Lo que nunca te contaron sobre Frankenstein

Caía la noche y el frío rebotaba por toda la habitación, afuera, en la oscuridad, no había movimiento pero adentro, bajo la luz de un reflector se creaba a un monstruo con pedazos de otros seres humanos llamado Frankenstein.
Todos conocemos la historia de uno de los monstruos más famosos de todos los tiempos y el más representado por innumerables series, cuentos y hasta películas que tomaron ésta famoso conglomerado de partes de cuerpos para crear sus respectivas obras. Más allá de ello Frankenstein, el resto de los restos, ha vivido a lo largo de varios siglos y aún hoy no se ha olvidado ni se le han perdido sus partes.
Pero hay una historia que se desliza por detrás de la novela de Mary Shelley, una historia que ayuda a contextualizar una de las novelas sobre resurrección más leídas y conocidas en todo el planeta tierra.

Para develar el secreto debemos remontaron al siglo XIX, el siglo en donde Mary Shelley escribiría su obra “Frankenstein”, en dicha época el capitalismo estaba arrasando países enteros y en cada lugar no sólo conquistaba materia sino que ha llegado a arrasar hasta con la propia muerte, el descanso eterno del alma, la inmortalidad, la descomposición, el dolor, y la ha convertido en diversión. Tal es así, y eso no es casualidad, que dicho “divertimento morboso” haya captado la atención de la joven escritora Mary Shelley.
En el siglo la anatomía estaba floreciendo a pasos agigantados y con la ayuda del capitalismo todo estaba en un nivel de descubrimiento, morbosidad y divertimento inevitables. En este grupo se encontraban los “resurreccionistas”, un grupo encargado en estudiar al cuerpo humano y llevarlo a la espectacularizacion escénica y morbosa en fiestas.
Los “shows” que se llevaban a cabo en dichas fiestas contaban con la presencia de restos de cuerpos y hasta de cuerpos en descomposición y se intentaba no sólo “alegrar” a un público que expectante lo veía sino que se lo trataba de “resucitar”…

La responsable en develarnos el secreto no he sido yo sino la escritora Argentina Esther Cross, quien hace pocos meses publicó una obra llamada “La mujer que escribió Frankenstein”, una historia que nos devela algunos de los contextos en los cuales Mary Shelley se ha movido y que le han servido de “inspiración” para crear su novela.
De hecho nos devela que en la época de Shelley la gente temía que se roben los cuerpos de sus queridos familiares de los cementerios para que sirvan no sólo para “estudiarlos” gracias al avance de la anatomía sino, y eso era lo más temible, que se los usara para divertir en las reuniones donde se ponía un cuerpo arriba de una mesa y se lo electrocutaba para que se mueva y ese movimiento, ese cuerpo en descomposición que de algún modo se movía con electricidad, parecía una resurrección.
¿Ya se han dado cuenta de lo que le inspiró a la autora a escribir?

Así es como la historia, el contexto de la época, las fiestas, los resurreccionistas y la anatomía han servido de inspiración para que la autora Mary Shelley junte las partes de su historia y las una en esta monstruosidad que no es otra que Frankenstein.
La pequeña Mary desde niña ha visto la muerte desde cerca ya que su madre falleció dando a luz. Luego a los 16 años conoció a quien sería su futuro esposo: Percy Shelley con quien se encontraba en el cementerio porque él estaba casado en ese momento.
La muerte siempre rodeo a Mary: la muerte de su madre, luego la de su hija nacida prematuramente, luego la de la mujer de Percy que se suicido y luego a su mismísimo esposo, era, sin dudas, una fuerza que la invadía desde joven y la autora, en vez de deprimirse o no saber cómo salir adelante, escribió una de las novelas que la haría famosa a lo largo de los siglos.

Cuenta la historia que en uno de los viajes que hace la familia Shelley junto al poeta Lord Byron, la joven Mary Shelley comienza a escribir lo que sería su obra “Frankenstein”. La historia cuenta que en una fogata donde se encontraban estos personajes junto a médicos y otras personas comenzaron a hablar sobre un experimento del filósofo Erasmus Darwin, quien podía resucitar materia muerta y, por lo tanto, a un muerto. Tal historia, tal descubrimiento llevo al poeta Lord Byron a proponer que sus invitados escriban una historia sobrenatural. No sé si ésta historia será como cuentan pero a partir de dicho viaje la joven escritora comienza a escribir su obra y a crear a un monstruo que no se extinguirá jamás.
Con todo esto me pongo a pensar si en nuestro siglo habrá alguna joven o algún joven escritor que hable de nuestros propios monstruos que existen en la contemporaneidad: las temibles máquinas. ¿Habrá?