Rilke: amor y odio

Rainer Maria Rilke, cuyo nombre real era Rainer Maria von Rilke fue un eximio poeta nacido en Praga en el año 1875. Es un poeta universal que se encuentra entre los más importantes de la lengua no hispana. Fue autor de libros elementales ne la poesía actual como lo son Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo. También fue un notable narrador y publicó los libros Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Algunos de sus poemas más bellos que quisiera compartir son:

Canción de amor


“¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu estremecimiento no pudiese esparcirse.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Y qué mano nos pulsa formando ese sonido?
¡Oh, dulce canto!”.

Rilke también escribió obras en idioma francés, ya que la mayoría de sus libros estaban escritos en alemán. Su vida no fue del todo grata desde su infancia, ya que en Praga, donde vivió hasta su adolescencia padeció penurias económicas y persecuciones semitas. Su madre, que era de origen judío, debió convertirse al cristianismo para evitar ser perseguida por el antisemitismo europeo. Más de sus bellísimos poemas:

Canciones de los ángeles

“No he soltado a mi ángel mucho tiempo,
y se me ha vuelto pobre entre los brazos,
se hizo pequeño, y yo me hacía grande:
de repente yo fui la compasión;
y él, solamente. un ruego tembloroso.

Le .di su cielo entonces: me dejó
él lo cercano, de que él se marchaba;
a cernerse aprendió. yo aprendí vida,
y nos reconocimos . lentamente...

Aunque mi ángel no tiene ya deber,
por mi día más fuerte desplazado,
baja a veces su rostro con nostalgia,
como si no quisiera ya su cielo.

Querría alzar de nuevo, de mis pobres
días, sobre las cimas de los bosques
rumorosos, mis pálidas plegarias
basta la patria de los querubines”.

Los padres de Rilke se separaron en el año 1884, pocos años después de que el poeta naciera y su madre se fue con él a vivir a Viena. La mujer era de la nobleza y quería buscar la posibilidad de que se le respetaran esos derechos nobiliarios. Pero sus aspiraciones hicieron que las relaciones entre ella y su hijo se deterioraran y fueran bastante malas. Se le había muerto una niña antes de que Rilke naciera y es por ello que lo obligaba a vestirse de mujer porque no superaba el dolor por la pérdida de su hija.

Más de sus poemas:

“Allí llevó mi llanto originario
y pensamientos; y mis diminutos
dolores se volvieron allí bosques
que susurran sobre él...

Sí algún día, en las tierras de la vida,
entre el ruido de feria y de mercado,
la palidez olvido de mi infancia
florecida, y olvido el primer ángel,
su bondad, sus ropajes y sus manos
en oración, su mano bendiciendo;
conservaré en mis sueños más secretos
siempre el plegarse de esas alas,
que como un ciprés blanco
quedaban detrás de él...”.

Rilke debió vestir como niña hasta que tuvo cinco años. Pero más tarde, su padre también quiso dirigir su vida y lo hizo entrar en la Escuela Militar secundaria, lo que el poeta no quería. Pero el joven enfermo y debió abandonarla y así le dieron lecciones en casa durante tres años hasta que se preparo para ingresar en la universidad para estdiar Letras, historia del arte y filosofía en su ciudad natal: Praga. Más tarde pasaría a la casa de altos estudios de Múnich, Alemania. Otros de sus poemas dice:

“Había en sus mejillas la vergüenza
de las novias, que el espanto del alma
tapan con púrpuras oscuras
ante el esposo.

Y en los ojos había
resplandor del primer día:
pero sobre todo
descollaban las alas portadoras...

Había expectación en la llanura
por un huésped que no acudió jamás:
aún pregunta tal vez el jardín trémulo:
su sonrisa después se vuelve inválida.

Y por los barrizales aburridos
se empobrece en la tarde la alameda,
las manzanas se angustian en las ramas
y les hacen sufrir todos los vientos”.

El primer libro que publicó Rilke fue de poemas y se llamó Vida y canciones: Leben und Lieder, tal su traducción al alemán. Estaba claramente influenciado por el poeta Heinrich Heine. Este libro de Rilke vio la luz en el año 1894. después le seguirían otros grandes libros de poemas como Ofrenda a los lares y Coronado de sueños.
Rilke conoció el amor en el año 1897, cuando se encuentra con Lou Andreas-Salomé quien era casada ya demás con varios años más que el joven poeta. Con ella tuvo una relación apasionada.

Más de sus poemas:

“Es donde están las últimas cabañas
y casas nuevas que, con pecho angosto,
se asoman estrujadas, entre andamios miedosos,
quieren saber dónde empieza el campo.

Allí la primavera siempre es pálida, a medias,
el verano es febril tras esas tablas:
enferman los ciruelos y los niños,
y tan sólo el otoño allí tiene algo

de remoto y conciliador: a veces
son sus tardes de suave derretirse:
dormitan las ovejas, y el pastor con zamarra
se apoya, oscuro, en la última farola”.

Cuando empezó a publicar sus libros de poemas Rilke viajó por casi toda Europa e hizo amistades con poetas de su tiempo y escritores de fama y renombre como León Tolstói. Uno de los sitios que más le atrajo fue Rusia y es por ello que volvió de visita, pero en la segunda oportunidad estuvo en compañía de su amada Lou Andreas-Salomé. Allí escribió el libro que publicaría años más tarde y que se llamó El libro de horas.
Más de sus poemas:

“Su mirada se ha cansado de tanto observar
esos barrotes ante sí, en desfile incesante,
que nada más podría entrar ya en ella.
Le parece que sólo hay miles de barrotes
y que detrás de ellos ningún mundo existe.

Mientras avanza dibujando una y otra vez
con sus pisadas círculos estrechos,
el movimiento de sus patas hábiles y suaves
va mostrando una rotunda danza,
en torno a un centro en el que sigue alerta
una imponente voluntad”.

Cuando comenzó el siglo XIX Rilke se asentó en una colonia en las cercanías de Bremen que estaba habitada, en su mayor parte, por hombres ligados al arte. allí conoció a quien sería su esposa, la escultora Clara Westhoff . Tuvo una hija al poco tiempo de casarse a la que llamó Ruth pero al poco tiempo se mudó a París ya que no soportaba la tranquilidad del pueblito de Bremen. Otros de sus bellos poemas dice:

Día de otoño


“Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.

Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.

No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas”.

Cuando se fue a vivir a París Rilke tuvo bastantes problemas, los que plasma en su obra Los cuadernos de Malte. Pero ya en la ciudad de las letras y las luces, Rilke fue subsanando su malestar y se codeó con intelectuales del momento, lo que le hizo muy bien. Se interesó por las bellas artes y conoció a Rodin y Paul Cézane. También al pintor Ignazio Zuloaga. Realizó viajes por diversos países de Europa y hacía amigos en cada lugar que visitaba. Más de sus versos:

“¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes
angélicas? Y aun si de repente algún ángel
me apretara contra su corazón, me suprimiría
su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada
sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces
de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente
desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible.
Así que me contengo, y me ahogo el clamor de la garganta
tenebrosa. Ay, ¿quién de veras podría ayudarnos? No
los ángeles, no los hombres, y ya saben los astutos
animales que no nos sentimos muy seguros en casa,
dentro del mundo interpretado. Nos queda quizás
algún árbol en la loma, al cual mirar todos los días”.

Mientras vivió en París Rilke escribió obras muy importantes como Nuevos poemas, Segunda parte de los Nuevos poemas, Réquiem y la novela Los cuadernos de Malte, la cual es algo autobiográfica. Se trata, esta obra narrativa, en una suerte de confesiones de su interior pero que en realidad pone como protagonista a un danés que vive obligado en la ciudad de París. Otros de sus poemas dice:

“¿Para quién no permanecería aquélla, la anhelada,
la tierna desengañadora, ahí, dolorosamente próxima
al corazón solitario? ¿Es más suave con los amantes?
Ay, ellos sólo se ocultan uno a otro su suerte.
¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen
tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo.

"Sí, las primaveras de veras te necesitaban. Varias
estrellas te pedían que las rastrearas. Se alzaba
en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas
por una ventana abierta, se te entregaba un violín.
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?
¿No estabas siempre distraído por la esperanza, como
si todo ello te anunciara a una amada?
¿Dónde intentas alojarla, si en ti los grandes pensamientos extraños
entran y salen, y con frecuencia se quedan durante la noche?”.

Cuando salió publicada la obra de Rilke, semi autobiográfica que fueron Los cuadernos de Malte, el poeta y escritor se mantuvo al margen de escribir lo que le produjo una crisis bastante importante. Pero en el año 1922 terminó el libro las Elegías de Duino, el cual se considera actualmente como uno de los poemarios más relevantes de la literatura universal y que le llevó diez años de escritura. También visito España y fue en ese país en donde escribió gran parte de las elegías de Duino. Otros de sus poemas de este libro dice:

“Pero si sientes anhelos, canta pues a las amantes; no es,
en absoluto, suficientemente inmortal su famoso
sentimiento. Aquéllas que casi envidias, las abandonadas,
las encuentras mucho más amantes que las saciadas.
Empieza siempre de nuevo la alabanza siempre inalcanzable.
Piensa: el héroe sigue en pie, aun el ocaso fue para él
sólo un pretexto para ser: su último nacimiento.
Pero a las amantes la exhausta naturaleza las recoge
en su seno, como si no hubiera fuerzas para lograr esto
dos veces. ¿Has pensado lo suficiente en Gaspara Stampa,
y lo que puede sentir cualquier chica a quien el amado
abandonó, frente a tan elevado ejemplo de mujer amante:
¿Llegaré a ser como ella? ¿Estos, los más antiguos
dolores, no deberán, por fin, darnos fruto?”.