Los núcleos temáticos en Las Rimas de Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer nos ha dejado poca pero imborrable producción escrita de su poesía. La mayoría de sus poemas están contenidos en su obra Rimas.

En ella Bécquer aborda diferentes temas, entre los que destaca la creación poética, principal tarea del genio, que debe captar la esencia poética inherente a la vida para plasmarla en el papel. El poeta es un buscador, que puede transcribir al lenguaje la poeticidad de las cosas, especialmente de las mujeres.

El desengaño amoroso debido a rupturas sentimentales o a la misma muerte es otro de los temas tratados en las Rimas. La voz poética se muestra a veces resignada y otras irónico ante la soledad y el desamor.

El miedo a la muerte es otro de los núcleos centrales del libro, en el que el poeta muestra su preocupación por los efectos del paso del tiempo y por la posibilidad de caer en el olvido una vez que se quede solo en su tumba. Las imágenes tenebrosas propias del romanticismo asoman en esta vertiente de la obra becqueriana.

Por último el mundo de lo paranormal, cargado de onirismo y de premonición, es el eje de una parte de los poemas contenidos en la obra, los cuales se presentan ante nosotros cargados de misterio y de evocaciones extrasensoriales.

Biografía de Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla en 1836.

Adopta el apellido Bécquer de un familiar lejano de origen flamenco, ya que el suyo verdadero es Domínguez Insausti.

Su madrina fue decisiva en su formación literaria ya que al morir sus padres lo acoge y le da acceso a las lecturas románticas que influyeron posteriormente su estilo.

Trabajó en Madrid como periodista y como censor de novelas, gracias al ministro González Bravo que era amigo suyo y que iba a publicar sus poemas pero perdió el original debido a los tumultos que se formaron en la ciudad por motivos políticos.

Casta Esteban fue la mujer de su vida, con la que se casó, se separó y se volvió a unir tras el trágico fallecimiento de su hijo.

A la muerte del propio poeta en 1870, sus amigos, entre ellos Nombela y Campillo publican la reconstrucción que Gustavo Adolfo había hecho de memoria de sus versos extraviados que él había titulado Libro de los Gorriones pero que se convirtió para la posteridad en las famosas Rimas

Las Rimas fue el primer libro de poemas que leí en mi vida y no miento si digo que gracias a él me aficioné a la literatura.

Las rimas de Bécquer, para muchos desfasadas en la actualidad por su rima marcada y su ripiosidad en algunos tramos, sigue teniendo para mi un encanto especial que me devuelve a la adolescencia cada vez que paso por ellas, cosa que hago un par de veces al año para empaparme del auténtico sentimiento romántico.

La forma tan marcada y la vehemencia de sentimiento le otorgan un grado de candidez entrañable a algunos versos que son realmente puros, los cuales sin duda han salido de dentro.

Me parecen interesantísimas las reflexiones metaliterarias que Bécquer lleva a cabo en muchas de las piezas, ya que aunque la teoría del genio está superada en la actualidad, goza de un misticismo reconfortante para todos aquellos que de vez en cuando escribimos algún verso que otro.

Me gusta que os hayáis fijado en la teoría del genio de Bécquer.

Según esta teoría el poeta no es mas que un simple instrumento de la poesía para materializarse, por lo que de alguna manera es un ser especial, escogido por la porvidencia debido a su sensibilidad y habilidad para captar la esencia de la poesía allá donde esta quiera que esté.

Puede ser hallada en mujeres, en paisajes, en sentimientos, en situaciones, en momentos concretos, que según Bécquer el poeta debe esforzarse por vivir al máximo y después dejar reposar. Después, envuelto en un halo sobrenatural debe transcribirlas al idioma de las palabras, como bien habéis apuntado, lo cual no se consigue siempre sin esfuerzo, ya que a veces es incluso doloroso.

El poeta sabe que en toda traducción se pierde algo de esencia y ha de luchar para que la esencia perdida en el paso de la escritura sea la mínima a pesar de usar un idioma imperfecto como es el de las ideas.

Además de su teoría poética no me resisto a pasar sin comentar el estilo del que hacía gala:

La mayoría de poemas tienen un carácter dialogal, ya que surgen de un Yo poético bien diferenciado, que se dirige a un Tú, que no suele estar presente, a pesar de lo cual se suelen dirigir frases de claro carácter apelativo. Es por eso la abundancia de pronombres personales. Bécquer identifica la poesia con ella y el poeta con él.

En el vocabulario destacan los campos semánticos del amor, de la literatura y de la naturaleza.

Gusta el andaluz de usar bimembraciones tanto de palabras como de sintagmas, las cuales suelen ser copulativas. Hay incluso poemas como la Rima 26, que suponen de principio a fin una correlación de bimembraciones.

La sencillez de las palabras usadas no resta un ápice de vehemencia y ni de pasión a las mismas.

Gran estilo el de Gustavo Adolfo.

Bécquer fue uno de los grandes poetas españoles. Al menos así lo creo yo. Es una pena que muchos poetas modernos, o aprendices de poetas, ataquen vehementemente a esta clase de poesía. Lo comprendo. Los tiempos cambian y la poética cambia con ellos. Las estructura clásicas, la métrica tradicional, todo está en decadencia, al menos, en ambientes literarios "modernos". Y mucha de la experimentación poética que está apareciendo en los últimos tiempos me parece interesante, pero nunca está de más recordar a los grandes clásicos. La personalidad de Bécquer siempre me pareció muy atractivo, y su romanticismo, llevado hasta sus últimos extremos, es una prueba de su autenticidad, como poeta y como persona. Leerle a un amante hoy en día una rima de Bécquer puede resultar cursi, pero yo aun le dedico al sevillano algunos minutos cuando tengo un buen día.

Exquisito. Muy cursi para muchos pero tremendamente sincero, pese a los artificios, para mi, dada la candidez del sentir que se puede apreciar en cada una de las piezas del libro.

Quizá rima demasiado, quizá abusa de los tópicos, quizá tiene exceso romántico....

Pero con todo eso es una delicia releer las hojas de este gran libro que año tras año releo para transportarme durante unas horas a la adolescencia!

Gracias Gustavo Adolfo!