Para develar el secreto debemos remontaron al siglo XIX, el siglo en donde Mary Shelley escribiría su obra “Frankenstein”, en dicha época el capitalismo estaba arrasando países enteros y en cada lugar no sólo conquistaba materia sino que ha llegado a arrasar hasta con la propia muerte, el descanso eterno del alma, la inmortalidad, la descomposición, el dolor, y la ha convertido en diversión. Tal es así, y eso no es casualidad, que dicho “divertimento morboso” haya captado la atención de la joven escritora Mary Shelley.
En el siglo la anatomía estaba floreciendo a pasos agigantados y con la ayuda del capitalismo todo estaba en un nivel de descubrimiento, morbosidad y divertimento inevitables. En este grupo se encontraban los “resurreccionistas”, un grupo encargado en estudiar al cuerpo humano y llevarlo a la espectacularizacion escénica y morbosa en fiestas.
Los “shows” que se llevaban a cabo en dichas fiestas contaban con la presencia de restos de cuerpos y hasta de cuerpos en descomposición y se intentaba no sólo “alegrar” a un público que expectante lo veía sino que se lo trataba de “resucitar”…
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