La crítica ha considerado que el título del poema de sor Juana “Primero sueño” tiene una cierta imitación con el poema de Góngora “soledades”. Ya que se utilizan casi los mismos metros elegidos, en la extensión y en los artificiosos procedimientos. Ahora bien, más allá de la destreza en el uso de esos complejos y arduos procedimientos poéticos el poema de sor Juana recuerda a las soledades de Góngora por su condición inacabada, uno de los rasgos más importantes del período Barroco.
Como bien anuncie más arriba, tanto la obra de Góngora como la obra de sor Juana son dos peregrinajes o dos caminos hacia el conocimiento. Pero esos dos caminos son los que diferencian a una obra de la otra, ya que el peregrinaje en las Soledades ocurría bajo la luz y los goces del paisaje, en la vida campesina rodeado de brillos que se incorporaban a la proliferación barroca que se utilizaba. Un camino rodeado de sabores, olores y aromas que nutrían la cornucopia barroca por la cual el peregrino de Góngora transitaba en soledad.
En Primero sueño al viaje del alma la define su soledad extrema, así como también el impulso de vuelo, de volar hacia el conocimiento, la verdad. Es decir en Primero sueño solo hay soledades extremas, claroscuros y casi nada de color, contrario a lo que sucede en la obra de Góngora. También la obra está sucumbida por los escasos destellos de luminosidad que se desvanecen en un espacio aéreo y cósmico
Primero sueño es un poema sucumbido hacia las tinieblas sombrías de la noche, que no se nombra pero que si se personifica en cada una de las figuras mitológicas que aparecen, sobre todo, en la primera parte del poema y son: Nictimene-la lechuza-, Mínidas-los murciélagos-, Ascálfo-búho-, etc.
Octavio Paz es quien señala que sor Juana se diferencia de Góngora, también, por cuestiones lingüísticas ya que el lenguaje de Góngora es estético y en cambio el de sor Juana es intelectual. Tal como lo deja asentado en su ensayo “Por genio natural Sor Juana tiende más al concepto agudo que a la metáfora brillante