Virginia Woolf fue una escritora brillante, aunque la enfermedad mental que padecía la llevó a acabar con su vida. La gran narradora sufría de una esquizofrenia o trastorno bipolar, además de tener períodos prolongados de depresión. Además, el entorno social y político en el que le tocó vivir agravó su situación. De hecho, tuvo que padecer la destrucción de su casa en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.
Estaba casada y dejó una extensa carta antes de suicidarse, que estaba dirigida a su esposo. En ella escribió: “Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez”.
Virginia Woolf aseguraba que escuchaba voces y que no podía luchar contra su mal uy que le estaba enteramente agradecida a su marido por el amor y la paciencia que que le tuvo. Y agregó en su última carta: “Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera podría ser. Creo que dos personas no pueden ser más felices hasta que vino esta terrible enfermedad”.
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