Los mejores finales literarios

Dicen que toda historia tiene un final y en la literatura también sucede, de hecho todos los libros tienen un final algunos son buenos pero otros no tan buenos por ello es que a continuación me gustaría contarles qué novelas son las mejores que tienen un gran final. Y también me gustaría que ustedes cuenten cuáles son sus mejores finales de sus novelas preferidas, ya que cada ser humano lector tiene sus propios gustos y lo que para mí es un buen final para otros es muy malo y viceversa. Por eso abro ésta lista para que entre todos vayamos poniendo no los mejores finales literarios sino lo que para nosotros es un gran final literario.
El primer gran final es la obra maestra de Oscar Wilde titulada “El retrato de Dorian Gray”, el momento en que encuentran a un hombre muy mayor tirado en el medio de la sala y con un cuchillo clavado en el corazón. Luego de examinarlo descubren quien era…

Otro gran final es la extensa pero maestra obra de Víctor Hugo titulada “Los miserables”, la cual recientemente fue llevada a la pantalla grande y se ha ganado innumerables premios. He aquí el final de ésta excelente novela u obra maestra: “Duerme. Aunque la suerte no le fue propicia, vivía. Y murió cuando perdió su ángel. La muerte le llegó sencillamente, como llega la noche cuando se marcha el día.”
“Rebelión en la granja” de George Orwell es otro gran final histórico que vale la pena ser mostrado y contado. Una de mis novelas favoritas en la que los animales no son más que la representación de los seres humanos, gran novela en la que se ve como se porta el ser humano en la sociedad.
“Los animales, asombrados, pasaron su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y, nuevamente, del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quién era otro.”

Los mejores finales continúan con el de “El principito” una gran novela infantil, la que muchos niños leen y se fascinan con este extraño personaje con magia y encanto creado por el escritor Antoine de Saint-Exupéry. Con dicho libro ganó que casi todos los niños del mundo se sumerjan en su mundo al leer “El principito” alguna vez en su vida.
Es increíble como un libro logra despertar innumerables sentimientos en niños de todo el mundo, por ello creo que es un libro muy importante. He aquí éste gran final: “Examínenlo atentamente para que sepan reconocerlo, si algún día, viajando por África cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!”

“Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez es otra gran novela con un excelente final. Si bien hace algunos días ha fallecido éste gran escritor gracias a sus obras, como esta, podrá vivir eternamente en las hojas de sus libros. Seguramente ésta obra habrá sido leída por varios de ustedes por ello es que aquí les comparto éste gran final de “Cien años de soledad”: “Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.”

Uno de mis finales favoritos es “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, la historia de una niña que se sumerge en sus sueños y vive una aventura única en el mundo de los sueños, en el fantástico país de las maravillas.
"Por último, imaginó cómo sería , en el futuro, esta pequeña hermana suya, cómo sería Alicia cuando se convirtiera en una mujer. Y pensó que Alicia conservaría, a lo largo de los años , el mismo corazón sencillo y entusiasta de su niñez, y que reuniría a su alrededor a otros chiquillos, y haría brillar los ojos de los pequeños al contarles un cuento extraño, quizás este mismo sueño del País de las Maravillas que había tenido años atrás; y que Alicía sentiría las pequeñas tristezas y se alegraría con los ingenuos goces de los chiquillos, recordando su propia infancia y los felices días del verano."