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Feliz día poesía
Hoy, 21 de marzo de 2013 no sólo se celebra el comienzo del otoño en la Argentina si no que también se celebra El día de la poesía. Y como me dieron ganas de conocer sus gustos me gustaría que entre todos inundemos este espacio de poesía.
A continuación comparto uno de mis poemas favoritos que se titula “No soy quien escucha” y es del poeta argentino Oliverio Girondo (1891-1967):
No soy quien escucha
No soy quien escucha
ese trote llovido que atraviesa mis venas.
No soy quien se pasa la lengua entre los labios,
al sentir que la boca se me llena de arena.
No soy quien espera,
enredado en mis nervios,
que las horas me acerquen el alivio del sueño,
ni el que está con mis manos, de yeso enloquecido,
mirando, entre mis huesos, las áridas paredes.
No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas.
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Me tomo el atrevimiento de compartir otro poema del gran Paul Verlaine, poeta francés y perteneciente a uno de los movimientos más importantes de la poesía llamado el simbolismo. Su poesía ha acompañado los días, las noches, las horas de muchos mortales que eligieron a ese autor para que los deleite con sus versos. A raíz de ello comparto uno de esos poemas que dejan a uno sin aliento, titulado: “Soñé contigo esta noche...”
Soñé contigo esta noche
Soñé contigo esta noche:
Te desfallecías de mil maneras
Y murmurabas tantas cosas...
Y yo, así como se saborea una fruta
Te besaba con toda la boca
Un poco por todas partes, monte, valle, llanura.
Era de una elasticidad,
De un resorte verdaderamente admirable:
Dios... ¡Qué aliento y qué cintura!
Y tú, querida, por tu parte,
Qué cintura, qué aliento y
Qué elasticidad de gacela...
Al despertar fue, en tus brazos,
Pero más aguda y más perfecta,
¡Exactamente la misma fiesta!
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¡Linda propuesta! Aunque no es sólo una celebración Argentina sino que es el día mundial de la poesía. Por ello me parece fenomenal que contagiemos el aire de poesía. No sé sí sabías pero el gran dramaturgo William Shakespeare también ha escrito una serie de sonetos que podríamos llamar, poemas de amor, que me quitan el aliento…
A continuación comparto uno de ellos.
Soneto de amor XVII
¿Quién creerá en el futuro a mis poemas
si los colman tus méritos altísimos?
Tu vida, empero, esconden en su tumba
y apenas la mitad de tus bondades.
Si pudiera exaltar tus bellos ojos
y en frescos versos detallar sus gracias,
diría el porvenir: «Miente el poeta,
rasgos divinos son, no terrenales».
Desdeñarían mis papeles mustios,
como ancianos locuaces, embusteros;
sería tu verdad « transporte lírico»,
«métrico exceso» de un «antiguo» canto.
Mas si entonces viviera un hijo tuyo,
mi rima y él dos vidas te darían.
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Mi poema favorito se titula “Los heraldos negros” y es del poeta peruano Cesar Vallejo
Los heraldos negros
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
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No puedo, en este día tan poético, no regalarles e inundarlos de poesía con otro hermoso poema de Cesar Vallejo titulado "I" y que se encuentra en el maravilloso libro llamado Trilce. El poeta, Vallejo, escribe Trilce y poemas casi incomprensibles ya que crea una escritura poética de vanguardia que rompe con aquel modernismo de Rubén Darío
Si quieren que su día termine más poético deben buscar ese libro y dejarse llevar por la ruta prosaica de Vallejo.
I
Quién hace tanta bulla, y ni deja
testar las islas que van quedando.
Un poco más de consideración
en cuanto será tarde, temprano
y se aquilatará mejor
el guano, la simple calabrina tesórea
que brinda sin querer,
en el insular corazón,
salobre alcatraz, a cada hialóidea
grupada.
Un poco más de consideración,
y el mantillo líquido, seis de la tarde
DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES
Y la península párase
por la espalda, abozalada, impertérrita
en la línea mortal del equilibrio.