“Cuando el lago se hiela” de Elizabeth Edmonson

"Cuando el lago se hiela" es una novela de Elizabeth Edmonson, una novela histórica que nos abre un mundo plenamente complejo y real, ya que dicha obra narra las viscitiudes de innumerables personajes que se encuentran próximos a un lago helado. Es decir, todas las peripecias que atraviesan los personajes cuentan con la presencia de un lago helado muy cerca. Al parecer lo que congela no es sólo la vida de cada uno de ellos sino las innumerables situaciones que atraviesan a lo largo de la novela.
Por ejemplo contamos con la oportunidad de observar a Hitler y sus persecusiones a los judíos, una historia de amor, una confusión, un desenlace y un final que solo Elizabeth Edmonson puede realizar.
Así que ya sabes, si tienes ganas de leer una novela larga pero con interesantes historias y desenlaces debes leer la novela “cuando el lago se hiela” de Elizabeth Edmonson.

La novela, además de ser extremadamente larga, es muy hermosa y de ágil lectura, no se asusten al verla tan grande y compleja sino que cuando la lean van a ver que se sorprender de lo rápido que se puede leer. A veces sucede que uno comienza a leer una novela y las historias lo aburren completamente, pero no desesperen en esta novela tal vez también puedan aburrirse en algún que otro párrafo pero seguramente la disfrutaran y mucho. No pierdan más tiempo vayan a buscar su ejemplar para distenderse un día de semana.
Para que vayan entrando en clima les adjunto un fragmento de la novela “Cuando el lago se hiela” de Elizabeth Edmenson van a comenzar a observar cómo tiñe la autora un paisaje tan helado y complejo.
"No se recordaba una helada como ésta desde el invierno de 1920 a 1921, y las noticias de que los grandes lagos del norte se están congelando…”

Y continúa: “…no sólo ha ocupado titulares en nuestros periódicos locales, sino también ha sido el tema de algunas columnas de los grandes diarios londinenses, que recogen información de la helada que se está produciendo a nivel internacional. En este momento, los norteños afilan sus patines y observan los cielos claros y las noches estrelladas para asegurarse de que el clima no va a cambiar, mientras que los exiliados en Inglaterra y el extranjero recuerdan días helados vividos en el norte hace mucho, y cierran los ojos ante sus actuales calles grises para recrearse con la imagen y el recuerdo de los cielos de invierno deslumbrantes, con aire límpido, sin humo, hollín ni gases. En su imaginación, vuelven a patinar de extremo a extremo del lago junto a los elevados páramos, mientras sus cuchillas afiladas rasgan el hielo. Entonces, las orejas y los dedos les hormiguean y se sienten invadidos de una alegría inmensa."