Escrita en lengua provenzal, surge en en torno al año 1100 en Francia la llamada poesía trovadoresca provenzal, que como su propio nombre indíca era llevada a cabo por los trovadores de provenza.

Su carácter musical queda patente en las estrictas normas que hacían referencia a la métrica, tanto en lo tocante al tipo de rima como en lo que respecta a la medida de cada uno de los versos.

La cansó, era el tipo más cultivado y e ellas el enamorado se declaraba vasallo de la amada. Se trata de amor cortés, en que el amante rara vez alcanza el grado de drudo (amante). Los otros tres grados posibles eran el de feñedor (que aún no ha comunicado su amor), precador (cuando al fin se decidía a hablar con la amada), o entendedor (el cuál había recibido la atención de la amada).

El sirventés es la otra vertiente de la poesía provenzal culta, y consiste en ataques contra alguna personalidad o en debates literarios versificados.