“Middlemarch” de George Elliot

Si se encuentran con ganas de leer una buena novela victoriana deben recurrir a las novelas de George Elliot, sobre todo su gran novela victoriana, titulada: “Middlemarch”. Si bien la novela es una de las menos conocidas por los lectores y críticos de la literatura victoriana, es precisamente la novela clave con la que luego se construirá la novela moderna. Es decir, la novela de Elliot posee todas las características de lo que será luego la novela moderna.
“Middlemarch” nos cuenta la historia de tres parejas: Dorothea Brooke, Tertius Lydgate y Fred Vincy. Como podrán percibir cada historia está narrada desde un punto de vista. Por ejemplo la historia de Brooke narra la vida de ella quien con sólo diecinueve años y sin una educación muy eficaz para conseguir marido ya que es idealista, se enamora de un joven que no es erudito y se encuentra con el deseo de casarse. Pero no todo es tan lindo como parece…

La segunda historia de pareja está protagonizada por Tertius Lydgate, un médico bastante emprendedor y con ideas revolucionarias que se enamora de una de las mujeres más hermosas de la comarca, quien encuentra a Tertius como su pasaje para la ascensión social.
Y la última historia de pareja está protagonizada por Fred Vincy, un joven ambicioso y derrochador que no tiene otro plan que esperar cobrar una posible herencia. Él también se enamora de una joven llama Mary Garth, una obrera mujer. Ambos se conocen de niños y su relación se enfrenta a innumerables decisiones que los llevan a ser una de las parejas que es feliz en la obra.
Estas son las tres parejas que vamos a ir conociendo a lo largo de toda la novela, de hecho entre la historia de esas tres se inserta una cuarta pareja que irá adueñándose poco a poco de toda la historia.

La novela “Middlemarch” no sólo es una historia de enredos y amores imposibles, sino que por el contrario cuenta y narra la historia y vida de una época que se manejaba con intereses de ascensión social, herencias y misterios. Cada una de las historias, que se van desarrollando a lo largo de la novela, hará que nuestra lectura sea más amena y entretenida. No sólo visualizarán historias de lo más entreveradas sino que nos permitirán recrear cómo se vivía en una época de principios del siglo XIX mostrándonos los vestuarios, los escenarios, las calles y las historias de estos personajes que sirven como ejemplificación y testimonio de una época.
La narración, la prosa del autor nos permite seguir la historia de manera más suelta y relajada ya que no encontramos en ninguna parte de la novela indicios de que sea una novela complicada de lectura, por el contrario es bastante sencillo seguir la trama.

La novela es muy buena realmente nos permiten sumergirnos a una época bastante novelesca que es la del siglo XIX. En cada una de esas novelas nos damos cuenta de la innumerable y fructífera manera de narrar momentos imperdibles no sólo en la vida y la historia de la humanidad sino en la vida de la novela y de lo que innumerables autores se basaron para crear la novela moderna.
A continuación comparto un fragmento de “Middlemarch” de George Elliot para que empiecen apreciar la forma narrativa con la que el autor asume su papel literario y como funciona esa prosa que hablábamos anteriormente.
"No estoy segura de que el hombre más grande de su época —si es que alguna vez ha existido cumbre tan solitaria— pudiera escapar a los desfavorables reflejos de sí mismo en diferentes espejos de reducidas dimensiones; e incluso Milton, al contemplar su imagen en una cuchara, tendría que conformarse con el ángulo facial de un palurdo"

Un dato muy interesante sobre éste autor, es que en realidad George Elliot es el seudónimo de Mary Anne Evans, una mujer escritora, inteligente con sus ideales que usó, precisamente, un nombre masculino para alejarse de las opiniones ajenas y de las convenciones a la hora de publicar su novela. Lo que hace la autora al escribir con un nombre de hombre es precisamente huir de los escándalos sociales y personales de la época. De hecho hubo varias mujeres que en la misma época utilizaban nombre de hombres para publicar.
Imagínense que de repente una mujer en pleno siglo XIX saca una novela que habla de ideología, de revolución, de innumerables enredos con la voz de una mujer. Ya Virginia Woolf lo anticipaba en su ensayo “Un cuarto propio” donde las mujeres creaban sus novelas, muchas veces, utilizando nombres de hombres para poder publicar y evitar la mala fama social.

George Eliott es el seudónimo que usó al escritora Mary Anne Evans, así como lo has dicho Amparo. Esta autora había nacido en Inglaterra y tuvo una infancia muy particular, ya que fue criada en la religión evangélica pero en la adolescencia decide cambiar y volcarse al racionalismo intelectual. Estudió varios idiomas, entre ellos el latín, griego y alemán y se relacionó con los más relevantes escritores de su tiempo, con quien estrechó una gran amistad.

Las novelas de Mary Anne Evans o George Eliott, eran del corte realista, propias de la época de finales del siglo XIX y mostraban como era la vida en el interior de Inglaterra, sobre todo en las provincias. Del mismo modo que otros escritores realistas, usaban la literatura para mostrar la complejidad moral de la sociedad de la época. Dicen que eligió un seudónimo de hombre porque las mujeres no eran tomadas en serio en materia literaria.

Había pocas mujeres que usaban su verdadero nombre para publicar sus novelas en la época. Una de ellas fue una de las hermanas Brontë, Charlotte, aunque también lo hizo Emily con su genial Cumbre borrascosas. El hecho de que Mary Anne Evans usara un nombre masculino, fue porque no quería que la identificaran solamente como una simple escritora de relatos románticos.

Una de sus novelas fue Silas Marner, la que cuenta la historia de un tejedor que habita en un pueblo llamado Ravaloe, a donde ha ido a parar después de desertar de una congregación cristiana ya que lo acusaron, sin pruebas y de manera injusta, de robarle a uno de sus mejores amigos. En el nuevo pueblo, este tejedor se encuentra con habitantes que son poco proclives a hacer amistad con los forasteros y en definitiva viven aislados del mundo. Así es que Silas MArner también decide hacer lo mismo y trabaja en su casa sin tener contacto con nadie.

Las novelas de Mary Anne Evans (o de George Eliott) eran algo así como una especie de policial, ya que sucedían cosas y enigmas a los que el lector tenía que tratar de resolver. LA historia de Silas Marner cuenta con esos elementos de intrigas y del drama también, porque si bien el hombre había decidido por mantenerse aislado del resto de los habitantes del pueblo, le ocurre que un día el hijo de una de las personas más distinguidas de la aldea le entra a robar a su casa. Se trataba de un muchacho llamado Dustan Cass quien se lleva el dinero que guardaba Siles.

Al darse cuenta del atraco y además de saber la identidad del ladrón, Silas pide ayuda a los aldeanos quienes sienten compasión por él pero no lo pueden ayudar ya que no quieren ponerse en contra de uno de los más poderosos del pueblo.

LA historia de Silas, escrita por George Eliott (o Mary Anne Evans) da un vuelco cuando después de sufrir el robo del hijo del hombre más poderoso del pueblo, sintiéndose desolado al perder todos sus ahorros, de repente y en medio de una crisis de epilepsia del hombre, entra en su cabaña una niña que se escapa del fuego que ha arrasado con una de las propiedades vecinas. Silas se da cuenta que en medio del incendio yace una mujer que es la madre de la pequeña y es así que decide quedarse con la niña para cuidarla.

Silas siente que la niña es un regalo de Dios por los sufrimientos que ha pasado pero lo que no sabe es que es la sobrina del joven que le ha robado, aunque nunca la reconoció como hija ya que tenía miedo que la madre de la pequeña le reclamara la herencia. Así la niña llega a cumplir 15 años. El destino también cambia para Silas cuando encuentran el cadáver del joven que le robó junto al dinero que logra recuperar.