A la hora de enfrentarnos a la poesía de Sor Juana, pecamos por sabidos y dejamos que la autora nos deambule por su poema como ella lo desea. El problema reside en la estructura textual del poema, hay un uso muy barroco de la sintaxis y eso hace que a veces nos perdamos en las esferas del sueño de Sor Juana. Por eso a continuación me parece fundamental que a la hora de enfrentarse al poema se sepan funciones básicas para hacerle frente a dicha creación divina. Por ello les recomiendo que para seguir la lectura de dicho análisis busquen el poema “Primero Sueño” para completar más lo que estamos diciendo.
El poema está constituido de novecientos setenta y cinco versos en silvas rodeado de encabalgamientos, pausas y paralelismos que se insertan en el interior del verso.
Realizando un primer análisis textual del poema encontramos que las primeras cláusulas que describen el ascenso inicial de las sombras ocupan veinticinco versos.
El período del silencio y le quietud de las aves ocupa veintiséis versos. Y luego de un periodo breve de seis versos en donde se realiza una reflexión del sujeto, aparece en la escena del poema, la visión del sueño entendido al mundo entero y que se desarrolla a lo largo de cuarenta y un versos sin punto y aparte.
La primera introducción del tema de las pirámides de Egipto, por ejemplo, se extiende también sin punto final desde el verso trescientos cuarenta hasta el cuatrocientos once.
Pero lo que hay que resaltar, en mayor medida, es que el poema, de alguna manera, refuerza la continuidad de éste no solo evitando las cláusulas independientes, sino también mediante el extensivo y hasta muchas veces confuso uso de los deícticos, los relativos o la obstinación al uso de las conjunciones copulativas. Estos rasgos sintácticos complejizan las tensiones del movimiento en el poema. En el sentido en que lo que se mueve es el continuo uso reiterado del hipérbaton, que tiene como función primordial invertir el orden normal de la frase procurando ajustarla al patrón del latín.
Además estos movimientos influyen también en las dificultosas lecturas que se realizan del poema ya que casi ni se oyen las pausas de final de verso.
Si nos detenemos en el uso de los tiempos verbales del poema no hay que dejar de resaltar que el viaje del alma sucede en un tiempo acallado y de reposo pero invadido de vaivenes, movimientos y vueltas al pasado que se suceden entre la noche y el día. Por ello, es que importa tener presente el uso de los tiempos verbales. En casi todo el poema prevalece el uso del modo indicativo, conjugado en tiempos verbales que constantemente cambian de pretérito imperfectos a presente y a los que se agrega en menor medida al indefinido y al pretérito perfecto.
En Primero sueño los verbos inciden mucho en los cambios de movimientos que se generan en el poema, en muchos momentos ese movimiento surge de las oposiciones que se dan entre el uso de los gerundios o participios, que aparecen en varios versos sin verbos y en los versos en que los verbos son conjugados.
Los paralelismos, la sonoridad, las anáforas y las antítesis confluyen para marcar el movimiento entre los verbos y su ausencia.
Por lo tanto, tal como señale más arriba, el viaje del alma no se realiza en pretérito indefinido, ese tiempo que solo marca una acción acabada, sino que se realiza en imperfecto y en presente.
Es entonces, el Primero sueño un poema rodeado de riesgos, afanes, goces, deseos y fracasos que son señalados a través de los procedimientos barrocos del sonido, la sintaxis, el léxico, etc.
Espero que esta especie de guía los ayude a la hora de enfrentarse a la obra de Sor Juana.