Walt Whitman, el padre de la poesía moderna

Walt Whitman es considerado uno de los padres de la poesía moderna, así lo aseguran los críticos y analistas de su obra. El escritor nación en el año 1819, en Nueva York y por sus nuevas incursiones poéticas alejadas de la rima tradicional, se dice que ha marcado el rumbo de la poesía y ha sido, por ello, de gran influencia para los autores más jóvenes.

Una de las cuestiones que lo hizo alcanzar gran fama, fue la temática que desarrolló en uno de sus primeros libros “Hojas de hierba”, en donde abordaba el tema de la sexualidad de un modo abierto y sin prejuicios, lo que escandalizó a la sociedad de la época. Además de poeta fue periodista y hasta se alistó como voluntario en el departamento de enfermería durante la Guerra Civil en Estados Unidos.

Entre otros temas, Whitman abordó con su poesía los conflictos políticos. Hasta la actualidad su inclinación sexual es tela de discusión para los estudiosos de su obra.

Su libro Hojas de hierba, publicado en el año 1855, se considera uno de los grandes íconos de la poesía moderna. La primera aparición impresa de este libro de poemas fue costeada por el mismo Withman y así pudo sacar al ruedo unos 800 ejemplares.

Esta publicación lo hizo famosos y despertó la curiosidad sobre los versos de otras escritores de la época, ya que muchos lo consideraban osado por la manera en la que hablaba de sexo.

Algunos de sus versos dicen:

“Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también”.

“Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera”.

Si bien la repercusión entre algunos escritores del libro Hojas de hierba fue más que buena, el editor se negó a distribuir la segunda edición, ya que muchos lo consideraban “un libro obsceno y profano”.
Mientras trabajó en la segunda edición Whitman no tenía un buen pasar económico, por lo que debió realizar otros trabajos paralelos como el de redactor en Brooklyn’s Daily Times. También editaba algunas notas y escribía artículos de crítica y editorial.
Otros de los versos bellos y magníficos que integran los poemas del libro Hojas de hierba son:

“Retoza conmigo sobre la hierba, quita
el freno de tu garganta,
no quiero palabras, ni música,
ni rimas, no quiero costumbres
ni discursos, ni aún los mejores,
sólo quiero la calma, el arrullo de tu
velada voz”.

“Creo en ti, alma mía, el otro que soy
no debe humillarse ante ti,
ni tu debes ser humillada ante el otro”.

Este gran poeta y ensayista que fue Walt Whitmnan ha dejado huellas en la poesía de sus contemporáneos y también en las generaciones siguientes. Nació en Estados Unidos en el año 1892 y su especialidad fue el trascendentalismo y también el realismo filosófico que plasmó en su poesía, como en sus ensayos. Algunos de sus poemas dice:

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Walt Whitman es considerado uno de los poetas más influyentes de su tiempo. De hecho, su obra forma parte de canon de su país y ha sido estudiada por el experto en crítica Harold Bloom.Muchos lo llaman el padre del verso libre ya que comenzó a practicarlo cuando todos utilizaban la rima en el marco del romanticismo del siglo XIX. Más de sus poemas:

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de para en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.

Una de las cosas que ha sido cuestionada fue su sexualidad. Muchos aseguran que era homosexual, lo que en ese tiempo no estaba aceptado por la sociedad. Algunos de los grandes autores que han recepcionado y sido influenciados por la obra de Walt Whitman fueron Rubén Darío, Wallace Stevens, León Felipe, D.H. Lawrence, T.S. Eliot, Fernando Pessoa, Pablo de Rokha, Federico García Lorca, Hart Crane, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda. Es, además, uno de los poetas de lengua anglosajona más traducido y leidos en la actualidad. Otro de sus poemas dice:

Creo en ti, alma mía, el otro que soy
no debe humillarse ante ti,
ni tu debes ser humillada ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita
el freno de tu garganta,
no quiero palabras, ni música,
ni rimas, no quiero costumbres
ni discursos, ni aún los mejores,
sólo quiero la calma, el arrullo de tu
velada voz.

Walt Withman nació en Long Island, fue además, periodista, profesor, empleado del gobierno y enfermero voluntario durante la Guerra Civil estadounidense. Su primer trabajo, a diferencia de la obra que desarrollaría luego, fue una novela llamada Franklin Evans, que pareció publicada en el año 1842. sin embargo, dicen que su gran obra fue Hojas de hierba, libro que pagó de su bolsillo ya uqe no conseguía editor que lo hiciera. Más de sus versos:

Recuerdo cómo yacimos juntos cierta
diáfana mañana de verano,
cómo apoyaste tu cabeza en mi cadera
y suavemente te volviste hacia mí,
y apartaste la camisa de mi pecho, y
hundiste la lengua hasta mi corazón
desnudo,
y te extendiste hasta tocar mi barba,
y te extendiste hasta abrazar mis pies.
Prontamente crecieron y me rodearon
la paz y el saber que rebasan todas
las disputas de la Tierra,
y sé que la mano de dios es mi
prometida,
y sé que el espíritu de Dios es mi
propio hermano,
y que todos los hombres que alguna
vez vivieron son también mis
hermanos, y las mujeres mis
hermanas y amantes,

El libro Hojas de hierba, de Walt Whitman tuvo un éxito rotundo apenas salió, por lo cual se hicieron muchas versiones posteriores, ampliadas. Además, la obra generó trabajos de análisis y de crítica hasta que el autor estadounidense decidió hacer una versión definitiva en el año 1892. Más de sus versos bellos:

Que el amor es la sobrequilla de la
creación,
y que son incontables las hojas rígidas
o lánguidas en los campos,
y las hormigas pardas en los pequeños
surcos,
y las costras de musgo en el cerco
sinuoso, las piedras apiladas, el saúco,
la hierba carmín y la candelaria.
Estoy enamorado de cuánto crece al aire libre,
de los hombres que viven entre el ganado,
o de los que paladean el bosque o el océano,
de los constructores de barcos y de los timoneles,
de los hacheros y de los jinetes,
podría comer y dormir con ellos semana tras semana.

Walth Withman murió a los 72 años de edad en Nueva Jersey, a donde había decidido mudarse tras haber sufrido un ataque cerebro vascular. Su salud no fue buena en los últimos tiempos y cuando murió su funeral fue un gran espectáculo al que asistieron miles de admiradores. Más poemas de este brillante escritor:

Lo más común, vulgar, próximo y simple,
eso soy Yo,
Yo, buscando mi oportunidad, brindándome
para recibir amplia recompensa,
engalanándome para entregar mi ser
al primero que haya de tomarlo,
sin pedir al cielo que descienda cuando yo lo deseo,
esparciéndolo libremente para siempre.
Estos son en verdad los pensamientos
de todos los hombres en todas las
épocas y naciones, no son originales míos,
si no son tuyos tanto como míos,
nada o casi nada son,
si no son el enigma y la solución del enigma,
nada son.

El poeta se refirió a temas políticos durante toda su vida. Apoyó la cláusula Wilmot y se opuso a la extensión de la esclavitud, si bien fue muy crítico con el movimiento abolicionista.7 En 1865 escribió el famoso poema O Captain! My Captain! (¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán!) en homenaje a Abraham Lincoln después de su asesinato.

Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron el la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la Historia.

La infancia de Walt Whitman trasncurrió en Brooklyn, ya que su familia se muda a ese lugar cuando él tenía cuatro años. Por malos manejos de negocios de su padre, él mismo contará que durante su infancia en su casa había muchas carencias e infelicidad. Quiero compartir más de los poemas de Whitman:

Quién va allí?
Grosero, hambriento, místico, desnudo... ¡quién es aquél?
¿No es extraño que yo saque mis fuerzas de la carne del buey?
Pero ¿qué es el hombre en realidad?
¿Qué soy yo?
¿Qué eres tú?
Cuanto yo señale como mío,
Debes tú señalarlo como tuyo,
Porque si no pierdes el tiempo escuchando mis palabras.
Cuando el tiempo pasa vacío y la tierra no es mas que cieno y
podredumbre,
no me puedo para a llorar.
Los gemidos y las plegarias adobadas con polvo para los inválidos;
y la conformidad para los parientes lejanos.
Yo no me someto.
Dentro y fuera de mi casa me pongo el sombrero como de da la gana.

Cuando Walt Whitman cumplió once años terminó sus estudios primarios y como la situación económica en su casa no era buena no pudo continuar sus estudios y tuvo que salir a trabajar. Así fue que lo tomaron como cadete en un estudio de abogados y más tarde comenzaría como ayudante y aprendiz de un semanario llamado El patriota. Más de sus versos:

¿Por qué he de rezar?
¿Por qué he de inclinarme y suplicar?
Después de escudriñar en los estratos,
después de consultar a los sabios,
de analizar y precisar
y de calcular atentamente,
he visto que lo mejor de mi ser está agarrado de mis huesos.
Soy fuerte y sano.
Por mi fluyen sin cesar todas las cosas del universo.
Todo se ha escrito para mi.
y yo tengo que descifrar el significado oculto de las escrituras.
Soy inmortal.
Sé que la órbita que escribo no puede medirse con el compás de un
carpintero,
y que no desapareceré como el círculo de fuego que traza un niño en la
noche con un carbón encendido.
Soy sagrado.

Cuando siendo apenas un adolescente Walt Whitman ingresó a trabajar como ayudante de la sección impresión en el semanario El patriota, aprendió los vericuetos del oficio y eso le dio la posibilidad de aprender más sobre ese oficio y tendría la cabida para escribir y darse a conocer. Lo primero que escribió fue una serie de composiciones sentimentales. Más de sus poemas:

Y no torturo mi espíritu ni para defenderme ni para que me comprendan.
Las leyes elementales no piden perdón.
(Y, después de todo, no soy mas orgulloso que los cimientos desde los
cuales se levanta mi casa.)
Así como soy existo. ¡Miradme!
Esto es bastante.
Si nadie me ve, no me importa,
y si todos me ven, no me importa tampoco.
Un mundo me ve,
el mas grande de todos los mundos: Yo.
Si llego a mi destino ahora mismo,
lo aceptaré con alegría,
y si no llego hasta que transcurran diez millones de siglos, esperaré...
esperaré alegremente también.
Mi pie está empotrado y enraizado sobre granito
y me río de lo que tu llamas disolución
por que conozco la amplitud del tiempo.

Walt Whitman tuvo varios trabajos en su juventud. Luego de estar en el semanario El patriota entró a trabajar en la imprenta Erastus Worthington, en Brooklyn, aunque su familia volvió a mudarse de esa ciudad a West Hills y él se quedó solo en Brooklyn. También entró a trabajar en una tienda cuyo dueño era editor del semanario The Long-Island Star y lo hizo entrar al diario. Másde sus poemas:

Walt Whitman, un cosmos, el hijo de
Manhattan,
turbulento, carnal, sensual, comiendo,
bebiendo y procreando,
no es un sentimental, no mira desde
arriba a los hombres y mujeres ni se
aparta de ellos,
no es más púdico que impúdico
¡Quitad los cerrojos de las puertas!
¡Quitad las puertas mismas de sus quicios!
Quien degrada a otro me degrada a mí,
y todo lo que hace o dice vuelve a la postre a mí.

El talento de Walt Whitman hizo que en poco tiempo pasara a ser el jefe de la librería de la tienda y en esa época comenzó a participar de reuniones y debates políticos. Presentó sus poemas en público asistiendo también a reuniones de intelectuales de la época y publicó sus primeros versos en el diario New York Mirror, aunque de manera anónima. Otros de sus poemas dice:

Voces desde hace largo tiempo
enmudecidas me recorren,
voces de interminables generaciones
de cautivos y de esclavos,
voces de enfermos y desahuciados,
de ladrones y de enanos,
voces de ciclos de gestación
y de crecimiento,
y de los hilos que conectan las estrellas,
y de los úteros y de la savia paterna,
y de los derechos de los pisoteados,
de los deformes, vulgares, simples,
tontos, desdeñados,
niebla en el aire, escarabajos que
empujan bolitas de estiércol.

Cuando Walt Whitman cumplió 16 años renunció a la tienda Star y se mudó a Nueva York. Esto fue en el año 1835, momento en que le ofrecieron un puesto de tipógrafo en una publicación importante de la gran ciudad. Los primeros tiempos en Nueva York fueron difíciles y le costó obtener el puesto, además, el momento coincidía con una depresión económica en el país por lo cual viajó a la ciudad en que viv´via su familia para sentirse más protegido. Más de sus versos:

Voces prohibidas me recorren,
voces de sexo y lujuria,
veladas voces cuyo velo aparto,
voces indecentes por mí purificadas
y transfiguradas.
No me tapo la boca con la mano,
trato con igual delicadeza
a los intestinos que a la cabeza
y el corazón,
la cópula no es para mí más grosera
que la muerte.

Cuando Walt Whitman se fue con su familia a Long Island trabajó como profesor en algunos establecimientos educativos hasta el año 1838, pero siempre aseguró que no le gustaba la docencia. Años más tarde volvió a viajar a Nueva York y fundó nada menos que su propio periódico al que llamó The Long Islander. En ese tiempo también se desempeño como editor, periodista y distribuidor. A veces él mismo repartía los diarios. Más de los bellos poemas de Withman:

Creo en la carne y en los apetitos,
y cada parte, cada pizca de mí
es un milagro.
Divino soy por dentro y por fuera, y
santifico todo lo que toco o me toca,
el aroma de estas axilas es más
hermoso que una plegaria,
esta cabeza más que los templos,
las biblias y todos los credos.
La inspiración mana y mana de mí,
me recorren la corriente y el índice.
Pronuncio la contraseña primordial,
doy la señal de la democracia,
nada aceptaré, ¡lo juro!, si los demás
no pueden tener su equivalente
en iguales condiciones.

Cuando el periódico de Walt Whitman ya tenía prestigio y diez años de publicación, se lo vendió a O.E. Crowell. En el año 1839 viajó a Jamaica Queens, en el diario llamado Long Island Democrat, cuto editor era James J. Brenton, aunque lo abandonaría al poco tiempo y volvió a trabajar como docente durante un año. Otros de sus versos dice:

Voces desde hace largo tiempo
enmudecidas me recorren,
voces de interminables generaciones
de cautivos y de esclavos,
voces de enfermos y desahuciados,
de ladrones y de enanos,
voces de ciclos de gestación
y de crecimiento,
y de los hilos que conectan las estrellas,
y de los úteros y de la savia paterna,
y de los derechos de los pisoteados,
de los deformes, vulgares, simples,
tontos, desdeñados,
niebla en el aire, escarabajos que
empujan bolitas de estiércol.

Entre 1840 y 1841 Walt Whitman, mientras trabajaba como profesor, escribió una serie de ensayos a los que tituló Sun-Down Papers- From the Desk of a Schoolmaster. Para su creación formó un personaje definido, usando una técnica que desplegaría a lo largo de toda su obra. Durante esa época fue acusado por el presbítero y director del colegio, de cometer actos de sodomía con uno de sus alumnos en el colegio Locust Grove School, en Nueva York. Por ese hecho la institución sería llamada la “Escuela de Sodoma”. Más versos de Walt Whitman:

Voces prohibidas me recorren,
voces de sexo y lujuria,
veladas voces cuyo velo aparto,
voces indecentes por mí purificadas
y transfiguradas.
No me tapo la boca con la mano,
trato con igual delicadeza
a los intestinos que a la cabeza
y el corazón,
la cópula no es para mí más grosera
que la muerte.

En el año 1841 trabajó en el diario Nuevo Mundo, aunque sin destacarse ya que era un simple redactor sin concesiones. Sus editores y jefes eran Park Benjamin y Rufus Wilmot Griswold. Más tarde trabajó en varios periódicos como colaborador y en el año 1842 fue editor de la revista Aurora y posteriormente del diario Brooklyn Eeagle. Más poemas de Whitman:

Creo en la carne y en los apetitos,
y cada parte, cada pizca de mí
es un milagro.
Divino soy por dentro y por fuera, y
santifico todo lo que toco o me toca,
el aroma de estas axilas es más
hermoso que una plegaria,
esta cabeza más que los templos,
las biblias y todos los credos.
Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.

Walt Whitman siempre decía que quiso ser poeta para no competir con los demás escritores. En sus comienzos escribió toda clase de géneros hasta que en el año 1820 publicó la que sería su obra maestra llamada Hojas de hierba. Se trató de una serie de poemas que editaría y revisaría a lo largo de su vida. En este libro usó el verso libre, convirtiéndose en el padre del verso libre o blanco. Más de sus poemas para compartir:

Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos
antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.
Me muestran el parentesco que tiene conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?
¿Pasé por su camino hace ya tiempo y las dejé caer sin darme cuenta?

El libro de poemas Hojas de hierba salió publicado en el año 1850 y fue el mismo Walt Whitman quien pagó su propia publicación en una imprenta local. En total se imprimieron 795 ejemplares y lo editó como anónimo, aunque en la tapa había un retrato de Walt Whitman que hizo su amigo Samuel Hollyer. En el libro el autor escribió: Walt Whitman, americano, uno de los duros, un cosmos, desordenado, carnal y sensual, no sentimental, no creído más importante que un hombre o una mujer aparte de ellos mismos, no más modesto que inmodesto".

Más de sus versos:

Camino hacia delante, hoy como ayer y siempre,
siempre mas rico y mas veloz,
infinito, lleno de todos y lo mismo que todos,
sin preocuparme demasiado por los portadores de mis recuerdos,
eligiendo aquí solo a aquel que más amo y marchando con {el en un abrazo
fraterno.
Este es un caballo ¡Miradlo!
Soberbio,
tierno,
sensible a mis caricias,
de frente altiva y abierta,
de ancas satinadas,
de cola prolija que flagela el polvo,
de ojos vivaces y brillantes,
de orejas finas,
de movimientos flexibles...

La primera edición de Hojas de hierba fue ampliamente distribuida y despertó un significativo interés. Uno de los que apoyó a Walt Whitman fue Emerson. El 11 de julio de 1855, unos pocos días después de que Hojas de hierba fuera publicado, el padre de Whitman falleció. Más poemas de Walt Whitman:

Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.

Cuando empezó la Guerra Civil estadounidense, Walt Whitman publicó uno de sus más famosos poemas llamado ¡Suenen, suenen, tambores! Era un llamado al patriotismo para la gente del norte. Su hermano mayor se uniò a la legión del ejército del norte y le enviaba cartas a Walt contándole acerca de la violencia de la guerra hasta que un día el poeta leyó el nombre de su hermano como uno de los tantos soldados muertos. Más de sus poemas:

Creo que podría volverme a vivir con los animales.
¡Son tan plácidos y tan sufridos!
Me quedo mirándolos días y días sin cansarme.
No preguntan,
ni se quejan de su condición;
no andan despiertos por la noche,
ni lloran por sus pecados.
Y no me molestan discutiendo sus deberes para con Dios...
No hay ninguno descontento,
ni ganado por la locura de poseer las cosas.
Ninguno se arrodilla ante los otros,
ni ante los muertos de su clase que vivieron miles de siglos
antes que él.
En toda la tierra no hay uno solo que sea desdichado o venerable.

Cuando Walt Whitman leyó en el diario el nombre de su hermano como uno de los soldados caídos en realidad se había confundido y se trataba de otra persona. Sobre eso escribió:

“Caminando todo el día y toda la noche, incapaz de montar, tratando de conseguir información, tratando de acceder a gente importante”.

Luego de ese episodio Whitman viajó a Washington D.C y un amigo suyo le consiguió empleo de inmediato en como administrativo en una repartición del ejército, hecho que llevó al escritor a ofrecerse como voluntario en los hospitales militares durante la guerra. Otro de sus poemas dicen:

Me muestran el parentesco que tiene conmigo,
parentesco que acepto.
Me traen pruebas de mi mismo,
pruebas que poseen y me revelan.
¿En dónde las hallaron?

La experiencia que adquirió Walt Whitman como voluntario en los hospitales de guerra lo llevarían a escribir El gran ejército de la enfermedad, artículo que publicó en un diario de Nueva York en el año 1863. Doce años después publicaría un libro al que llamó Memorias de la guerra. Luego de esas publicaciones trató de conseguir un puesto en el gobierno, aunque no quisieron dárselo porque decían que el autor de Hojas de hierba tenía mala reputación. Otros de sus poemas dice:

para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.

Cuando estaba aún la guerra civil de Estados Unidos el hermano soldado de Walt Whitman, llamado George fue capturado por los confederados de Richmon,Virginia y otro hermano murió de tuberculosis en el mismo año. Para colmo de males, a fines de ese año debió internar a otro de sus hermanos en un manicomio por trastornos mentales. Más de sus bellos versos:

Mira tan lejos como puedas, hay
espacio ilimitado allá,

cuenta tantas horas como puedas, hay
tiempo ilimitado antes y después.
Mi cita ya ha sido concertada y es
segura,
allí estará el Señor, esperando que yo
llegue en perfectas condiciones
allí estará el gran Camarada, el amante
verdadero que he anhelado.

Después de mucho sufrimiento y de mucho luchar, Walt Whitman consiguió un buen empleo en donde ganaba más que bien. Ahí fue que su suerte cambió. Su primer sueldo fue de 1.200 dólares, lo que era más que bien para la época. Casualmente, un mes después de empezar a trabajar el ejército de Virginia liberó a su hermano. Otros ed sus versos para compartir:

Dije que el alma no es superior al cuerpo,
y dije que el cuerpo no es superior al alma,
y nada, ni Dios siquiera, es más grande
para uno que lo uno mismo es,
y quien camina una cuadra sin amar al prójimo
camina amortajado hacia su propio funeral,
y yo o tú podemos comprar la flor y nata
de la Tierra sin un céntimo, sin un céntimo
en el bolsillo,
y mirar con un sólo ojo o mostrar un grano
en su vaina, desconcierta las enseñanzas
de todos los tiempos,
y no hay oficio ni empleo en el que un joven
no pueda convertirse en héroe,

Cuando se estabilizó en su nuevo empleo, obtuvo un puesto mejor y así obtuvo tambien el dinero para publicar otro de sus libros que se llamó Redobles de tambor. Pero un año después fu despedido porque un nuevo jefe consideró que el libro Hojas de hierba contenía páginas inmorales. Whitman publicó un análisis histórico llamado El buen poeta gris, en el año 1866. Era un folletín que se vendía por 50 centavos. Más de sus versos:

¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!

Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.

Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos,
en deliquio.
Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!

En el año 1871 Walt Whitman publicó una versión ampliada de su libro de poemas Hojas de hierba. Algunas malas almas hicieron correr la noticia de que ese mismo año de aparición del polémico libro, Walt Whitman había fallecido en un accidente de tren. Eso ayudó a que el escritor alcanzara fama internacional. Más versos bellos del poeta estadounidense:

Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.
Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira...
Finalmente, pues, te digo:

ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!

En el año 1873 Walt Whithman sufre un accidente cerebrovascular y se trasladó a Nueva Jersey en donde residía su hermano George, quien luego de dejar el ejército se había recibido de ingeniero. Murió su madre y quedó muy deprimido y vivió junto a sus hermanos durante un tiempo hasta que se compró una casa. Durante ese tiempo lanzó nada menos que tres versiones más de Hojas de hierba y otras obas. Más de sus poemas:

Cíñete a mí, noche del seno desnudo; cíñete a mí,
noche ardiente y nutricia!
Noche de vientos del Sur, noche de grandes y pocos luceros,
tú, que en la paz cabeceas, loca, desnuda noche de estío.
Voluptuosa sonríe, ¡oh, tierra de fresco aliento !
Tierra de árboles adormilados y líquidos,
tierra ya sin luz del ocaso, tierra de montes con cumbre de niebla,
tierra donde derrama cristales el plenilunio azulado,
tierra con manchas de luz y de sombra en las aguas del río,
tierra de límpido gris y de nubes que para mí son
más vivas y claras,
tierra de abrazo anchuroso, tierra ataviada con flor de manzano
sonríe ya, que tu amante se acerca.

Hacia el año 1891 Walt Whitman ya había lanzado varias veces y reeditado y ampliado Hojas de hierva. Hasta que cerca de su muerte escribió un trabajo final llamado del lecho de muerte que decía:

“Hojas de hierba al fin completo, luego de treinta y tres años de mutilaciones, en todos los tiempos y humores de mi vida, en clima pobre y completo, en todas partes de la tierra, en paz y en guerra, joven y anciano".

“Sufro todo el tiempo. No tengo alivio, ninguna escapatoria: es monotonía – monotonía - monotonía en el dolor”.

Whitman murió en marzo de 1892 por insuficiencia respiratoria, aunque su salud en general estaba muy deteriorada. Se organizó un sepelio público al que asistieron cerca de mil personas que lo admiraban como artista. Fue un funeral colorido, lleno de flores y guirnaldas. El cortejo lo acompañó durante más de tres horas.

Walt Whitman rompió con los paradigmas establecidos en la poesía hasta el momento. Practicó el verso libre al punto de limitar con la prosa. Usó imágenes que nunca antes habían usado otros poetas como lo son las hojas podridas, ramitas de paja y escombros. Otro tema que los demás poetas no abordaban de la manera que lo hizo Whitman fue la muerte. Más versos del poeta estadounidense:

Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente
hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.