La poesía romántica en España

La poesía romántica llegó a España con cierto retraso si comparamos su llegada a la de otros países europeos en los que se implantó antes este tipo de lírica.

El verso fue la manera predilecta de los románticos, ya que en el encontraron el molde perfecto para llevar a cabo la expresión de sus sentimientos, que constituye la base de este movimiento literario.

El lenguaje simbólico permitió la expresión de los mundos interiores de los poetas, los cuales con frecuencia echaban mano de la naturaleza como medio para sacar elementos que les ayudasen a expresarse en plenitud.

Es curioso que la figura más representativa de la poesía española romántica sea un llamado romántico tardío como Gustavo Adolfo Bécquer, que produjo su excelente obra cuando el romanticismo tocaba a su fin y parecía estar ya agotado.

El movimiento romántico en la poesía española trajo por fin a nuestras fronteras la teoría del genio y de la inspiración, las cuales pese a ser un poco "cuento" resultan realmente encantadoras.

El poeta se siente el elegido por los dioses para comunicar con palabras la poesía existente en los diferentes ámbitos de la vida. Es por tanto el vate, un visionario que es capaz de captar una realidad que el resto de mortales no ven. Esto le confiere la responsabilidad de traducirla al lenguaje humano a fin de transmitirla al resto de mortales.

De alguna manera su labor es espiritual y sus palabras están destinadas a guiar a los buscadores de verdades y a despertar los espíritus dormidos de las gentes gracias a la precisión de sus palabras que no hacen otra cosa que dar forma material a la intangible belleza que reside en todas las cosas.

En el ámbito de la poesía romántica se produce la vuelta a la poesía narrativa, cosa que ya se había dado en nuestro país en la época medieval, en algunas composiciones populares orales y en ciertos romances.

Aún en aquellas narraciones en verso ocurre lo mismo que en las novelas de la época, en las que abunda lo esotérico, lo sobrenatural y lo misterioso.

Muchos fantasmas llenan de escenas lúgubres la narración de los poemas que suelen ambientarse en ciudades con tradiciones artísiticas importantes como Salamanca, Toledo o Sevilla por citar algunas de ellas, quizá las más representativas.

Muchas de las historias referidas son de carácter histórico, por lo que podemos afirmar que se trata de un intento por recuperar el pasado, el cual se tenía idealizado.

Espronceda y Zorrilla crearon grandes obras de este tipo como El estudiante de Salamanca y las Leyendas respectivamente.

Cierto Torreira, la poesía narrativa vuelve, pero la poesía lírica es la más representativa de esta época.

Esta surge en el siglo XIX y Espronceda es su principal valedor en la primera mitad de siglo con una poesía muy romántica en la que en énfasis retórico y el tratamiento de las circunstancias sociales del momento dentro de la propia "patria" como ellos decían (por muy fea que me suene la palabra).

Después vinieron los románticos tardíos, como Bécquer y Rosalía de Castro a los que se les llamó también románticos rezagados debido a que llevaron a cabo su tarea romántica cuando el realismo era la tendencia imperante.

Correcto, Santiago, pero pese a todo esto quiero resaltar la importancia de los escritores románticos alemanes en la configuración de la poesía romántica española.

No se puede negar el carácter germánico de los escritos de la época romántica en España, tanto en los románticos propiamente dichos como en los románticos rezagados de los que ya se ha hablado en este hilo.

Goethe, Schiller o Heine, son referencia en este aspecto. De ellos se hereda el lied, que es una forma poética breve surgida del folklore popular.

Eulogio Florentino Sanz tradujo al castellano a Heine y gracias a esa traducción la concepción poética española se germanizó.