La poesía renacentista, cuyo comienzo se da en Italia, tenía tres temas predominantes que eran el amor, la naturaleza y la mitología.

Petrarca sentó las bases de la poesía amorosa de esa época, en la que la amada se muestra fría ante el poeta que la describe a partir de precisas y bellas metáforas surgidas a raíz de la observación de su cuerpo y las similitudes poéticas con elementos de la naturaleza.

La propia naturaleza es un tema en si, ya que los locus amoenus son los lugares elegidos por personajes que suelen ser pastores para relatar de forma culta sus andanzas amorosas. Sannazaro destacó en este tipo de temáticas, que deben mucho al clásico Virgilio.

Por último existieron muchos poemas relacionados con la mitología en los que el poeta se identifica con los protagonistas de las historias mitológicas, de las que se extraen imágenes, historias y referencias.