Al momento de ponernos a escribir una novela siempre, o por lo menos a mí, sucede que no sabemos cómo lograr una buena construcción de personaje. Leyendo muchas novelas he encontrado que Roberto Arlt, escritor argentino, ha logrado construir a sus personajes de manera tan extraordinaria que me gustaría compartirlo con ustedes. Tal vez puedan tomar en cuenta sus construcciones para sus propias producciones.
Los personajes en las novelas de Roberto Arlt no son tipos como en el realismo tradicional, ni casos como en el naturalismo, sino que son puras individualidades. Individuos que transitan una ciudad en vías de convertirse en metrópolis encerrados en sus miedos y situaciones que los van definiendo y delimitando a lo largo de sus novelas. Porque cada visión o fantasía, que se manifiesta en los personajes, dan cuenta de un futuro que anticipa una versión apocalíptica del porvenir, ya que lo se trata con las noveles es de registrar los efectos de la aceleración del progreso.
Por ejemplo, vemos la construcción del personaje Erdosain en “Los siete locos” y “Los lanzallamas”. Erdosain imagina una ciudad donde la oscuridad, la opresión, la soledad, la multitudinariedad y la amenaza son el futuro.
Veía a su desdichada esposa en los tumultos monstruosos de las ciudades de portland y de hierro, cruzando diagonales oscuras a la oblicua sobra de los rascacielos bajo una amenazadora red de negros cables de alta tensión. Pasaba una multitud de hombres de negocios protegidos por paraguas. Su carita estaba más pálida que nunca, pero ella lo recordaba mientras el aliento de los desconocidos se cortaba en su perfil. (…) Erdosain interrumpió su proyección de futuro”
Todas estas imágenes, que son recurrentes en las novelas de Arlt, se asocian para configurar uno de los motivos más importantes de las obras, que es el de reconocer a la ciudad como prisión. Una prisión que además traerá aparejada la angustia del personaje. Es decir, que Roberto Arlt no sólo construye a un personaje sino que convierte a la ciudad no sólo como escenario fundamental del drama sino como un personaje más.
“En otros momentos el terror avanzaba en Erdosain: tenía la sensación de estar engrilletado, la terrible civilización o había metido dentro de un chaleco de fuerza del que no se podía escapar. Veíase encadenado y con el traje rayadillo, cruzando lentamente en una columna presidiaria”.
Esta angustia de Erdosain, esa sensación de encierro, claustrofobia urbana, es un sentimiento modernista que atenta contra la intimidad del individuo. Ya que para Erdosain y para todos los personajes de Arlt, la ciudad es una cárcel en donde la subjetividad se encuentra constantemente amenaza.
Es decir, es esta angustia moderna lo que oprime al individuo y de la que él desea pero no puede salir jamás. La única posibilidad de liberación, que presenta Arlt, es la que se da a través de la muerte, el suicidio. Y es precisamente esta modernidad, este Buenos Aires del treinta el que Arlt va a reflejar en sus novelas.
Espero que puedan tomar en cuenta los procesos de construcción que hace Arlt, el de tener presente no sólo el estado de los personajes si no el estado que sufren los personajes en un espacio determinado. No olvidemos el contexto en el que vamos a ubicar a nuestros personajes, ya que no sólo pueden ayudarnos a delimitar el paisaje en la novela sino que también nos puede ayudar a construir al personaje en sí.