida penosa en muchos casos, mientras otros, como en el caso de Vicente, hayan aceptado las “reglas del juego”, lo que les permite sobreponerse a esa vida, a cambio de renunciar a su pasado. Vicente es un personaje muy interesante de “El tragaluz”, pues encarna a la persona que busca, por encima de todo, adaptarse a las circunstancias, para sobrevivir. Un personaje antipático, pero muy necesario para que el espectador y lector de la obra tengan ante así todos los modos de vida de la época.

Sí, Vicente no es precisamente un “héroe” Cuando leí la obra rápidamente tomé partido por su hermano Mario, como supongo le pasaría a buena parte de los lectores.