Tema: El desierto como escritura

En la literatura hay un momento fundamental que es cuando ciertos autores comienzan a observar que fuera de sus casas, pasando las fronteras o mejor dicho en el desierto se comienza a formar una gran fuente de inspiración y creación para la literatura del porvenir.
Para muchos autores el desierto se convirtió en una metonimia de utopía, el sitio donde no ha ocurrido el tiempo, la historia, y en donde es posible empezar de nuevo, descargarse de los errores del pasado y recomenzar.
Este espacio de creación y de regeneración les sirvió a muchos autores para crear sus obras ya que vieron en ese espacio vacío una oportunidad para rellenarlo como más les guste, ya sea con una intención política, filosófica o puramente ficcional.
En la Argentina uno de los autores que trabajo el desierto como fuente de inspiración y para describir al “otro” de la barbarie fue Sarmiento con su “Facundo”.

Otro autor argentino llamado Cesar Aira, se inspira también en el desierto argentino y en una obra particular de la literatura Argentina llamada Juan Moreira para crear su obra: ¡Moreira!
Cesar Aira, al crear su obra lo que logra es “fundar” un nuevo desierto literario vanguardista, filosófico, revolucionario y hasta psicológico, donde el personaje de la violencia y el cambio aparece para contar siempre la verdad y discutir sobre la inmortalidad de la producción. Aquel desierto ya no representará lo salvaje, desolado, terrorífico y poético que ve Domingo Faustino Sarmiento, ni la excursión, el divertimento y la aventura que ve Lucio V. Mansilla, sino que Aira, ve y crea un nuevo espacio de enunciación, un modo de hacer y pensar la literatura sin la corrección ni las bellas letras, es un fluir y un cambalache inconsciente de palabras que se van tejiendo y van formando y deformando el desierto aireano argentino.