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La poesía como épica
Ayer a la noche, como todos los domingos, me tiro en el sillón a ver televisión y como siempre ocurre nunca hay nada para ver. En ese mismo instante pienso en abandonar el sillón e irme a leer un libro pero haciendo el último zapping de la noche paso por el canal Encuentro de Argentina y me quedo embrujada al ver a Borges con uno de los grandes periodistas de todos los tiempos llamado Joaquín Soler Serrano, quien no solo ha entrevistado a Jorge Luis Borges, sino que lo ha hecho con Cortázar, Dalí, entre otros grandes de las artes o la literatura.
Sea como sea el gran Joaquín Soler Serrano ha sabido preguntarle a Borges todas las preguntas que a alguno se le ocurrió preguntarle alguna vez en su vida, entre una de esas tantas preguntas Borges comienza hablar del género en el cual más cómo se siente: La poesía.
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En el momento en el que Joaquín Soler Serrano le pregunta a Borges sobre su género poético él hace una reflexión muy interesante que me hizo pensar mucho, él dice que la poesía posee una guerra interna, una especie de épica constructiva a partir de la cual uno crea. Es muy interesante esa reflexión de Borges no sólo porque recuerda y mantiene vigente a las obras clásicas épicas sino que realmente nos hace pensar sobre las formas de construir la poesía, ya que todo lo más poético, según los postulados borgeanos, se crea a partir de una épica, de un dolor desde el cual surge lo más poético de todo.
No sé realmente si eso es realmente así pero al pensar en la poesía que yo escribo cuando estoy realmente inspirada es cuando más guerra interna siento y tengo. Por ello creo que Borges no se equivoca tanto. ¿Ustedes qué creen?
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A continuación me gustaría compartir con todos ustedes un poema de Jorge Luis Borges llamado “Arte poética” en el cual observaremos esa idea de la poesía como épica que muy bien defiende en sus postulados:
"Arte poética
Mirar el río hecho de tiempo y agua
Y recordar que el tiempo es otro río,
Saber que nos perdemos como el río
Y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
Que sueña no soñar y que la muerte
Que teme nuestra carne es esa muerte
De cada noche que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
De los días del hombre y de sus años,
Convertir el ultraje de los años
En una música, un rumor y un símbolo,
Ver en la muerte el sueño, en el ocaso
Un triste oro, tal es la poesía
Que es inmortal y pobre..."
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El poema no termina allí, en esta segunda parte nos habla de Itaca, la tierra de una de las epopeyas más famosas de todos los tiempos llamada “La odisea” que cuenta la historia, la peripecia, la odisea del guerrero Ulises a su patria “Itaca”. Por ello no creo que sea un dato menor que en su poema llamado “Arte poética” nos hable de Itaca, de Ulises, de Heráclito y del cambio fluido e incesante de la poesía como construcción y fundamentación.
… La poesía
Vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
Nos mira desde el fondo de un espejo;
El arte debe ser como ese espejo
Que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
Lloró de amor al divisar su Itaca
Verde y humilde. El arte es esa Itaca
De verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
Que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
Y es otro, como el río interminable.