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Juan Ramón Jimenez
Juan Ramón Jimenez ha sido el famoso poeta español, ganador de uno de los premios más importantes de la literatura: el Premio Nobel de Literatura gracias a uno de los relatos liricos más leídos por los jóvenes y adultos, llamado “Platero y yo”.
Su poesía ha sido, es y será muy famosa gracias a su acercamiento con uno de los movimientos más importantes del siglo, el modernismo y de la vanguardia.
En casi toda su poesía lo que reina es el amor, uno de sus tópicos más importantes y la belleza es otro de sus temas más interesantes. Ambos operan de una manera única en su poesía y lo han ayudado a convertirse en uno de esos escritores que pervivirán a lo largo del tiempo.
No sólo sus tópicos son lo más importante sino la gran cantidad de obras que ha escrito a lo largo de su vida. Por ello es que a continuación compartiré su bibliografía completa.
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Las obras poéticas que Juan Ramón Jimenez ha escrito a lo larga de su vida son las muy diversas pero todas son poéticas y hermosas. Estas obras, que han sido premiadas por la crítica, lo han ayudado a ganarse uno de los mejores premios que espera un escritor: El Premio Nobel de Literatura en el año 1956:
Almas de violeta, 1900
Ninfeas, 1900
Rimas, 1902
Arias tristes, 1903
Jardines lejanos, 1904
Elejías puras, 1908
Elejías intermedias, 1909
Las hojas verdes, 1909
Elejías lamentables, 1910
Baladas de primavera, 1910
La soledad sonora, 1911
Pastorales, 1911
Poemas mágicos y dolientes, 1911
Melancolía, 1912
Laberinto, 1913
Platero y yo (edición reducida), 1914
Estío, 1916
Sonetos espirituales, 1917
Diario de un poeta recién casado, 1917
Platero y yo (edición completa), 1917
Eternidades, 1918
Piedra y cielo, 1919
Segunda antolojía poética, 1922
Poesía, 1923
Belleza, 1923
Canción, 1935
Voces de mi copla, 1945
La estación total, 1946
Romances de Coral Gables, 1948
Animal de fondo, 1949
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Juan Ramón Jimenez ha logrado un gran éxito por sus obras y las diversas editoriales continuaron publicando sus obras a lo largo de los años y luego de que el autor haya fallecido. Estas editoriales también se han tomado el trabajo de reunir sus mejores obras en diversos tomos para que sus lectores las aprecien mejor.
A mí, personalmente y en general, me gusta comprarme esos tomos de poesía porque uno puede apreciar la poesía en su totalidad y ello es lo que ocurre con la poesía del escritor español Juan Ramón Jimenez. Es por ello que a continuación les comparto algunas de las últimas reediciones que han hecho sobre la obra de Juan Ramón Jimenez:
Cuadernos, F. Garfias, Madrid, Taurus, 1960
Diario de un poeta recién casado, A. Sánchez Barbudo, Barcelona, Labor, 1970
Animal de fondo, A. Crespo, Madrid, Taurus, 1981
Antología en prosa, A. Crespo, Madrid, Taurus, 1981
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Y continúa:
Arias tristes, A. de Albornoz, Madrid, Taurus, 1981
Poesía. Edición del Centenario, 20 vol., Madrid, Taurus, 1982
Elegías, F. Garfias, Madrid, Taurus, 1982
Espacio, A. de Albornoz, Madrid, Taurus, 1982
Eternidades, V. García de la Concha, Madrid, Taurus, 1982
La realidad invisible, A. Sánchez Romeralo, Londra, Taurus, 1983
Antología poética, A. Crespo, Barcelona, Seix Barral, 1985
Guerra de España, A. Crespo, Barcelona, Seix Barral, 1985
Selección de poemas, G. Azam, Madrid, Castalia, 1987
Ideología, A. Sánchez Romeralo, Barcelona, Anthropos, 1990
Platero y yo, M. P. Predmore, Madrid, Espasa-Calpe, 1992
Cartas. Antología, F. Garfias, Madrid, Espasa-Calpe, 1992
Antología poética, J. Blasco, Madrid, Cátedra, 1993
Segunda antología poética (1898-1918), J. Urrutia, Madrid, Espasa-Calpe, 1993
Libros de Madrid, AS. Robayna, JLL. Bretones, F. Utrera, Madrid, HMR, 2001
Dios deseado y deseante (Animal de fondo), J. Llansó, Madrid, Akal, 2009
Idilios, 98 poemas (38 inéditos); prólogo de Antonio Colinas, introducción, edición y estudio de Rocío Fernández Berrocal; La Isla de Siltolá, 2013
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La poesía del español Juan Ramón Jimenez es hermosa y creo que la única manera de conocer la escritura de uno de los poetas más famosos del último siglo es, precisamente, leyendo su poesía. Por esa razón es que a continuación les comparto los mejores poemas de Juan Ramón Jimenez:
Uno de los poemas más conocidos de Juan Ramón Jimenez es “Canción de invierno”, un lindo poema con un gran ritmo poético e ideal para entrar a esa estación tan fría y poética como lo es el invierno…
CANCIÓN DE INVIERNO
Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.
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Más poemas de Juan Ramón Jimenez. En esta oportunidad les comparto “La rosa azul”.
La rosa azul
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía
Y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;
y los bellos cojínes, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;
Y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,
surge como en un piano muy lejano, mas honda la diaria melodía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella
y parece que el pobre corazón no está solo.
Miro al jardín de la tarde, como ella,
y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.
¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!
Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.
Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,
y mis pies son de raso -¡oh! Ausencia hueca y fría!-
y mis pisadas dejan resplandores.
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“Que tristeza de olor a jazmín” es otro poema del poeta Juan Román Jimenez que les comparto a continuación:
¡Que tristeza de olor a jazmín!
¡Qué tristeza de olor de jazmín! El verano
torna a encender las calles y a oscurecer las casas,
y, en las noches, regueros descendidos de estrellas
pesan sobre los ojos cargados de nostalgia.
En los balcones, a las altas horas, siguen
blancas mujeres mudas, que parecen fantasmas;
el río manda, a veces, una cansada brisa,
el ocaso, una música imposible y romántica.
La penumbra reluce de suspiros; el mundo
se viene, en un olvido mágico, a flor de alma;
y se cogen libélulas con las manos caídas,
y, entre constelaciones, la alta luna se estanca.
¡Qué tristeza de olor de jazmín! Los pianos
están abiertos; hay en todas partes miradas
calientes... Por el fondo de cada sombra azul,
se esfuma una visión apasionada y lánguida.
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A continuación queridos amantes de la poesía les comparto otro bello poema de Juan Román Jimenez titulado “Estoy triste, y mis ojos no lloran”. Un poema en donde se puede observar ese desgarrador relato de tristeza y melancolía que emanan de los versos del poema.
Estoy triste, y mis ojos no lloran
Estoy triste, y mis ojos no lloran
y no quiero los besos de nadie;
mi mirada serena se pierde
en el fondo callado del parque.
¿Para qué he de soñar en amores
si está oscura y lluviosa la tarde
y no vienen suspiros ni aromas
en las rondas tranquilas del aire?
Han sonado las horas dormidas;
está solo el inmenso paisaje;
ya se han ido los lentos rebaños;
flota el humo en los pobres hogares.
Al cerrar mi ventana a la sombra,
una estrena brilló en los cristales;
estoy triste, mis ojos no lloran,
¡ya no quiero los besos de nadie!
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Y el poema no finaliza allí, sino que esa tristeza y melancolía envuelta en sus versos continúa de la siguiente manera:
Soñaré con mi infancia: es la hora
de los niños dormidos; mi madre
me mecía en su tibio regazo,
al amor de sus ojos radiantes;
y al vibrar la amorosa campana
de la ermita perdida en el valle,
se entreabrían mis ojos rendidos
al misterio sin luz de la tarde...
Es la esquila; ha sonado. La esquila
ha sonado en la paz de los aires;
sus cadencias dan llanto a estos ojos
que no quieren los besos de nadie.
¡Que mis lágrimas corran! Ya hay flores,
ya hay fragancias y cantos; si alguien
ha soñado en mis besos, que venga
de su plácido ensueño a besarme.
Y mis lágrimas corren... No vienen...
¿Quién irá por el triste paisaje?
Sólo suena en el largo silencio
la campana que tocan los ángeles.
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“Nocturno” es uno de mis poemas favoritos de Juan Ramón Jimenez y en el que más se puede observar su capacidad de poeta en donde el amor y la belleza tienen los papeles principales en el poema. Espero que les guste tanto como a mí.
Nocturno
A G. Martínez Sierra
Aun soñaba en las dulzuras de esta tarde.
Estoy solo; mis amores están lejos;
y mi alma que se muere de tristeza,
de nostalgia y de recuerdos,
se sumía fatigada
en la bruma de los sueños.
Esta tarde han florecido
los vergeles de los cielos;
los crepúsculos pasados fueron grises
cual monótonos crepúsculos de invierno.
Esta tarde renació la primavera:
los velados horizontes descubrieron
sus aldeas indecisas;
hubo rosas y violetas en lo azul del firmamento,
hubo magia fabulosa de colores y de esencias;
fue un crepúsculo de aquellos
de las dulces primaveras que mi alma
ve vagar en sus recuerdos.