"Arrancó una página del libro y la partió en dos.
Luego un capítulo.
Pronto no quedaron más que trocitos de palabras esparcidos entre sus piernas a su alrededor. Las palabras. ¿Por qué tenían que existir? Sin ellas nada hubiera pasado. Sin palabras, el Führer no era nada. No habría prisioneros renqueantes, ni nadie necesitaría consuelo o trucos palabreros para hacernos sentir mejor.
¿Qué tenían de bueno las palabras?
Esta vez lo dijo en alto a la luz anaranjada que inundaba la habitación.
—¿Qué tienen de bueno las palabras?"

¿De que sirven las palabras? Se pregunta la autora, Markus Zusak, en su novela “La ladrona de libros”. Es una gran pregunta para crear una novela más cuando se tiene de trasfondo una época como el nazismo, una época en la que las palabras estaban sesgadas por el miedo, la muerte y el terror.
Cuando la muerte nos aguara no hay nada mejor que leer y ello es lo que cuenta la autora en su novela. Impecable.